“Hay discriminación permanentemente contra cristianos”. Entrevista a un sacerdote que trabaja en Irak
En Irak la situación de discriminación contra cristianos es conocida tras las persecuciones, masacres, sacrilegios y quema de iglesias que han llevado a cabo los grupos extremistas de Al-Qaida y Estado Islámico. Estos grupos poseen armas de corte militar y su educación desde la niñez va encaminada a generar violencia. Por otro lado, también se conoce que hay tropas de Estados Unidos en Irak desde el año 2003, tras el atentado del 11 de septiembre de 2001, comenzando una guerra contra Afganistán y posteriormente contra Irak. El pasado 26 de julio el presidente Joe Biden anunció que cuenta con la aprobación del Primer Ministro de Irak, Mustafa Al-Kadhimi, de finalizar todas las operaciones de combate contra Irak para finales de este año.
La visita del Papa Francisco a Irak estuvo encaminada a exhortar para que se trabaje en conjunto por la paz y prosperidad, donde no se discrimine a nadie. A su vez, asegurar que la presencia cristiana en Irak continúe y se pueda recuperar. La visita papal dio esperanza a los cristianos iraquíes, puesto que con los viajes apostólicos se llama la atención de las diplomacias y es con ello que los líderes políticos y religiosos, incluso no católicos, presten atención a lo que viven los residentes del lugar y se toman acciones en favor de ellos.
El Presbítero Luis Esteban Montes es un sacerdote religioso de la orden del Verbo Encarnado de Buenos Aires, Argentina. Dejó su tierra para convertirse en misionero en el Medio Oriente. Desde el año 2011 se fue a vivir a Irak. Fue párroco de la catedral latina de Bagdad por 5 años. También se convirtió en Prefecto católico y director espiritual del seminario caldeo de Erbil, que se encuentra al norte del país. Sufrió la persecución y las masacres llevadas a cabo por los grupos de Al-Qaida y e ISIS. Actualmente reside en un centro de discapacitados en Alejandría, Egipto. El próximo año vuelve a su misión en Irak, debido a que su estancia en Egipto es sólo temporal. ZENIT Noticias le ha entrevistado.
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Pregunta: Tras la visita del Papa a Irak, ¿qué cambios ha notado en la relación entre cristianos y musulmanes? ¿Sigue siendo un ambiente de persecución marcado o ha ido reduciendo?
Respuesta: Una visita así no es que produce cambios absolutamente drásticos. Uno puede definir su valor como “un paso en la dirección correcta”. Lo principal de la visita del Papa es que ha hecho más visible a muchos iraquíes musulmanes que no tienen la posibilidad de estar en contacto con cristianos o lo único que escuchan son cosas malas de los cristianos. Es poner la atención sobre los cristianos y poder conocer mejor los contactos que ha habido con líderes musulmanes; lo que permite es que esos líderes musulmanes sean un poco más abiertos a los cristianos y es paulatinamente que va llegando a la gente. No son cuestiones milagrosas que producen cambios que sean así abruptos. Lo vuelvo a repetir: “es un paso en la dirección correcta”.
En el Irak, digamos “actual”, sin contar a los terroristas, hay discriminación normalmente contra los cristianos como en todos los países árabes. Es más fácil que pierdan el trabajo, más difícil que lo consigan; también las leyes no los protegen, los niños son presionados en la escuela. En algunas ciudades, por ejemplo, en la llanura de Nínive, hay musulmanes que se meten, que hacen problemas o sea, hay discriminación permanentemente. Eso es así y no solamente en Irak sino también prácticamente en todos los países árabes musulmanes, eso existe sin contar a los terroristas.
