4 escenarios que se abren en Venezuela por la investigación de la Corte Penal Internacional
Sergio Monsalve, Director de Observador Latino:
La visita de Karim Khan sigue despertando análisis y esperanzas en el país. Pero conviene estudiar sus repercusiones en frío, antes de armar una celebración condenada a toparse con la determinación de hechos en dictadura.
Leída la jugada maestra del representante de la Corte Penal Internacional, hoy compartimos cuatro de sus evidentes consecuencias en el corto y largo plazo.
1) No más impunidad.
Karim Khan logró lo impensado: hacerle firmar a Maduro, en Palacio, su principio de encausamiento en la corte de la Haya, donde sus homólogos, como Milosevic, no sobrevivieron para contarla. Ellos se volvieron tiranos, pero la justicia les llegó, tarde aunque seguro.
En adelante, Nicolás tiene dos opciones, a cual más demoledora de su pretensión de eternidad. Primero, debe permitir el trabajo autónomo e independiente del Tribunal Supremo de Justicia, para dictar sentencia contra los esbirros, matones, verdugos y torturadores del régimen.
Ver para creer, porque el TSJ fue un organismo corrupto y envilecido, cuyo sistema detonó la situación actual de cacería de brujas y purga a la disidencia, al desconocer los triunfos democráticos de la oposición, dando paso a su represión, desaparición y encarcelamiento.
¿El tirano se juzgará así mismo y a los suyos con sus jueces tarifados? Lo pongo seriamente en duda.
Para disimular, ya Tarek avanza en un show de golpe de pecho y mea culpa, elaborado para las cámaras, como el santo inquisidor de los delitos de lesa humanidad cometidos en el 2017.
Por el oportunismo y el delay, pues nadie les compra la finta. En tal sentido, el camino quedaría abierto para la operación de Karim Khan, siguiendo con la investigación y condena de Nicolás por su expediente de violación de derechos humanos.
En ambos casos, no corren buenas noticias en Miraflores.
Se confiaron los rojos, el asunto los tomó de improvisto. Imaginaron resolverlo como una visita diplomática de un pez gordo de la FIFA. En cambio, Karim hizo una de Benzema, metiéndoles un gol en su propia cancha, dejándolos en un ridículo mundial.
La pelota está en campo de la oposición.
¿Pero sabrá la MUD capitalizar la victoria ajena de la Corte Penal? La historia dice que nuestros muchachos naufragan, cada vez que la tienen cerquita para derrotar al gorila.
Ahí figuran las entregas del 2013, el fiasco tras la victoria de la Asamblea en 2015, el desconocimiento del mandato popular del 2017 y la progresiva disolución del interinato, después de renunciarse a la promesa del mantra. ¿Ahora será distinto?
2) Elecciones a la vista.
Con una campaña escolar y personalista, la oposición no terminar de convertirse en una alternativa fiable y ganadora para los votantes de la oposición. Hay más abstención que ganas de apoyar una batalla de egos sin consecuencias, que riñen como influencers tóxicos y gorrones, peleándose por cuotas de poder y explotación de feudos estatales.
Se acusan mutuamente, desgastando su imagen en la pantalla, siendo presas fáciles de una división que solo favorece al enemigo en las urnas.
Resultado de inmadurez política y de ejercicio de voluntarismo, la resistencia nacional cae en el peine del gobierno, al debilitarse persiguiendo los sueños vanos de triunfo electoral, en una justa amañada por el ventajismo socialista.
Las regionales, una herencia de la COPRE y de la cuarta república en la era de Carlos Andrés Pérez, fueron instrumentadas y vaciadas de sentido, por una dictadura que desconoce las victorias locales, cuando les son adversas, como en el caso de Antonio Ledezma, al que sacaron de la alcaldía metropolitana y le pusieron encima una suerte de protectorado rojo.
