El Papa

Francisco exhorta a «construir en paz, diálogo y solidaridad, una sociedad cada vez más justa y abierta» en Cuba

«Guardémonos del eficientismo, paremos la carrera frenética que dicta  nuestras agendas. Aprendamos a detenernos, a apagar el teléfono móvil para mirar a los ojos a las  personas, a cultivar el silencio, a contemplar la naturaleza, a regenerarnos en el diálogo con Dios»

«Quiere ponerles en guardia contra un peligro que está  siempre al acecho, también para nosotros: dejarse llevar por el frenesí del hacer, caer en la trampa del  activismo, en el que lo más importante son los resultados que obtenemos y el sentirnos protagonistas absolutos»

«Cuántas veces sucede también en la Iglesia: estamos atareados, vamos deprisa, pensamos que  todo depende de nosotros y, al final, corremos el riesgo de descuidar a Jesús»

Decenas de banderas cubanas en una plaza de San Pedro más poblada que de costumbre

Primer Angelus del Papa Francisco en San Pedro desde su operación de colon. Visiblemente recuperado, y dando las gracias a los fieles por su apoyo durante su recuperación. Muchos de ellos, cubanos portando las banderas de su patria, sufriendo por su país, esperando una palabra del Papa. Que llegó.

«Estoy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular a las familias que sufren. Rezo al señor para que ayude a construir en paz, diálogo y solidaridad, una sociedad cada vez más justa y abierta. Exhorto a todos los cubanos a encomendarse a la Virgen de la Caridad del Cobre, ella los acompañará en este camino».

Durante su alocución Bergoglio hizo un llamamiento a «desconectar». «No se trata solo de descanso físico, sino también de descanso del corazón. Porque no basta “desconectar”, es necesario descansar de verdad», recalcó Francisco. Y, para ello, es preciso «regresar al corazón de las cosas: detenerse, estar en silencio, rezar, para no pasar de las prisas del trabajo  a las de las vacaciones».

Como hacía Jesús, que «no se sustraía a las necesidades de la multitud, pero cada día, antes que  nada, se retiraba en oración, en silencio, en la intimidad con el Padre». «Descansad un poco«, clamó el Papa, que no sabe ‘aplicarse el cuento’, como hemos comprobado esta misma semana. «Guardémonos del eficientismo, paremos la carrera frenética que dicta  nuestras agendas. Aprendamos a detenernos, a apagar el teléfono móvil para mirar a los ojos a las  personas, a cultivar el silencio, a contemplar la naturaleza, a regenerarnos en el diálogo con Dios». Para muchos, un sueño inalcazable. 

Protagonistas absolutos

Un descanso que pide Jesús a sus discípulos: «Quiere ponerles en guardia contra un peligro que está  siempre al acecho, también para nosotros: dejarse llevar por el frenesí del hacer, caer en la trampa del  activismo, en el que lo más importante son los resultados que obtenemos y el sentirnos protagonistas  absolutos».

Francisco, en el Angelus de hoy
Francisco, en el Angelus de hoy

«Cuántas veces sucede también en la Iglesia: estamos atareados, vamos deprisa, pensamos que  todo depende de nosotros y, al final, corremos el riesgo de descuidar a Jesús«, advirtió el Papa, quien admitió: «Sin embargo, el Evangelio narra que Jesús y los discípulos no pueden descansar como querían. La  gente los encuentra y acude desde todas partes. Entonces el Señor se compadece. He aquí el segundo  aspecto: la compasión».

«Si aprendemos a descansar de verdad, nos hacemos capaces de compasión verdadera; si cultivamos una mirada contemplativa, llevaremos adelante nuestras actividades sin la actitud rapaz de  quien quiere poseer y consumir todo; si nos mantenemos en contacto con el Señor y no anestesiamos la  parte más profunda de nuestro ser, las cosas que hemos de hacer no tendrán el poder de dejarnos sin  aliento y devorarnos», culminó Bergoglio, llamando a «una ecología del corazón, compuesta de descanso, contemplación y  compasión. ¡Aprovechemos el tiempo estivo para ello!«. 

Fieles en San Pedro
Fieles en San Pedro

Alemania, Sudáfrica, Cuba…

Tras el rezo del Angelus, Francisco quiso expresar su cercanía a la población de Alemania, Bélgica y Holanda, afectadas por las inundaciones. «Que el Señor sostenga el compromiso de todos por quienes sufren daños».

Han llegado episodios de violencia que «han agravado la situación de los hermanos de Sudáfrica, ya afectados por las circunstancias de la pandemia», recordó. Junto a los obispos del país, «dirijo un llamamiento a todos los responsables, para que trabajen por la paz, que colaboren con la comunidad para ofrecer asistencia. Para que el pueblo de Sudáfrica pueda renacer en concordia».

«También estoy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular a las familias que en su mayor parte sufren. Rezo al señor para que ayude a construir en paz, diálogo y solidaridad, una sociedad cada vez más justa y abierta. Exhorto a todos los cubanos a encomendarse a la Virgen de la Caridad del Cobre, ella los acompañará en este camino».-

18.07.2021 Jesús Bastante/RD

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