Lo de los terroristas es más grave, porque ellos odian al cristianismo y odian todo lo que no sea su ideología. Su solución, para lo que no es de ellos, es el asesinato, la tortura, la expulsión. Los atentados han disminuido muchísimo en el último año y medio, puesto que antes había muchos atentados. Ahora son realmente muy pocos. Sin embargo, la sensación de inseguridad sigue existiendo porque siguen habiendo pocos atentados, pero no se sabe cuándo van a volver con más fuerza. Es decir, en el mejor de los casos, como habíamos dicho al principio, hay discriminación y sigue habiendo peligro.
Los terroristas, “extremistas”, no aprovechan la visita del Papa para algo bueno sino que, al contrario, odian este tipo de acercamientos. De hecho, en otros lugares como en Irán o en Turquía el acercamiento del Papa en medios mucho más extremistas fue crítica hacia el Santo Padre, hacia los cristianos y hacia los musulmanes que aceptaron eso.
Por eso vuelvo a decir, “es un paso en la dirección correcta”. No se soluciona de un día para otro. Hay que hacer muchos cambios en la sociedad y en la educación. Las potencias internacionales tendrían que presionar para que se cumpla la ley a favor de los cristianos y no que simplemente se ignore. La visita de Papa es algo muy positivo, pero tampoco tenemos que esperar un cambio así radical, porque en este tipo de situaciones no existe.
Pregunta: ¿Cuál fue la respuesta de los que han abandonado Mosul y Qaraqosh? ¿Cree usted que vayan a volver a su tierra o permanecerán fuera, aunque eso implique para muchos seguir viviendo la pobreza extrema?
Respuesta: Tenemos que diferenciar. Es muy distinta la situación de Mosul que la situación de Qaraqosh u otras ciudades y pueblos en las llanuras de Nínive. En esos pueblos y ciudades la gran mayoría eran y son cristianos, porque hay gente que ha vuelto, un poco menos que un 50%, el resto ya no quieren volver. Se quieren ir del país los que están afuera de esas ciudades y que han perdido sus casas porque, en pocas palabras, fueron expulsados. Se quieren ir porque ya no confían en que se pueda restablecer la convivencia. Ha sido demasiado tiempo de violencia y ellos vivían en una especie de santuarios cristianos, en el sentido en que vivían en una paz que no se encontraba en el resto del país. Los que vivían en esos pueblos mayoritariamente cristianos les permitían la libertad que no existía en otras ciudades, incluyendo Bagdad. Entonces han regresado pero se ha perdido muchísimo: el 50% no ha vuelto y no va a volver. A lo mejor más adelante en el futuro volverán. Sabemos de gente que se ha ido del país y quisiera volver, pero ya no tienen posibilidades.
Y no es solamente el tema de la seguridad sino que también esas ciudades han quedado destrozadas económicamente. No hay trabajo y la gente dice: “No puedo volver a mi pueblo porque no hay trabajo, ¿qué puedo hacer ahí? Yo tengo que alimentar a mi familia”. Por eso es importante que muchos hayan vuelto, pero es muy triste que la mitad no haya regresado ni vaya a regresar.
En cambio Mosul es distinto, es peor, porque en Mosul es una ciudad mayoritariamente musulmana sunita. Era una de las ciudades más peligrosas antes de la erupción del Isis y los cristianos están con mucha desconfianza. Prácticamente han vuelto muy poquitos. Yo personalmente con todos los que he hablado ninguno quiere volver porque desconfían. No solamente es el Estado Islámico sino sus mismos vecinos los traicionaron cuando entró el Isis y eso es muy difícil de curar. Yo por mi parte veo algunos signos positivos en Mosul en el sentido de que había mucho extremismo en Mosul, pero con la entrada del Isis mucha gente se desilusionó y se dio cuenta de lo que lleva ese extremismo.
Con los jóvenes hay mucho movimiento para tratar de ayudar a los cristianos a que vuelvan, muchas actividades en conjunto con los poquitos cristianos que han vuelto o con los cristianos que están yendo a la universidad en Mosul. Son signos positivos pero la gente que vivió ahí tiene mucha desconfianza y yo no he encontrado a alguien que me diga que quiera volver.
