Trabajos especiales

Nicaragua: a la cabeza de la persecución religiosa en Latinoamérica

Profanaciones, incluido un incendio en la Catedral de Managua, así como persecución del clero bajo el régimen de Daniel Ortega. Así lo afirma el informe de investigación que ha recibido la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN Chile) “Nicaragua: ¿Iglesia perseguida? (2018-2022)” de Martha Patricia Molina Montenegro, integrante del Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción. Recientemente, la expulsión de las Misioneras de la Caridad y el asedio a Mons. Álvarez han generado amplias reacciones internacionales

Comunicaciones ACN y Agencia Fides:

A la luz de los acontecimientos ocurridos en las últimas semanas, el informe ya ha quedado desactualizado. Los hechos han llevado a organismos internacionales a elevar la voz y hacer una protesta formal para defender la libertad de expresión y de religión en Nicaragua.

El informe fue publicado en mayo y por tanto no incluye la serie de ataques que se han dado en el país en el mes de junio, julio y agosto, como el acoso a Mons. Rolando Álvarez Lagos, obispo de la diócesis de Matagalpa, el cierre de canales católicos o la expulsión de las religiosas de la Madre Teresa de Calcuta.

El estudio, además, estima que las cifras proporcionadas estarían por debajo del número real de ataques. “Encontramos casos en que los sacerdotes cansados de los robos y profanaciones decidieron denunciar solo el último de ellos. Otros han optado por hacer silencio ya que no creen en el Sistema Judicial”, afirma el informe.

Los datos presentados señalan que 37% de las hostilidades son agresiones a sacerdotes, obispos, religiosas, seminaristas, laicos, que incluyen también expulsiones del país y 19% son profanaciones a lugares y objetos sagrados y de culto. Además, se dieron otros casos (17%) de asedios, destrucción, quemas, bloqueos de servicios básicos e invasiones a la propiedad privada, etc.

Retención de Monseñor Rolando Álvarez

El más reciente y flagrante de los hechos es el acoso a monseñor Rolando José Álvarez, obispo de Matagalpa, que desde el 4 de agosto se encuentra retenido en el palacio episcopal y con un piquete de policías, fuertemente armados que le impide salir a la calle. En respuesta, el obispo se acercó a las fuerzas de seguridad y, de rodillas en la calle, elevó las manos al cielo, rezó por los oficiales y les pidió que reconsideraran sus acciones.

Aun así, al obispo Álvarez no se le permitió salir de la curia en la tarde para oficiar misa en la Catedral de Matagalpa, la que fue transmitida por Facebook. Mons. Álvarez se ha comunicado con los fieles y sus hermanos en el obispado a través de las redes sociales, agradeciendo las oraciones y muestras de afecto. Además, durante una misa telemática expresó que, junto a los seis sacerdotes y seis laicos, se encuentran “reunidos y retenidos, y estamos siempre con la fuerza interior y la paz en el corazón y la alegría que el resucitado nos da, la alegría de aquel que nos dice: ánimo, soy yo, no tengan miedo”.

La situación del obispo se suma a la del padre Uriel Vallejos y varios de sus feligreses quien estuvo rodeado y recluido a la fuerza en la Capilla del Niño Jesús de Praga, parte de la Parroquia Jesús de la Divina Misericordia en Sébaco. Durante esos días un grupo de policías y paramilitares les impidió el paso hasta la madrugada del 4 de agosto.

El 1 de agosto fue un día clave. Durante la jornada fueron clausuradas 8 radios católicas acusadas de carecer de autorizaciones válidas que datan de 2003. Estos reclamos fueron refutados por funcionarios católicos romanos que señalaron que el obispo Álvarez había proporcionado la documentación requerida a TELCOR en junio de 2016, pero que su solicitud para el reconocimiento oficial quedó sin respuesta.

