Poco se sabe sobre la reina de Saba en la Biblia, aunque el mismo Jesús la menciona y sobre lo que ella puede enseñarnos en los Evangelios
Durante el reinado del rey Salomón, la Biblia menciona que la reina de Saba lo visita.
«La reina de Sabá había oído la fama de Salomón… y vino a probarle por medio de enigmas… Llegada que fue donde Salomón, le dijo todo cuanto tenía en su corazón…
1 Reyes 10, 1-10
Cuando la reina de Sabá vio toda la sabiduría de Salomón… dijo al rey: «¡Verdad es cuanto oí decir en mi tierra de tus palabras y tu sabiduría!».
La reina de Saba procede a prodigar regalos a Salomón para reconocer su gran sabiduría.
«Dio al rey 120 talentos de oro, gran cantidad de aromas y piedras preciosas. Nunca llegaron aromas en tanta abundancia como los que la reina de Sabá dio al rey Salomón»
1 Reyes 10,10
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¿Dónde está Saba?
Los historiadores y arqueólogos no están de acuerdo sobre la ubicación exacta de «Sheba». La leyenda dice que la reina mencionada es de Etiopía, y una tradición local refuerza esta historia.
Otra teoría es que Sheba estaba en realidad en el Yemen actual.
Cualquiera que sea la ubicación exacta del reino de esta reina, el mismo Jesús la menciona en la narración del Evangelio.
«La reina del Mediodía se levantará en el Juicio con esta generación y la condenará; porque ella vino de los confines de la tierra a oír la sabiduría de Salomón, y aquí hay algo más que Salomón».
Mateo 12,42
Lecciones espirituales
Jesús señala a esta reina como un modelo para los cristianos sobre cómo deben estar dispuestos a hacer todo lo posible para escuchar la Palabra de Dios.
El antiguo comentario bíblico Catena Aurea, compilado por santo Tomás de Aquino, destaca esta profunda verdad espiritual.
La reina del sur no esperó a que Salomón viniera a ella, sino que ella misma lo buscó.
Mujer y bárbara a la vez, y viviendo tan lejos, no temía a la muerte en su deseo de escuchar sus sabias palabras.
Esta mujer fue a Salomón, yo vine acá; ella se levantó de los confines de la tierra, yo rodeo tus ciudades y aldeas; habló de árboles y bosques, yo de misterios indescriptibles.
San Juan Crisóstomo
Puede que no sepamos quién era exactamente esta reina, pero su ejemplo es un desafío para todos nosotros.
¿Estamos dispuestos a ir hasta el fin de la tierra para escuchar el mensaje del Evangelio?.-
Philip Kosloski – publicado el 17/07/21-Aleteia.org
