Opinión

Mirar con los dos ojos   

   En este país basta con mirar un rato en cualquier esquina y podemos detectar imágenes de las que no nos podemos acostumbrar, a pesar de lo repetidas, y que se pueden volver “normales” y no son normales. Enumero algunas de esas imágenes y situaciones de los que no podemos acostumbrarnos

Luisa Pernalete:

Para tener equilibrio en medio de este mundo complejo y este país envuelto en una Crisis Humanitaria Compleja desde hace varios años, creo que es necesario mirar los con los dos: el ve los dramas, los problemas, y el otro, con el debemos y podemos mirar las “lucecitas en medio del apagón”, y nos puede animar y contagiar para que multipliquemos bondades.

En este país basta con mirar un rato en cualquier esquina y podemos detectar imágenes de las que no nos podemos acostumbrar, a pesar de lo repetidas, y que se pueden volver “normales” y no son normales. Enumero algunas de esas imágenes y situaciones de los que no podemos acostumbrarnos.

  • Niños y adolescentes ofreciendo sus manos para limpiar vidrios, a cambio de una ayuda para comer, cuando deberían estar estudiando –recordemos que hay cera de 3 millones de NNA y jóvenes fuera de las aulas.
  • En esas mismas esquinas muchas veces vemos jóvenes y no tan jóvenes en sillas de rueda pidiendo o vendiendo alguna chuchería para poder comer.
  • No me puedo acostumbrar a esos salarios indecentes de los docentes, los más bajos de América Latina, si seguimos así, nos vamos aquedar sin maestros, y sin maestros no hay educación posible.
  • Veo en calles y plazas adultos gritando a niños, ´pienso si eso es en la calle, donde hay público ¿cómo será en las casas? Y pienso en el ambiente en el cual están creciendo niños y adolescentes, en donde el grito, el maltrato es frecuente y “normal”.
  • Pienso en esa pensión del IVSS que sigue siendo de Bs. 130, apenas algo más de un dólar, para gente que pasó su vida cotizando al IVSS.
  • Veo gente mayor y jóvenes hurgando en la basura buscando algo para comer o algo para “comercializar”. Esa es una imagen que me golpea.
  • Veo las diferencias en las compras en supermercado: unos con apenas un kilo de harina pan y tal vez un paquete de pasta, y otros, pocos, con el carrito lleno, las desigualdades se han incrementado en Venezuela.
  • Veo en parques y en panaderías, por ejemplo, madres con hijos pequeños al lado, ellas con su celular en mano, sin ni siquiera mirar al niño, ellos como esperando atención, y también gente adulta alrededor de una mesa y en ver de conversar ahí están cada quien aislado con celular cada quien sin mirar al otro.
  • Sabemos de profesores universitarios jubilados, con doctorados y alto escalafón, con ingresos que no les da para comer, después de una vida al servicio de la educación superior

Y así… voy recogiendo casos e imágenes de las que no me acostumbro porque no son normales. Agregue usted las suyas, y recuerde: ¡no son normales!

Pero afortunadamente tengo dos ojos. Con el otro veo y me entero de luces que me animan, doy algunos ejemplos.

  • Me sonrío cada mañana cuando recibo saludos con buenos deseos para mi día, algunos con “café” y sabemos que para los venezolanos el café es algo más que una bebida, esos saludos significan que la otra persona me tiene en su mente, entre otras cosas.
  • En las esquinas también veo gente que extiende su mano para dar algo de comida a ancianos y discapacitados, o para esos niños y adolescentes limpiando vidrios, y veo la sonrisa de los que reciben ayuda.
  • Me anima conocer de tantos casos de educadores que perseveran en las aulas a pesar de las dificultades y bajos salarios, y de paso hasta inventan y son creativos en clase.
  • Me anima la amabilidad gente que devuelve mi saludo sonriente en las estaciones de gasolina, puestos de venta de frutas y hortalizas, agradecen cualquier detalle, un caramelo, el saludo amable.
  • Me conmueve la perseverancia de los que participan en organizaciones ambientalistas y de derechos humanos, arriesgan su vida por defender derechos de otros, hay que rezar por ellos.
  • Me anima ver en misa gente que atiende el llamado de los párrocos para que se colabore con “un kilo de amor” que servirá para ayudar a otros, hay que multiplicar estas acciones.
  • En esta semana Fe y Alegría terminó su campaña anual de la rifa, necesaria para mantener las escuelas y los diversos programas, fue mucha la gente que participó en la venta y muchos los que cooperaron comprando, eso anima.
  • Agradezco cuando pido ayuda y me la dan y agradezco también cuando me piden ayuda para alguna clase, jornada formativa porque me están diciendo que confían en mi y me dan la posibilidad de hacer el bien.
  • Ahora que se acerca el Día del periodista, me anima cuando me llaman para entrevistarme sobre temas de educación, porque han hecho propia esa preocupación por la educación, y de paso, dan la oportunidad para llegar a mucha gente, me anima esa perseverancia de los comunicadores sociales.

Podría añadir muchas cosas más que me animan, se que “no todo está perdido”, pero hay mucho que hacer para sembrar esperanza en este país. Mire usted también con los dos ojos. De verdad, ayuda mucho.-

20/06/25

 

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