Restaurar la democracia pasa por recuperar la productividad y el trabajo digno
Alfredo Infante s.j., del Centro Arquidiocesano Rafael Arias Blanco:
Resulta vomitiva y escandalosa la desigualdad socioeconómica que se ha profundizado estos últimos años a expensas del usufructo inconstitucional de los recursos del Estado. Así, mientras una nueva élite accede a los “bodegones” o abastos donde el consumo mantiene un estándar “High Class” del primer mundo, al mismo tiempo aumenta y se profundizan los porcentajes de desnutrición infantil, las escenas de personas comiendo en los basureros de la ciudad, el desempleo y el deterioro de las condiciones laborales de quienes aún cuentan con un trabajo.
Entre los actores de poder no se ven signos de voluntad política para negociar y acordar una agenda que, por un lado, atienda la emergencia humanitaria compleja y, por el otro, se encamine a reactivar el aparato productivo y recuperar el poder adquisitivo de la moneda, de modo que se pueda emprender una ruta de largo aliento que incida en la recuperación de la calidad de vida de las mayorías trabajadoras.
Esto es fundamental si pensamos en la restauración de la institucionalidad en el país y los ciudadanos debemos trabajar para exigir que ocurra. Así lo deja claro el documento Rescatemos el derecho a vivir en democracia: decálogo para la acción*, hoja de ruta elaborada por la UCAB, junto a Provea y Espacio Público, que contiene 10 líneas de trabajo para que la sociedad civil se organice en defensa del Estado de derecho y la mejora en las condiciones de vida. En su cuarto principio, titulado “Podemos intervenir en las decisiones colectivas y contribuir a resolver los problemas sociales”, el texto indica que “es urgente atender la grave emergencia humanitaria de Venezuela, a través de mecanismos de concertación plural entre instituciones públicas y privadas nacionales e internacionales”, así como “favorecer y garantizar la iniciativa de organizaciones comunitarias y sociales, empresas e instituciones para superar la postración económica y social”, porque “las oportunidades de trabajo digno se han reducido y la crisis monetaria e inflacionaria ha deteriorado drásticamente las condiciones de existencia de la inmensa mayoría”.
La ONG Provea, en su informe anual 2020, nos presenta una radiografía de la realidad laboral del venezolano de a pie: “el índice de asalariado, tanto en el sector público como en el sector privado, cayó a 46 %. Proporcionalmente los trabajadores a cuenta propia han crecido. En 2020 el poder real del salario mínimo cubrió apenas el 0,5 % de la canasta alimentaria. Venezuela ocupa actualmente el último lugar entre los salarios mínimos de América Latina con $0,66”. [1]Este empobrecimiento acelerado de las condiciones de vida pareciera ser una estrategia del poder para lanzar sus redes y cadenas en medio del reino de la necesidad y, así, señorear bajo la apariencia de benefactor. Por ello –y volvemos a citar el Decálogo- “la pobreza se ha agigantado y el Estado, en lugar de facilitar la formación de capacidades para el trabajo y el despliegue de los propios proyectos de vida ha reforzado el paternalismo populista”.
Ante tanto panorama oscuro, los sectores organizados de la sociedad civil siguen activos en sus luchas por los derechos humanos. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) nos ofrece, en su informe del primer trimestre de 2021, un indicador de exigibilidad de los derechos laborales: “Las protestas de los trabajadores lideraron el índice de conflictividad en el país, durante el primer trimestre del año, con un reporte aproximado de 548 protestas. La dolarización del salario para cubrir la canasta básica y vivir con dignidad, respeto a las contrataciones colectivas y condiciones adecuadas de infraestructura e implementos para ejercer sus labores, forman parte de las exigencias de las diversas protestas laborales». [2]
Cabe destacar que en este contexto, la defensa de los derechos laborales ha implicado, para los gremios y sindicatos, acoso, persecución, amedrentamiento, detención arbitraria y prisión política para decenas de sus dirigentes. Por ello, la Organización Internacional del trabajo (OIT) activó la Comisión de Encuesta -mecanismo al que la OIT recurre en casos de graves violaciones a los derechos de los trabajadores- y según Carlos Patiño, abogado de Provea, “la Comisión de Encuesta examinó y determinó las violaciones por parte del gobierno de Venezuela de los convenios internacionales sobre libertad sindical y protección de los derechos de sindicación (Número 87), Consulta tripartita (144) y sobre el Método para fijación de salarios mínimos (26), exigiendo tomar cartas en el asunto y proponiendo los correctivos en cada caso”. [3]
Recordemos que el Estado venezolano tiene 54 convenios de la OIT ratificados y 50 en vigor, los cuales necesitamos conocer y cuyo cumplimiento debemos exigir como ciudadanos, porque según lo establece nuestra Carta Magna los tratados y convenios internacionales tienen rango supra constitucional. De igual modo, no debemos olvidar que, para conquistar nuestro derecho a vivir en democracia, es imperativo construir una fuerza social para, como nos indica el Decálogo, “obligar al Estado venezolano a cumplir los postulados de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas, a los que se ha comprometido, y exigir la rendición de cuentas en observancia de los indicadores establecidos”.
Como Iglesia, recordamos y hacemos propias las palabras del Papa Francisco, quien en un mensaje difundido en 2017 nos señaló claramente que «debemos recordar siempre la dignidad y los derechos de los trabajadores, denunciar las situaciones en las que se violan estos derechos y ayudar a que se contribuya a un auténtico progreso del hombre y de la sociedad”. [4]
[2] https://politikaucab.net/2021/04/23/ovcs-1-506-protestas-se-registraron-durante-primer-trimestre-de-2021/
[3] https://provea.org/opinion/la-oit-le-responde-a-maduro-4/
[4] https://www.finanzas.com/finanzas-personales/el-papa-pide-denunciar-las-violaciones-de-los-derechos-de-los-trabajadores_13698134_102.html
********Te invitamos a leer y compartir el documento Rescatemos el derecho a vivir en democracia. Decálogo para la acción, que puedes descargar haciendo clic en el siguiente enlace:
https://elucabista.com/wp-content/uploads/2020/11/Derecho-a-vivir-en-democracia-Decalogo-para-la-accion.pdf*Foto: Crónica.Uno
Boletín del Centro Arquidiocesano Monseñor Arias Blanco
25 de junio al 01 de julio de 2021/ N° 109