Pregunta: ¿Qué impacto tuvo para los jóvenes iraquíes la visita del Papa a Irak?
Respuesta: Para los jóvenes la visita del Papa fue muy positiva porque es como que les dio esperanza, o sea, nuestra misma presencia como misioneros extranjeros en Irak les da esperanza. Al ver que todos los van abandonando pero que hay gente que viene de fuera para ayudarlos eso les da esperanza. En ese sentido, la visita del Papa fue muy importante para los jóvenes.
Pero, lo vuelvo a decir, muchísimos se quieren ir, o sea, desconfían de que realmente se pueda llegar a vivir en convivencia y en paz algún día. Fueron demasiados años de violencia, de injusticias, etc. Entonces ha sido muy positiva la visita del Papa pero hay que ver los frutos con el correr del tiempo. Porque si no hay cambios a nivel fundamental, a nivel educación, etc., no hay ningún futuro para los cristianos en Irak.
Ha habido y están ocurriendo cambios que son positivos, aunque sean cosas de detalles, pero que son importantes. Por ejemplo la Navidad fue decretada como fiesta nacional, se creó una comisión para que estudien los casos de los cristianos a los cuales les robaron las casas y para que puedan presentar sus papeles y quejas para que se las devuelvan; son cosas realmente positivas. Lo vuelvo a repetir, “son pasos en la dirección correcta”, pero que haya cambios más profundos está por verse.
Pregunta: De entre las ayudas que usted solicita para Irak, ¿en algún momento se le ha ocurrido realizar una especie de martirologio con testimonios de varios cristianos iraquíes que han sido asesinados por defender su fe? Esto como un medio de anuncio para proclamar lo que sucede con la persecución y haya respuesta a la ayuda que se requiere. Y si no había pensado en ello, ¿cree que los testimonios de esas personas serían un medio también de conversión y firmeza en la fe católica para otros países al escuchar estas historias reales?
Respuesta: No es nuestra misión, la mía en concreto, de un sacerdote religioso extranjero hacer la recopilación de mártires, eso es algo que tiene que hacer la Iglesia a nivel local de Obispos, con sacerdotes locales, porque es su responsabilidad. Se han hecho cosas, por ejemplo, se ha iniciado el proceso de canonización de los mártires del atentado del 31 de octubre de 2010, en Nuestra Señora de la Salvación en Bagdad, del Padre Rajid y de muchos otros.
Me parece que es un trabajo que hay que hacerlo a todo nivel. Hay que formar una comisión y recabar cada caso. Personalmente no tengo constancia de que se está haciendo ese nivel que se tendría que hacer. Sería una pena que no se haya hecho porque, por ejemplo, supe que en Siria hace ya unos años se creó una comisión; o sucede que en Irak – recordemos que en Irak la Iglesia es mayoritariamente de rito caldeo – los Obispos están buscando testimonios de entre los que han sido martirizados de su propio rito, los católicos lo mismo, etc. No sé si se esté haciendo realmente como debería, se han hecho muchas cosas, pero sería importante que se termine de un modo concreto.
Los ejemplos de los mártires mueven. Yo lo experimenté contando en diversos países de Occidente sobre los mártires, los confesores de la fe, la gente que ha sufrido, es más, del cristiano iraquí común que ha sufrido, y realmente lo que escuchan los mueve. Sí hemos tenido testimonios hermosísimos de gente que ha vuelto a la fe, que ha regularizado su situación sacramental, gente que ha recibido los sacramentos, gente que ha empezado a rezar. Los santos en general, los mártires muy en particular, tienen esa fuerza de mover a la conversión. Esa es una de las riquezas principales que tiene el Medio Oriente y en tantos lugares de África o Asia donde hay tanta persecución. Su ejemplo transforma la vida de cristianos que no viven su fe con tanta fuerza.
