Venezuela

Consejo Superior de la Democracia Cristiana: El estatuto de transición, la consulta popular y el acuerdo de salvación nacional

Ante el inesperado cambio de rumbo que han tomado los encuentros de la Plataforma Unitaria y la dictadura ...

Ante el inesperado cambio de rumbo que han tomado los encuentros de la Plataforma Unitaria y la dictadura en la ciudad de México, el  Consejo Superior de la Democracia Cristiana expresa a los venezolanos y a la comunidad democrática internacional las siguientes consideraciones:

EL ESTATUTO DE TRANSICIÓN,  LA CONSULTA POPULAR Y EL ACUERDO DE SALVACIÓN NACIONAL.

La jornada de diálogos que se realizan en la capital azteca fue solicitada por gobiernos amigos empeñados en buscarle salida a la grave crisis que sufre el país y afecta a toda la región. Y se presentó además como una oportunidad propicia para transmitir  al mundo los reclamos y razones de una sociedad capturada por la tiranía  y conducida a la más grave crisis de su historia republicana.

Ante la distorsión que han sufrido esos encuentros es necesario recordar que la política de resistencia sostenida por el Presidente encargado Juan Guaidó, por la Asamblea  Nacional, los partidos que integran la Plataforma Unitaria y la sociedad civil, está trazada por la ley del “Estatuto de la Transición a la democracia” aprobada el 5 de febrero de 2019 en la Asamblea Nacional.

Ratificando ese objetivo la Asamblea Nacional  consultó en diciembre de 2020 a más de 6 millones de compatriotas que rechazaron la fraudulenta elección parlamentaria convocada por la dictadura, pidieron a la comunidad internacional su desconocimiento, se pronunciaron por el cese de la usurpación, por la realización de elecciones presidenciales y parlamentarias justas y verificables, y solicitaron a la comunidad internacional activar la cooperación para rescatar la democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad.

El pasado 11 de mayo el gobierno interino, la Asamblea Nacional,  y los partidos integrantes de la Plataforma Unitaria presentaron el llamado Acuerdo de Salvación Nacional.

En esa oportunidad Guaidó afirmó que “cualquier decisión que mantenga las mismas condiciones impuestas por Nicolás Maduro no contribuirá a recuperar la institucionalidad del país”.

Anunció que el Acuerdo de Salvación Nacional incluye al gobierno interino, a la Asamblea Nacional, a la Plataforma Unitaria, a la Comunidad Internacional y a los  actores que forman parte del régimen venezolano.

Señaló en esa oportunidad el encargado de la Presidencia que “el requisito  previo para la recuperación de la democracia es la convocatoria de un cronograma de elecciones libres y justas que comprenda elecciones presidenciales, parlamentarias, regionales y municipales con observación internacional”.

Alertó sobre los intentos del régimen de dividirnos, ”de bajar la presión internacional con elecciones regionales y municipales “con un CNE que no reconocemos”. Y se pronunció por “verdaderas condiciones que permitan competir, no ir a una trampa”.

Dijo que “las elecciones fraudulentas no solucionan la crisis, la profundizan mucho más”, y afirmó que “legitimarse mutuamente como tiranía y oposición leal no conduce a la libertad sino a la normalización de la peor tragedia que ha sufrido Venezuela”

Afirmó que el gobierno interino estima importante incluir en el Acuerdo de Unidad Nacional a los actores del chavismo, y  planteó la necesidad de “garantías democráticas” que protejan tanto a los integrantes de la plataforma unitaria como a los del régimen que se incorporen a la propuesta.

Exigió liberar a los más de 300 presos políticos que existen actualmente en el país, permitir el regreso de los exiliados e instaurar la justicia transicional, y propuso crear mecanismos de reinstitucionalización de Venezuela, y para atender la crisis humanitaria creada por la pandemia del Covid-19 se pronunció por un programa de  ingreso masivo de ayuda externa y de vacunas.

El CAMBIO DE RUMBO DE LA PLATAFORMA UNITARIA  EN LOS ENCUENTROS DE MÉXICO.

