El cardenal Brenes, a su regreso a la catedral de Managua: «No podemos callar»
Desde julio de 2018, Ortega acusa al episcopado de haber dirigido en su contra un supuesto golpe de Estado
El cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, regresó este domingo a la Catedral Metropolitana de Managua, de la que es arzobispo, tras casi cuatro meses de ausencia, y afirmó que los sacerdotes “no pueden callar”, en un país donde el clero ha sido crítico con el Gobierno de Daniel Ortega
Desde julio de 2018, Ortega ha acusado al episcopado de haber dirigido en su contra un supuesto golpe de Estado, del que todavía no ha mostrado pruebas, y tras lo cual los templos católicos han sufrido múltiples profanaciones en distintas ciudades de Nicaragua
El pasado día 7 Ortega fue reelegido por tercera vez consecutiva, en unos comicios que la oposición, las víctimas de los ataques armados de 2018, y parte de la comunidad internacional, calificaron de “ilegítimos”. Once días después, Brenes dejó de ser presidente del Episcopado, porque para “un tercer periodo no hay reelección en la CEN”, explicó el mismo cardenal
El cardenal de Nicaragua, Leopoldo Brenes, regresó este domingo a la Catedral Metropolitana de Managua, de la que es arzobispo, tras casi cuatro meses de ausencia, y afirmó que los sacerdotes “no pueden callar”, en un país donde el clero ha sido crítico con el Gobierno de Daniel Ortega.
“Oren por mí, oren por nuestros sacerdotes, para que seamos promotores de este reino (de Jesucristo), y que como bien decían los apóstoles: no podemos callar lo que hemos visto y lo que hemos oído”, dijo Brenes, que no había vuelto a la Catedral de Managua desde el 31 de julio pasado, cuando conmemoró un año del atentado contra el templo que calcinó una histórica imagen de la Sangre de Cristo y luego contraer covid-19.
Desde julio de 2018, Ortega ha acusado al episcopado de haber dirigido en su contra un supuesto golpe de Estado, del que todavía no ha mostrado pruebas, y tras lo cual los templos católicos han sufrido múltiples profanaciones en distintas ciudades de Nicaragua, incluyendo la catedral de Managua en 2020, que la Policía Nacional clasificó como accidente.
Los obispos no han negado que durante las protestas antigubernamentales de 2018, los párrocos abrieron sus puertas para que los manifestantes escaparan de los ataques armados de policías y civiles, que según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dejaron al menos 355 muertos.
Ese mismo año la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), entonces presidida por Brenes, sirvió de mediadora en un diálogo entre los manifestantes y el Gobierno, que fracasó cuando las autoridades ejecutaron la denominada “Operación Limpieza” contra los opositores, que dejó decenas de muertos en diversas ciudades, de acuerdo con denuncias de organismos humanitarios.
«No cansarse ante la oscuridad»
En 2014, siete años después de que Ortega volvió al poder, la CEN le advirtió de una generalizada inconformidad en Nicaragua contra el Gobierno sandinista, y lo invitó a replantear su estilo de mando, recomendación que el presidente ignoró.
“Por eso mi exhortación, que no nos cansemos, aún en medio de oscuridades y en medio de tensiones, de anunciar este reino, un reino fuera de serie, el reino de Jesucristo, que tiene su base en el corazón y que dé fruto”, subrayó el purpurado, en su mensaje dominical.
El pasado día 7 Ortega fue reelegido por tercera vez consecutiva, en unos comicios que la oposición, las víctimas de los ataques armados de 2018, y parte de la comunidad internacional, calificaron de “ilegítimos”. Once días después, Brenes dejó de ser presidente del Episcopado, porque para “un tercer periodo no hay reelección en la CEN”, explicó el mismo cardenal.
Álvarez: «Reinos, terminan quebrándose»
Durante la homilía de este domingo, monseñor Rolando Álvarez Lagos, obispo de la Diócesis de Matagalpa, dijo que los “reinos que son fundados bajo armas, intimidación, amenazas y chantajes, antes o después se quiebran”.
“Para los creyentes reinar es servir, solo así se puede estar atento al clamor del pobre débil, del marginado; muchas son las causas, no solo de ahora, que nos han empobrecido. No somos pobres porque nos tocó ser pobres, sino porque desde que hay una decisión política de no distribuir la riqueza con equidad, a la persona se le somete a ser pobre”, subrayó el obispo, que también es administrador apostólico de la Diócesis de Estelí.
“Él reino de dios se fundamenta sobre el amor la reconciliación el perdón, la fraternidad, solidaridad, la no exclusión, la no discriminación, que son condiciones para el desarrollo humano sostenible y el respeto a los derechos humanos. El reino de Dios radica en los corazones”, destacó en la homilía realizada en la catedral Nuestra Señora del Rosario, en Estelí.
Báez: «Nada violento es eterno»
Monseñor Silvio José Báez, obispo auxiliar de Managua, señaló que “el reino de Jesús no es violento ni se impone con la violencia, porque nada violento es eterno. El reino de Jesús es eterno, quienes se imponen por la fuerza están ya derrotados, quienes se creen fuertes porque son agresivos y humillan a los demás, lo único que hacen es mostrar su debilidad, los poderosos que arrebatan la libertad a los pueblos y los dominan porque tienen las armas, ejercen un poder ilegitimo que tarde o temprano terminará”.
“Quien prefiere el poder al servicio, quien es insensible no conocerá nunca la verdad, quien ha hecho de la corrupción un estilo de vida está condenado a no conocer nunca la verdad”, aseguró Báez en su homilía desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos.
“Para los reinos del mundo es esencial ganar en el reino de Jesús; el más grande es el que sirve y cuida la vida de los demás, Jesús nunca quiso tener poder sobre nadie. En el reino de Jesús no existen legiones ni espadas”, dijo el religioso.-
| RD/EFE