Iglesia Venezolana

El cardenal Porras en la inauguración del Museo Sacro y Palacio Arzobispal de Caracas

PALABRAS EN LOS ACTOS DE REINAUGURACIÓN DEL MUSEO SACRO Y EL PALACIO ARZOBISPAL DE CARACAS, A CARGO DEL CARDENAL BALTAZAR PORRAS. Caracas, 12 de noviembre de 2022.

 

“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” (Salmo 126).

 

Acabamos de recorrer los espacios alborales de la ciudad, ocupados hoy por el Museo Sacro, camposanto de centenares de hombres y mujeres, clérigos y laicos. Salas que recuerdan los diversos usos que ha tenido dicha edificación a lo largo de los siglos hasta tiempos relativamente recientes. Hoy es ventana abierta a la belleza del arte religioso y de la creatividad en diversos oficios de hacendosos artesanos y artistas de renombre que le dan a este lugar el puesto que merece como parte de la identidad de la ciudad capital.

 

El Palacio Arzobispal en la cuadra de la plaza mayor es otro de los símbolos que hermanan a los poderes civiles y eclesiásticos desde la distribución de la cuadrícula por parte de los fundadores de las villas y ciudades del ultramar hispano. Hasta el terremoto de Caracas de 1967 fue residencia del prelado caraqueño y sede de los servicios de la curia. El vertiginoso crecimiento de la ciudad desde mediados del siglo XX ha multiplicado las pastorales, reduciendo en la práctica sus espacios a las oficinas administrativas. La peculiar situación del centro de Caracas en las dos últimas décadas ha reducido la afluencia de personas a estos lugares, por razones de todos conocidas. Buena parte de las celebraciones litúrgicas y las actividades ordinarias de los secretariados pastorales se han ubicado en diversos lugares de la ciudad.

 

Estos valiosos inmuebles, por su antigüedad y uso no cónsono con las exigencias modernas, causaron deterioro que requerían conservar y restaurar, rediseñar y planificar de nuevo, el valor patrimonial y el servicio a la cultura y al arte, al esparcimiento y al peso histórico de dichos inmuebles.

 

La función pastoral de estas edificaciones, la recuperación del sentido evangelizador de lo cristiano en una sociedad plural, nos llevó a preguntarnos por el sentido del patrimonio eclesiástico al servicio de la comunidad caraqueña “con el fin de proteger y valorizar la enorme patrimonio histórico-artístico de la Iglesia. Este patrimonio está formado por obras de arquitectura, pintura, escultura, así como mobiliario, enseres, vestiduras litúrgicas, instrumentos musicales, etc. Puede considerarse como el rostro histórico y creador de la comunidad cristiana. El culto, la catequesis, la caridad, la cultura han configurado el ambiente en el que la comunidad de creyentes aprende y vive su fe”.

 

Hechas las consultas y asesorías pertinentes confiamos a un equipo capitaneado por el Pbro. Gaspere Salerno, el diseño y recuperación de estos espacios que hoy ofrecemos oficialmente al público. Nos honra la presencia de S.E. Mons. Edgar Peña Parra, Sustituto de la Secretaría de Estado, quien preside los actos de esta mañana, dándole una dimensión universal ya que hijo de esta tierra y al servicio cercano al Santo Padre en Roma nos estimula su apoyo y bendición. Gracias, Monseñor, por estar entre nosotros antes de ir a abrazar a sus familiares y amigos en su amada Maracaibo.

 

No quiero alargarme, pero no puedo dejar de agradecer y felicitar a los equipos que han trabajado con tesón durante casi dos años para que podamos contemplar y disfrutar estos espacios llenos de belleza e historia que rezuman por todos los rincones la labor secular de la Iglesia en Venezuela.

 

No puedo dejar de reconocer a los mecenas que con generosidad y sin protagonismos han puesto lo mejor de sí para que estas obras puedan ser mostradas al público, tal como las están disfrutando ustedes en esta mañana. Junto a ellos, mil gracias a quienes nos han compartido su arte y su intervención musical.

 

Los nombres de todos los que han trabajado y colaborado están inscritos en el libro de la vida, para que el Señor dador de todo bien les dé la recompensa merecida.

 

Gracias, Dios se los pague, y a todos ustedes que nos honran con su presencia sean los primeros heraldos de estos bienes preciados para disfrute y deleite de todos los venezolanos y los que visiten nuestra ciudad.

 

Que el Señor y la Virgen nos bendigan a todos. Muchas gracias.-

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