Opinión

El comunismo: fracaso absoluto

 

Gloria Cuenca:

El tema que anuncio en el título no me cansa para escribir. Me preocupan, amables seguidores y contradictorios lectores, los comunistas auténticos,  honestos, creyentes, convencidos y sinceros. Sí, los hay, créanlo. Después del fin de la URSS, buscan excusas para el terrible fracaso. Un poco más de 73 años, toda clase de torturas, maltratos, persecuciones y demás, para terminar en el capitalismo salvaje. En China, después de la Revolución Cultural, el proceso duró 27 años, infernales. Pasan, los chinos, a ser capitalistas- también salvajes- en la economía y comunistas en la ideología. (¡?) destruyendo- con su acción- buena parte de la teoría marxista-leninista. Difícil de comprender en occidente. Lo se, lo entiendo: duro y triste. ¿Me creerán si les digo, que se puede equiparar a cuando se pierde la Fe religiosa?

En efecto, creer de esa manera dogmática y apasionada, se parece mucho a esas personas que viven la espiritualidad de una manera absoluta, sin ser santos. Cuando se pierde, el mundo, el de ellos, se tambalea. Hubo quien pensó en el suicidio por 1990, cuando todo se derrumbó. Existe gente que ha consagrado su vida a la ideología. Han sido enseñados a “odiar al enemigo”, se han llenado de resentimientos, sin explicación alguna. Muchas veces, incomprendidos. Entiendo, ¿cómo no? la molestia que siente la gran mayoría del país en contra de esas personas. Las encuestas nos enseñan que más del 80% considera un desastre el “Socialismo del Siglo XXI”. No puede ser de otra manera: devastado, destruido, aniquilado, y lo peor, sin duda, quitaron moral y ética a nuestro amado país. Lograron lo que parecía imposible: 8 millones de venezolanos están fuera: auto exiliados o exiliados.  Repito lo que decía Adolfo Herrera: lo peor, ser como ellos. Me lleva a escribir sobre el fracaso del comunismo referido a esos camaradas irredentos.

La preocupación estriba en ver, observar a personas que no se explican, ¿qué pasó? La respuesta, simple: el sistema comunista o socialista del siglo XXI no funciona. Parte de premisas equivocadas respecto del ser humano. Escribo, cuestiones fundamentales, el espacio no permite más. El primer y gran problema, el comunismo quiere eliminar, de forma absurda, “la condición humana”. Asertiva y exacta denominación de Hannah Arendt. Con niños pequeños cerca, no importa que no sean nuestros, hermanos, sobrinos, primos de corta edad, con una simple observación notaremos:  pronto saben qué es mío y qué, del otro. Los padres: mí mamá, mí papá, son expresiones que se usan desde muy pronto. ¿De qué se trata?  Hablan de lo que les pertenece, su propiedad. Cuando se refieren a los primeros juguetes: el osito, un peluche y hasta las almohaditas compañeras: “es mío” dicen. A ese humano, al auténtico, quiere una doctrina, atrasada y decimonónica, quitarle el sentido de pertenencia. (Acabar con la propiedad privada) ¡Dios, qué locura! Un segundo gran problema: debe analizarse con atención la pequeña biografía. Especialmente, los primeros años, la infancia, donde se graban emociones, anécdotas, “caricias” positivas y negativas; los abusos. Todo lo bueno y malo que le ocurre a un ser humano en su edad temprana. ¿Por qué es fundamental? Si no se hace terapia y se trabajan a consciencia esos momentos de dolor, se buscará una explicación: ¿porqué paso, lo qué nos pasó? difícilmente saldremos airosos en la vida.

Citemos el caso de Fidel Castro Ruz. Hijo de un rico hacendado gallego, casado con una gallega. El señor, Ángel Castro se amancebó, con la joven cocinera de la casona: Lina Ruz. Con ella, tiene 8 hijos. Fidel era el tercero. Como gran gesto, su padre lo pone a estudiar en el mejor colegio de la zona: el de los Jesuitas, donde iban los hijos ricos, legítimos, de las “mejores” familias. ¡Ah, todos se dieron cuenta de que era ilegítimo: tenia un solo apellido era Fidel Ruz! Esto lo marca para siempre. (Después, el padre enviuda y los reconoce)[1] Testimonios directos de sus compañeros dicen: “era inteligente, tremendo y malo”. Siempre quiso estar al margen de la ley. Estudió derecho, ¿paradójico no? Hizo asaltos, planificó matanzas, desde el marxismo, se le consideraba una especie de anarquista, hasta que se cuadró con la URSS y China en su desesperación por acabar con “el imperio,” nombre que popularizó. Lo conocí personalmente: era un hombre guapo, con un carisma extraordinario. Lo supo explotar, terriblemente. Sus complejos, nunca superados, lo hicieron esa máquina de matar humanos que conocimos apenas ascendió al poder.

El tercer tema, que interesa destacar con relación a la doctrina comunista, es la incentivación del odio. La imposibilidad del perdón. El cristianismo, con sus fallas humanas en los procesos de doctrina, después de 2023 años, allí está. Con muchas dificultades en estos momentos: intentos de manipulación por parte de algunos, mala conducta de otros, pretensión de división, aun en las más altas esferas. Sin embargo, es una doctrina de amor y de perdón. No ha podido vivenciarse plenamente, en muchos aspectos. No desaparece, ni lo hará. La fuerza del amor, no del odio; del perdón, no del resentimiento y el rencor, es la razón de su existencia. Todos debemos pensar en esto. No es fácil, lo sé. Importante la reflexión, sin dogmas, al respecto. ¡Buena suerte!.-

[1] Varios textos decidieron exponer la verdad. El libro de su hermana Juanita Castro: “Fidel y Raúl, mis hermanos”

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