Venezuela

Museo de los Niños: Treinta y nueve años al servicio de los niños del país

¡Hola!

Soy Museíto, el amigo con quien —desde hace treinta y nueve años— han compartido experiencias y actividades para aprender jugando en el Museo de los Niños de Caracas.

En estos treinta y nueve años son muchos los que han disfrutado conmigo de todo lo que tenemos en el Museo para descubrir el mundo de la ciencia y la tecnología, y reforzar los valores fundamentales de la sociedad.

Ya son generaciones las que me han acompañado en esta aventura: he podido conocer nuevos amigos que son hijos —y hasta nietos— de los primeros amigos que tuve, allá por el año de 1982.

Vivo en el Museo, como saben. Tengo un cuarto muy original, que no es igual a otros cuartos, porque tiene una inclinación que —dependiendo de donde se mire— hace que las cosas se vean más grandes o más pequeñas. Allí tengo mi cama, mis libros, mis juguetes y mi mesa de trabajo. Allí me reúno con mis amigos para decidir el programa de cada día.

Como consecuencia de la pandemia mundial, este último año no he podido recibir esas gratas visitas de ustedes, acompañados por sus padres, sus abuelos o sus maestros. Ante esta soledad, sin embargo, formamos una “pandilla” para leer un cuento todas las semanas y hacer también investigaciones “científicas” porque somos Curiosos.

La pandilla es pequeña, pero muy bien integrada: yo soy el capitán, aunque solo tengo ocho años. Siempre he estado muy interesado en aprender porque quiero ser astronauta. Paco y Sara son mayores -tienen doce años-: él es un poco despistado; ella es una auténtica “sabelotodo” que nos ayuda mucho con sus explicaciones. Jorge es un artista y Elena es una niñita linda, coqueta y muy simpática. El grupo lo completa Omar, el más pequeño, que con solo seis años quiere participar en todo y nos entusiasma porque va a ser un buen estudiante. Además, nos gustan los animales y tenemos un perro, Bongo, y un gato, Curioso, que se llevan muy bien entre sí y nos acompañan siempre.

Compartimos los cuentos que leemos con muchos niños, amigos incorporados de manera virtual a la pandilla, y entre todos descubrimos sus enseñanzas. Muy pronto invitaremos también a nuestros “amigos virtuales” a aprender contenidos de ciencia con nosotros, “Los Curiosos”, acompañándonos en nuestras investigaciones.

Así, virtualmente he podido mantener el contacto con ustedes mis amigos, en la confianza de que pronto podamos encontrarnos otra vez en el Museo, cuando lo recorran, interactúen con las exhibiciones y puedan continuar jugando y aprendiendo a la vez.

Con el cariño de siempre,

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