«Don Amorth continúa»: en un libro el retrato de un hombre de fe, más allá del exorcista
Su imagen, generalmente retratada en penumbra y sosteniendo un crucifijo, circula de vez en cuando por las redes sociales o por páginas web y blogs, acompañada de frases extraídas de sus escritos o discursos, la mayoría de las veces descontextualizadas, que no hacen más que alimentar el tópico en el que su figura corre el riesgo de quedar atrapada.
La del sacerdote sombrío, «enemigo del diablo», símbolo de un mundo oscuro e intelectualmente incomprensible como es el de los exorcismos y las posesiones satánicas. Un perfil casi caricaturesco que, a la larga, podría acabar desvaneciendo la estatura moral y la obra del que fue ante todo un hombre de fe que sirvió a la Iglesia italiana y universal. Un libro, publicado recientemente por Ediciones San Pablo, ayuda a esbozar un retrato detallado del padre Gabriele Amorth, el sacerdote paulino de Módena recordado por todos como el más famoso exorcista de nuestro tiempo, fallecido el 16 de septiembre de 2016.
El libro
«El padre Amorth continúa. La biografia oficial» es el título del libro escrito por el periodista Domenico Agasso, vaticanista de La Stampa, que en 240 páginas recorre los 91 años de vida del padre Gabriele, 62 de ellos como sacerdote y 30 como exorcista.
Es precisamente la reconstrucción de esos 61 años antes de que se convirtiera en el decano de todos los exorcistas de Italia y del mundo la principal novedad del libro, que revela un trasfondo hasta ahora inédito de Gabriele Amorth, un hombre de mil caras – político, periodista, escritor, sacerdote- que vivió en primera línea una parte de la historia italiana, antes y después de la guerra. Una vieja Italia que tuvo que construir de los escombros de la guerra una imagen democrática que no perdiera los valores más profundos del cristianismo. Amorth -del que se sabe poco sobre su infancia y adolescencia- vivió este periodo con intensidad. Formado de joven en el entorno del antifascismo democristiano, trabajó junto a importantes figuras de la época: Dossetti, La Pira, Fanfani, Lazzati, de los que recibió estima y respeto.