Desde entonces, el chavismo utiliza la farsa de las regionales, con el objetivo de afianzar sus cuadros políticos en la provincia, apenas consintiendo las victorias simbólicas de la oposición en bastiones de la Venezuela de Coca Tan Blanca.
Así no tenemos chance.
En cualquier caso, Karim también les envió un mensaje y un compromiso a los opositores, según el cual, tienen que aprovechar su observación internacional, su seguimiento del caso Venezuela, para reorganizarse democráticamente, de cara a próximas y futuras elecciones.
Por ende, aunque no sea la cosa más sexy del planeta, la oposición tiene que competir en las regionales, más por un ejercicio de presión política que por protagonizar un teatro de sombras de la colaboración, en la búsqueda de fuentes de riqueza para repartirse como botín.
Son elecciones en tiempos de dictadura. Por tanto, cuestión de contagiarse más con el espíritu del 23 de enero, que con el espectro y el fantasma de los negocios caudillistas de la partidocracia.
Piensen en el país, abandonen la vía de la olla de cangrejos, y apelen a una unidad sin atenuantes que sea emocionante, como gesta, para la audiencia opositora. Caso contrario, continuaremos cediendo en retroceso.
3) Se terminó el estado policial, por ahora.
Maduro activó su Plan Ávila, tierra arrasada, desde que llegó al poder, porque no contaba con mandato orgánico y la mayoría del país lo aborrecía. A plomo, palo y gas, desactivó los planes de la resistencia.
Abrió causas absurdas y siniestras contra defensores de los derechos humanos, contra periodistas de paz, contra políticos del Frente Amplio.
Le dio luz verde a los colectivos para salir a matar.
Apertrechó y garantizó el ascenso del terror de las zonas de paz, bajo el control del Koki, del Vampi y del Wuilexis.
Cerró las universidades, incentivó la represión salvaje de la Guardia Nacional, acumuló una lista de estudiantes caídos en protestas. Bañó de sangre las calles. Enlutó a madres de por vida.
Hicieron lo que dijeron que no harían, después del Caracazo. Tal parece que terminó el calvario de la república que tortura, después de la apertura de investigación de la Corte Penal Internacional.
Cuestión que probaremos cuando en enero, el verdadero país saque la cara y estalle la burbuja de falsa prosperidad que montaron, a fin de evitar su derrota en las regionales.
Enero y febrero serán la auténtica prueba de si podemos volver al pavimento, sin que nos disparen y nos embosquen con los círculos, con los colectivos.
4) La Transición, más un respiro y un oxígeno para la libertad de expresión.
Vivimos con pánico y miedo razonable, hay que medir las palabras, la dictadura fabricó un estado ideal en el que los ciudadanos temen expresarse, so pena de acabar tras rejas.
Por lo pronto, se abrió una ventana para disentir y alzar la voz ante los abusos cometidos por el oficialismo.
La visita de Karim también nos autorizó a exponer a los malos, a los villanos, con honestidad y franqueza, con valentía y apego al derecho.
La Corte Penal demuestra que puede existir un contrapoder, que enfrente al despotismo con autoridad y elegancia, sin atajos violentos y poses de bully populista.
De repente, comenzó una insurrección en noviembre, que no alcanzamos a percibir en toda su dimensión.
En efecto, el último crac del chavismo comenzó en Octubre, después de la muerte de Baduel. Fue una red flag enorme que desemboca en extradiciones y procesamientos serios de la corte penal. Gracias a la comunidad internacional, el 2021 no cerró por la baja y en depresión. Pero Karim no puede solo.
Acompañemos su investigación, dentro y fuera de Venezuela, con una activación política que nos conduzca a una transición necesaria.
Más que justicia transicional, la gente lo que espera es que haya condena para los crímenes de lesa humanidad.
En diciembre soltarán a un contingente de presos políticos, por razones «humanitarias». Cuidado con navidad, pues servirá de cortina y distracción. No se confíen.
Sergio Monsalve. Director de Observador Latino.
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