Iglesia Venezolana

100 años de la ordenación sacerdotal de Monseñor Salvador Montes de Oca

Es un deber conocer su vida, imitar sus múltiples virtudes y orar por su pronta beatificación

Marielena Mestas Pérez:

Este extraordinario venezolano nació en Carora, estado Lara, el 21 de octubre de 1895. Fue bautizado con el nombre de Andrés Salvador María del Carmen Montes de Oca Montes de Oca Montes de Oca. De familia modesta, piadosa, recordada por sus altos principios morales, es ordenado sacerdote en 1922.

Desde niño se mostró estudioso, caritativo y atraído a la vocación religiosa. Ingresó al seminario de Barquisimeto y de allí, conducido por su obispo y mentor, Monseñor Águedo Felipe Alvarado, prosiguió su formación en Roma, siendo destacado estudiante en el colegio Pío Latinoamericano.

Por problemas de salud, debe regresar a Venezuela, culminando sus estudios en el seminario de Caracas.

Hace 100 años y un día como hoy, 14 de mayo de 1922, recibió el orden Sacerdotal de manos del amado obispo Alvarado.

Alma eucarística, un rasgo que define su vocación es la adoración a Jesús Eucaristía. También lo caracteriza su especial dedicación a la formación de los niños en este mismo carisma; a ellos dedica su participación en el Congreso Eucarístico Nacional, celebrado en Caracas. En el templo de Santa capilla leerá “Los niños y la Eucaristía”, discurso ampliamente celebrado en la prensa local.

De igual modo destaca por sus prédicas constantes sobre la formación moral y de buenas costumbres que debe predominar en las familias, defensa de los más desasistidos, la formación en temas propios del credo católico y la particular atención al seminario y a los futuros sacerdotes.

De hondo fervor mariano, dedica su intervención en el Segundo Congreso Nacional, en diciembre de 1928, a destacar la figura de la Virgen por medio de un discurso titulado “María y la Eucaristía”.

El 13 de enero de 1927 fallece, repentinamente, el primer obispo de Valencia, monseñor Francisco Antonio Granadillo, por lo que queda vacante la diócesis. En julio del mismo año Congreso de la República nombra al joven presbítero Salvador Montes de Oca segundo obispo de Valencia.

El particular fervor mariano de Montes de Oca, ya aludido, que distinguió toda su trayectoria vital queda manifiesto para la posteridad en uno de los cuarteles que conforman su escudo episcopal donde puede leerse: Ad Jesum por Mariam, es decir, “A Jesús por medio de María”

Monseñor Salvador se dedicó al seminario y a la atención especialísima de cada seminarista. No sólo acompañó la formación espiritual de estos jóvenes en Valencia, sino que también los visitó en España y en Italia. De hecho, muchos fueron destacados presbíteros. Diversos obispos y los  cardenales Quintero y Lebrún, le dedican nobles y elogiosas palabras  destacando esta atención a los futuros sacerdotes.

Montes de Oca ocupará la silla episcopal de la diócesis de Valencia desde su consagración en octubre de 1927 hasta noviembre de 1934, cuando decide renunciar por diversas circunstancias. Su dimisión  tuvo lugar en Roma.

En Italia permanece hasta el resto de sus días, primero como sacerdote de la congregación del Santísimo Sacramento y luego como monje de clausura, pues ingresa a la cartuja del Espíritu Santo en Lucca, región de Toscana, en 1942.

El 6 de octubre de 1944 es ajusticiado por miembros del ejército nazi italiano. Sus restos estuvieron desaparecidos hasta 1947, año en que el cuerpo es hallado, reconocido, repatriado y recibido con altos honores. Está enterrado en la catedral de Valencia.

En un país donde escasean los líderes, su figura intachable sobresale como modelo de hombre virtuoso y recto, pastor caritativo, que dedicó sus últimos años a la reparación por la santificación del clero.

Es un deber conocer su vida, imitar sus múltiples virtudes y orar por su pronta beatificación.-

 

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