Otras de las medidas que demuestran el hostigamiento a la iglesia, es la retirada del beneplácito a Mons. Waldemar Stanislaw Sommertag, nuncio apostólico en Managua desde 2018, y su salida del país; el padre Manuel Salvador García, párroco de Nandaime, fue encarcelado acusado de exponer a personas al peligro y por la presunta agresión a una mujer; se anuló la personalidad jurídica de 101 ONG, incluida la asociación «Misioneras de la Caridad», y las Hermanas de la Madre Teresa tuvieron que abandonar el país.

“La Conferencia Episcopal de Nicaragua, ante la situación que vive nuestro hermano en el episcopado, monseñor Rolando José Álvarez Lagos, queremos expresar nuestra fraternidad, amistad y comunión episcopal con él, ya que esta situación nos toca el corazón como obispos e Iglesia nicaragüense”.

El presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, Mons. Roberto Camilleri, se hizo eco de la posición del CELAM al subrayar, en una carta compartida por los obispos nicaragüenses en Facebook, que “la libertad de expresión es un pilar fundamental que garantiza la existencia de una democracia” y destacó su “solidaridad y cercanía espiritual».

“Los últimos acontecimientos, como el asedio a sacerdotes y obispos, la expulsión de miembros de comunidades religiosas, la profanación de templos y el cierre de radios, nos duelen profundamente. Les manifestamos nuestra solidaridad y cercanía”, se lee en el documento publicado.

Recientemente un comunicado de los obispos de la arquidiócesis de Managua informó que “por motivos de seguridad interna” la policía no permitió la procesión programada en ocasión del Congreso Mariano, en un nuevo acto arbitrario de prohibiciones.

La Iglesia no fue la única en criticar la actitud del gobierno ante las reiteradas manifestaciones contra la Iglesia nicaragüense. Organizaciones internacionales como la Unión Europea, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión también han expresado su molestia. Mientras, avanzan los días y el problema no se resuelve.

Las raíces de la hostilidad por parte del gobierno de Nicaragua se encuentran en el apoyo de la Iglesia Católica a estudiantes, durante las manifestaciones pacíficas de los nicaragüenses contra el gobierno en abril del 2018. Los templos abrieron las puertas proporcionado espacios de diálogo y promoviendo jornadas de oración, pero también atendiendo a los heridos y consolando a los familiares de ciudadanos asesinados o secuestrados.

ACN ya había llamado la atención sobre la crítica situación de la libertad religiosa Nicaragua en el Informe sobre la Libertad Religiosa de 2021. También, sigue apoyando a los sacerdotes y religiosas que permanecen en Nicaragua, ayudando a los más necesitados.

Hoy, más que nunca, la Iglesia nicaragüense necesita ayuda. En medio de tanta oscuridad, tú puedes llevar una luz de esperanza. Dona en la cta. cte. 11175-9 del Banco Santander, a nombre de Ayuda a la Iglesia que Sufre, RUT 73.537.400-1, email: acn@acn-chile.org, asunto: Nicaragua.

“Los datos presentados señalan que 37% de las hostilidades son agresiones a sacerdotes, obispos, religiosas, seminaristas, laicos, que incluyen también expulsiones del país y 19% son profanaciones a lugares y objetos sagrados y de culto”.

Misioneras de la Caridad son expulsadas de Nicaragua

La medida se da en el marco de una persecución iniciada por la dictadura contra 101 entidades sociales, entre las que se encuentran las Misioneras de la Caridad, quienes tienen 40 años en el país centroamericano acompañando principalmente a niños y ancianos.

Según medios locales, la decisión del régimen sandinista se debió a que la congregación no cuenta con la acreditación ante el Ministerio de Familia para funcionar como “guardería, centro de desarrollo infantil, hogar de niñas ni asilo de ancianos, y que tampoco tienen permiso del Ministerio de Educación para tareas de refuerzo de aprendizaje”.