Vista estas breves reseñas de lo que han sido las luchas contra la usurpación y en defensa la transición democrática, y comprobando cómo esos esfuerzos contrastan con lo que ahora ocurre en las reuniones de México,  señalamos lo siguiente:

1

Los partidos de la Plataforma Unitaria y el régimen que preside Nicolás Maduro firmaron un “Memorándum de Entendimiento” suscrito por Jorge Rodríguez en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por Gerardo Blyde como representante de la Plataforma Unitaria.

Sin embargo, en comunicación oficial enviada por la Misión Permanente de Venezuela ante las Oficinas de las Naciones Unidas en Ginebra a todos los países representados en ese organismo, la cancillería de Nicolás Maduro niega que exista una negociación entre factores políticos que se encuentren en iguales condiciones de representatividad. Y atribuye esa versión al intento de crear “una fallida narrativa”” según la cual coexisten dos gobiernos en la república.

Asegura textualmente la comunicación que “el Memorándum de Entendimiento pone fin a  una diatriba que dio lugar al inicio del proceso de diálogo e implica, por parte de la oposición más extremista, el reconocimiento del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela encabezado por el Presidente Nicolás Maduro Moros la cual, repetimos, pone fin a una diatriba inconstitucional acerca de una supuesta institucionalidad paralela que condujo a un conflicto inédito e innecesario que ha afectado el bienestar de la población venezolana”.

De esa manera la dictadura da cuenta oficial de su avance en el proyecto continuista al lograr que la Plataforma Unitaria sustituya la denuncia de la usurpación y la defensa del interinato, por la legitimación del régimen. Además Maduro consigue que ese grupo de partidos apruebe en México el listado de principios y objetivos del Memorándum de Entendimiento, que en su sección dedicada a las bases ideológicas y legales comunes a las dos partes formula las siguientes proclamaciones:

Bajo el amparo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; b. Atendiendo a los valores superiores del ordenamiento jurídico del Estado venezolano y de su actuación, que son los de la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político; c. Comprometidos con el fortalecimiento de una democracia inclusiva y una cultura de tolerancia y convivencia política; d. Convencidos de la importancia de promover una cultura de respeto a los derechos humanos y de investigar y sancionar su violación; e. Rechazando cualquier forma de violencia política en contra de Venezuela, su Estado y sus instituciones; f. Comprometidos con la estabilización y defensa de la economía nacional, productiva, diversificada y solidaria; g.  Saludando las iniciativas humanitarias tomadas, particularmente la Mesa Nacional de Vacunación y el Programa Mundial de Alimentos; Reconociendo la necesidad de construir una visión de de un futuro conjunto para todas las venezolanas y venezolanos, e invitando a los miembros de la comunidad internacional a acompañarnos en estos propósito.

 

De acuerdo con esta parte del Memorandum de Entendimiento, resulta inescapable concluir que el régimen dictatorial y la Plataforma Unitaria, comparten un amplio espacio de valores y principios con base a las cuales se establece en el Memorandum citado una agenda de “diálogo y negociación integral e incremental” que abarca prácticamente todos los aspectos de la vida nacional. Agenda esta  que según declaran las partes está basada  “en “formatos y pautas acordados por el Gobierno de Venezuela, y la Plataforma Unitaria de manera previa al inicio de las conversaciones en la Ciudad de México, capital de los Estados Unidos Mexicanos”.

 

2

Este nuevo rumbo que se le pretende dar a la política de oposición surge de decisiones inconcebibles, inexplicadas y sorpresivas, tomadas en “reuniones reservadas”, es decir secretas, que realizaron sin conocimiento del país el oficialismo y la Plataforma Unitaria con el asesoramiento del representante del Reino de Noruega, tal y como se desprende de declaraciones, y del referido Memorandum de Entendimiento que han suscrito Jorge Rodríguez y Gerardo Blyde.