Pregunta: ¿Cuál es la catequesis que se les da a los fieles generalmente para poder mantenerse firmes en su fe? Por ejemplo, si en el centro de la predicación se encuentra “la unión con Cristo crucificado” o “el ofrecimiento de los sufrimientos para reparación de los pecados”…
Respuesta: La catequesis se hace con todas las verdades de la fe, porque todas ellas se iluminan unas a otras. En la predicación lo mismo. Pero ellos mismos viven su fe de modo tan consciente, tan fuerte y tan firme, que no es que estén buscando tanto en nosotros una confirmación de su fe. El cristiano de Medio Oriente, por ejemplo, lee regularmente la Biblia; es muy común que casi todos la leen todos los días, es común que participen de los sacramentos; son conscientes de su misión y no se les pasa por la cabeza abandonar a Jesucristo. Ciertamente el ejemplo de Cristo, que es el testigo fiel que dio su vida por salvarnos, es lo que a ellos los ilumina para ellos saber cómo responder delante de la persecución.
Recuerdo que cuando los cristianos huyeron de Mosul con la irrupción del Estado Islámico, un pintor hizo una obra de arte dibujando a los cristianos abandonando Mosul y delante de ellos iba la Sagrada familia. Ellos se sienten identificados con Cristo que sufre, con Cristo que ha dado su vida por nosotros, con la misma Sagrada Familia que sufrió persecución; están muy unidos a María Santísima en la oración. Eso hace que ellos nos necesiten menos que en otros lados, por todo lo que ellos con su vida nos enseñan. Lo que dice San Pablo: “Todavía no habéis derramado sangre en la defensa de la fe” y ellos sí han derramado sangre.
Pregunta: Además de la persecución religiosa que viven los cristianos en Irak, ¿cómo se han ido confrontando los bombardeos recientes de parte de Estados Unidos y el hecho de que no quieren retirar a sus agentes de Irak?
Respuesta: Aquí nos podemos referir a la cuestión política. La situación es complicada de explicar. Cuando se produce la invasión, la invasión se destruye todo. Toda la ola de violencia que siguió durante 15 años después con 100 atentados por mes en Bagdad, con 20 atentados por día en el país, es consecuencia de esa invasión. Quieren imponer modelos de gobierno occidentales a la fuerza, en lugares donde son sociedades tribales, eso no funciona. Eso permitió el caldo del terrorismo, la violencia trajo más odio, más desconfianza, lo cual favorece al terrorismo; trajo una enorme pobreza, lo cual favorece al terrorismo. Pero, por ejemplo, cuando se están por retirar el grueso de las tropas de Estados Unidos hace unos años, los Obispos pedían que no se retiren. No tenían que haber entrado, pero una vez que entraron, la retirada – así como sucedió hace algunos años – lo que trajo fue más violencia; porque mantenían a la fuerza una cierta tranquilidad y de pronto se retiraron.
El tema es bastante complicado de entender. Ciertamente pareciera que se quieren ir, sacar todavía más fuerza, dejar todavía un grupo más selecto, por así decirlo. Pero la situación es tan caótica que por ahora esto es una situación política, o sea, los gobiernos iraquíes posteriores siempre han sido todos corruptos trayendo sólo miseria a su pueblo, pensando solamente en ellos mismos. Ha sido una cadena de males que ha habido en ese sentido.
Hace un año y pico hubo muchas manifestaciones. La gente quería luchar contra la corrupción, pero está demasiado enquistada. La gente estaba muy ilusionada que iban a conseguir algo, pero en realidad no pasó nada. No hubo ningún cambio.
Así que hay que rezar mucho por este pueblo que está sufriendo tanto. Los que están allí tiene que seguir trabajando para hacer las cosas bien, porque también la responsabilidad es de los que allí viven.
(ZENIT News Agency / Alejandría, Egipto, 17.08.2021) — Ana Paula Morales
AGOSTO 17, 2021 19:19/Zenit