San Arsenio, famoso monje y místico
San Arsenio fue un monje anacoreta del siglo V, tan famoso por su sabiduría que las personas viajaban semanas o meses con tal de hacerle consultas y oír sus consejos.
En el 383 el emperador Teodosio I el Grande llamó a Arsenio, luego de ser recomendado por el Papa San Dámaso I, para que sea el profesor de sus dos hijos. Durante diez años este santo vivió en el palacio del emperador educando a sus herederos, Arcadio y Honorio.
A la edad de 40, luego de una profunda crisis espiritual, la tradición cuenta que Dios le dijo: «Apártate del trato con la gente y ve a la soledad». De este modo abandonó Constantinopla, se embarcó secretamente en dirección a Alejandría y fue al desierto de Scetis.
Al llegar al monasterio del desierto cerca del año 400, el prior lo sometió a duras pruebas para comprobar su vocación y humildad. Después de demostrar que era apto para esa vida de humillación y mortificación fue admitido para la vida monástica.
Allí San Arsenio se hizo muy conocido por todos por sus penitencias extraordinarias: pasaba toda la noche en oración, ayunaba y trabajaba arduamente como mortificación. También se le conoció por sus dichos o frases breves.
En una ocasión le comunicaron que un senador le había dejado en herencia una gran fortuna. El santo renunció a todo a favor de los pobres y exclamó: «Antes de que él muriera en su cuerpo, yo morí en mis ambiciones y avaricias. No quiero riquezas mundanas que me impidan adquirir las riquezas del cielo».
San Arsenio falleció en Egipto sobre el año 445.-
ACI Prensa