 

Fruto de esas negociaciones los partidos de la Plataforma Unitaria, cuyos diputados aprobaron en febrero de 2019 la ley del Estatuto de la Transición, desconocen ahora su existencia y pretenden dejarla sin efecto, sin tener legitimidad para hacerlo y sin explicar a los ciudadanos las razones que justifiquen ese nuevo e inesperado procedimiento.

 

Esa ley de la transición ha sido el instrumento cívico y legítimo de la sociedad venezolana contra la usurpación que Nicolás Maduro perpetró a partir de las fraudulentas elecciones de mayo de 2018, y de su juramentación ante la Asamblea Nacional oficialista ocurrida en enero de 2019. Ella ha sido la carta de legitimidad que ha motivado a la Comunidad Democrática internacional a apoyar nuestras luchas y a repudiar a la dictadura.

 

3-

Intenta la Plataforma Unitaria arroparse junto al régimen en una “Convivencia Política y Social”, “Respeto al Estado Constitucional de Derecho” mientras se profundiza la represión interna, y bajo las banderas del Foro de Sao Paulo y del Grupo de Puebla se coordinan acciones subversivas que afectan la paz de los vecinos y la de otros países situados más allá de nuestro continente.

 

Esa política de idílica convivencia democrática se anuncia solemnemente mientras se mantiene en inhumanas condiciones de reclusión ilegal a más de trescientos presos políticos civiles y militares, a pesar de las denuncias de la Alta Comisionada de Derechos Humanos Michelle Bachelett, de la Misión Independiente de Derechos Humanos de la ONU, de Human Rights Watch; y recientemente de la Fiscalía de la Corte Penal Internacional que  reconoció “motivos razonables” para creer que en Venezuela se cometen crímenes de lesa humanidad.

 

La muerte en prisión del General Raul Isaías Baduel es cercana demostración de esa inhumana naturaleza totalitaria, característica de una tiranía que es capaz de devorar a sus propios hijos en aras de sus perversos propósitos. Ese infausto suceso, que nos recuerda los tiempos de la Rotunda gomecista, es una nueva mácula moral del comunismo del siglo XXI.

 

4-

Nada indica que las reuniones de México puedan producir resultados favorables a la causa de la recuperación democrática del país y a la creación de un escenario propicio para la reconstrucción de la república.

 

La defensa del interinato y la denuncia de la usurpación han sido sustituidas por el formal reconocimiento que los partidos de la Plataforma Unitaria han otorgado al régimen y a sus instituciones, dando inicio a una política de conciliación con la dictadura sobre la base de supuestos objetivos comunes establecidos en el llamado Memorándum de Entendimiento.

 

Ese inesperado viraje que sólo compromete a los partidos integrantes de la Plataforma Unitaria, aumenta el clima de escepticismo y el rechazo a las direcciones partidistas tanto del oficialismo como de los grupos opositores que ahora hacen suya la narrativa del régimen.

 

Ese rechazo resulta más evidente cuando  se acude a elecciones regionales impuestas bajo las condiciones fraudulentas del Consejo Nacional Electoral ilegítimo. Y cuando el ciudadano comprende que los partidos están ausentes de un país agobiado por la pandemia, por la ausencia de libertades y la miseria extrema del comunismo del siglo XXI.

 

5-

El Consejo Superior de la Democracia Cristiana ratifica su compromiso en la defensa del interinato, y en contra de la usurpación entronizada en el poder con la juramentación de Nicolás Maduro en la Asamblea Nacional oficialista el 10 de enero de 2019.

 

Nos pronunciamos por la no participación de la ciudadanía en un proceso de elecciones regionales ilegitimo y fraudulento, que sólo pretende la consolidación de la dictadura.

 

Y exigimos a la legítima Asamblea Nacional, con base a lo establecido en ley del “Estatuto de la Transición a la democracia” aprobada el 5 de febrero de 2019, dar continuidad al gobierno de transición hasta que el país realice los procesos electorales democráticos que recuperen la democracia y restituyan el pleno ejercicio de la soberanía popular.-

Consejo Superior de la Democracia Cristiana venezolana

 

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