Los costos de socialcomunismo
Cardenal Baltazar Porras Cardozo:
Sugerente el reciente editorial del ABC del 14 de agosto en el que el economista José Luis Feito, desde su especialidad, arroja luces que se me antoja, encaja cada una de sus reflexiones, como en un rompecabezas, en la crisis que vive Venezuela. Me limito a transcribir algunos párrafos para que cada uno saque sus conclusiones, habida cuenta de que los siguientes párrafos están pensados desde una realidad distinta pero no tan distante a la nuestra.
“Las dos características económicas distintivas del socialismo son, por un lado, su afán por reducir todo lo posibles las diferencias de renta y fortuna de los individuos de la sociedad y, por otra, su incapacidad de comprender la inevitable erosión de prosperidad y libertan que estas políticas acarrean”.
“Para el comunismo y otras variantes económicas extremas del socialismo esas diferencias son consustanciales al capitalismo y solo se eliminarán o reducirán radicalmente aboliendo o jibarizando la propiedad privada que constituye el núcleo de dicho sistema”. Este discurso es el que llevó al gobierno el régimen que tenemos instalado desde hace 22 años. Cuando la ideología se impone a la realidad, los resultados no pueden ser más dicientes: matar a la gallina ponedora, nos deja sin gallina y sin huevos. Es lo que ha pasado con las expropiaciones y con el descuido de las empresas básicas.
“Se trasmite repetitivamente la visión de que dentro del sistema unos pocos se hacen cada vez más ricos (los explotadores) a costa de los demás (los explotados). De que la opulencia de los unos es la causa de las penurias de los otros y de que todo se solucionará redistribuyendo riqueza de los que más tienen a los que tienen menos. La implacable evidencia de lo acontecido en las sociedades que han extirpado los explotadores capitalistas…debería bastar para restar cualquier atisbo de credibilidad a esta visión y a las políticas que emanan de ellas”.
“Es penoso que a estas alturas de la historia sea necesario recordar que cuanto más se atenta contra las rentas y la seguridad jurídica de la propiedad privada, cuanto más se acerca la praxis socialista a sus fundamentos marxistas, mayor es el daño a la prosperidad y a las libertades de la sociedad en cuestión. El pecado original de las políticas igualitarias socialcomunistas es su desconocimiento del funcionamiento del lado de la oferta de la economía, de la maquinaria que simultáneamente determina las rentas de los individuos y el nivel de producción”.
Termino con esta antigua parábola judía que bien refleja nuestro presente: “un pueblo preocupado por la salud de sus cabras llama a un rabino afamado por anunciar soluciones indoloras a todos los males. A pesar de sus remedios, la salud de las cabras sigue deteriorándose y vuelven a llamarlo al año siguiente. La secuencia se repite durante un tiempo hasta que dejan de llamar al rabino. Al preguntar por qué no lo han llamado, los representantes del pueblo le responden que todas las cabras han muerto, a lo que el rabino espeta “qué lástima porque todavía me quedaban algunas recetas por aplicar”. Dichosas son las sociedades cuyo electorado no sucumbe a estos malignos rabinos”.
31-8-21