Solidaridad de Monseñor Báez

Asimismo han esgrimido que la congregación cuenta con una junta directiva compuesta por “solo extranjeros” y “no reportaron activos fijos ni informaron de las actividades realizadas en la ciudad de Granada, además de que sus ingresos por donaciones no coinciden con los informes presentados”.

A juicio del régimen, la congregación ha violado la llamada Ley Contra el Lavado de Activos, el Financiamiento al Terrorismo y el Financiamiento a la Proliferación de Armas de Destrucción Masiva.

Desde el exilio en Miami, Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua se ha solidarizado con la comunidad: “Me da mucha tristeza que la dictadura de Nicaragua haya obligado a las Misioneras de la Caridad de Teresa de Calcuta a abandonar el país. Nada justifica privar a los pobres de atención caritativa. Soy testigo del servicio amoroso que prestaban las hermanas. Dios las bendiga”.

Acogidas en Costa Rica

“El pasado miércoles 6 de julio hemos contemplado con asombro la “expulsión de las Hermanas Misioneras de la Caridad de Nicaragua, que desde 1988 servían a los pobres más abandonados en ese hermano país. La Vida Consagrada de Costa Rica por medio de este mensaje desea expresar los sentimientos de solidaridad con las hermanas que en su entrega generosa se han dedicado tender la mano a los más vulnerables y empobrecidos”.

El mensaje conjunto de la conferencia de religiosos y religiosas de Costa Rica (Confrecor) y la comisión nacional de la vida consagrada, expresa solidaridad con las hermanas misioneras de la caridad, además de compartir con ellas “esta dolorosa situación” en la que se encuentran, comprometiéndose como consagrados y consagradas a “vivir para para imitar a Jesús”. Además les dan las gracias por “su entrega en estar al lado de los que tienen sed y en estos momentos a vivir la dimensión profética de la persecución y el rechazo por la causa del Reino”.

El mensaje exhorta a las Misioneras de la Caridad a que “no pierdan la ilusión de la entrega, el coraje de darlo todo y no dejen de ser consagradas que cada día se miran y dicen ‘todo es don, todo es gracia’” Por último espera que su permanencia en Costa Rica sea para ellos “un remanso de paz” y “que Nuestra Señora de los Ángeles las cobije bajo su manto protector y maternal”.

La Conferencia Episcopal de Costa Rica ha confirmado que las 18 Hermanas de la Caridad de Santa Teresa de Calcuta, expulsadas de Nicaragua por el régimen de Daniel Ortega, han sido acogidas en la Diócesis de Tilarán Liberia, dirigida por Monseñor Manuel Eugenio Salazar: “Las recibimos con todo el cariño que merecen por su servicio y entrega a Dios y a la Iglesia”.

Comunicado de la Conferencia Episcopal de Nicaragua

La Conferencia Episcopal de Nicaragua, ante la situación que vive nuestro hermano en el episcopado, Mons. Rolando José Álvarez Lagos, queremos expresar nuestra fraternidad, amistad y comunión episcopal con él, ya que esta situación nos toca el corazón como Obispos e Iglesia nicaragüense, “Pues si un miembro sufre, todos sufrimos con él (1 Co 2, 26)”.

Además, manifestamos el sentir de nuestra Iglesia, que, por naturaleza; “proclama el Evangelio de la Paz, y está abierta a la colaboración con todas las autoridades nacionales e internacionales para cuidar este bien universal tan grande (Benedicto XVI, Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2012)”, y así, juntos construyamos esa Civilización del Amor, de la que siempre nos habló el Papa San Juan Pablo II.

De cara al Congreso Nacional Mariano, invitamos al Pueblo Santo de Dios a elevar y ofrecer oraciones y rosarios a Nuestra Señora la Inmaculada Concepción de María, patrona de Nicaragua.

Dado en la sede de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, a los siete días del mes de agosto del año dos mil veintidós.-

Imagen de portada:  Policías antimotines impidieron que monseñor Rolando Álvarez saliera de su casa a oficiar una misa este jueves. ©Diócesis de Matagalpa

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