El Mundo

Una Bitácora cubana (XCIII)

El Estado cubano es responsable de la muerte de Oswaldo Payá, concluye una comisión de la OEA

Marcelino Miyares: 

Oswaldo Payá y Harold Cepero, prohibido olvidar - Misceláneas de Cuba

 

1 – El Estado cubano es responsable de la muerte de Oswaldo Payá, concluye una comisión de la OEA

 

Noticias como esta (publicada en 14ymedio) no alivian el dolor por la pérdida de dos luchadores por la libertad de Cuba. Pero al menos sirve para que el mundo se enterase que un calificado organismo internacional (la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, de la OEA) afirmara que

 «Existen indicios serios y suficientes para llegar a la conclusión de que agentes estatales tuvieron participación en la muerte de los señores Oswaldo Payá y Harold Cepero”.

¿Es que era acaso posible que se creyera la “versión oficial”, es decir, la versión interesada de un régimen inhumano que jamás ha dudado en asesinar, torturar, perseguir, reprimir y expulsar a los ciudadanos, cuyo bienestar debiera siempre haber tenido como objetivo fundamental?

¿Qué buscaba el régimen con la eliminación de Payá y  Cepero? En primer lugar, golpear a la estructura del Movimiento Cristiano Liberación, cuyo líder indiscutible era Payá, y de seguidas debilitar aún más a la oposición al castrismo.  Sigamos con extractos de la nota:

 

«Finalmente, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha desvelado la realidad indiscutible», declaró la hija del opositor fallecido, Rosa María Payá: «el régimen cubano es una dictadura asesina y el Estado cubano es responsable por el atentado contra mi padre, Oswaldo Payá, y Harold Cepero. Ellos fueron brutalmente asesinados por orden directa de los Castro, simplemente por su incansable búsqueda de la libertad para el pueblo cubano».

La Cidh concluyó su investigación el 19 de diciembre de 2022, pero el documento fue retenido hasta ahora por motivos desconocidos, aunque se sospecha de algunas presiones para impedir la publicación o matizar las conclusiones explosivas del informe. Aunque no es un miembro activo de la organización interamericana, Cuba es signataria de la carta de la OEA y, por ende, debería cumplir con las recomendaciones de su organismo de derechos humanos.

El pasado marzo, un grupo bipartidista de senadores de EE UU entre los que se encontraban los demócratas Dick Durbin y Bob Menéndez, y el republicano Marco Rubio, exigió a la Cidh «acelerar los avances de la investigación sobre el asesinato» de Payá y Cepero, aduciendo que podían realizar su «trabajo crítico» incluso si el Gobierno no cooperaba.

Ante las constantes negativas de las autoridades de la Isla a ofrecer una explicación completa y detallada, la Cidh otorga «fuerza probatoria» a las alegaciones de la familia de Payá y a otros «múltiples elementos de evidencia»: un vehículo de la Seguridad del Estado arremetió contra el carro en que viajaban Payá, Cepero y dos ciudadanos extranjeros, en una carretera de la provincia de Granma.

El reporte de las autoridades culpó al conductor, el joven político español Ángel Carromero, del Partido Popular (conservador), de provocar el choque, y como tal fue juzgado por homicidio involuntario en un tribunal de la Isla. Carromero, obligado a corroborar la hipótesis del régimen frente a las cámaras de Televisión Cubana, explicó, de vuelta en España, que había declarado bajo coacción.

Existe además, señala la Cidh, un testigo ocular externo –de quien se protege la identidad– que aseguró que un automóvil de la Seguridad del Estado impactó el vehículo en que viajaba Payá, una técnica con la cual la policía política había tratado de intimidar anteriormente al opositor. (…)

Resume el informe que los acontecimientos de julio de 2012 constituyen, en primer lugar, una violación flagrante del derecho a la vida, a la libertad, a la seguridad e integridad de la persona, pero que no fueron los únicos derechos irrespetados por el Gobierno cubano durante la vida de Payá y Cepero.

Sistemáticamente y para amedrentar a ambos opositores, la policía política les impidió la libre circulación por el territorio nacional, colocó micrófonos en sus domicilios con el fin de escuchar sus conversaciones, y los sometió a descrédito frente a la opinión pública. Además, toda vez que las organizaciones internacionales –incluyendo la Cidh– solicitaron información detallada sobre el caso, el Estado cubano hizo caso omiso a la petición, lo cual, como señala, tiene consecuencias judiciales.

Tras el deceso de Payá, a los 60 años, a su esposa Ofelia Acevedo y su hija Rosa María Payá no se les dio acceso al informe de la autopsia, derecho que han reclamado en varias ocasiones, y se les impidió asistir al juicio de Ángel Carromero, lo cual también constituye una violación de la regularidad de los procesos judiciales.

Carromero permaneció detenido durante tres meses hasta que fue escuchado por un juez, lo cual, señala la Comisión, significa una violación de la propia legislación cubana. El político español refirió que, durante su arresto, sufrió golpes por parte de los agentes y que, ya en prisión, fue sometido a condiciones inaceptables, falta de alimentación y de atención sanitaria.

Observa también el informe que los familiares de Payá pueden ser considerados «víctimas» de la actuación del Estado, puesto que no solo vieron afectada su integridad psíquica y moral, sino que, tras los hechos, también fueron acosados por la policía política. (…) 

Después de su análisis, la Comisión interpela al Gobierno cubano y reclama una reparación por la muerte de Oswaldo Payá y Harold Cepero, que incluya la compensación económica de sus familiares, la transparencia de sus explicaciones y la generación de «condiciones de retorno» a la Isla de «todas las personas que como consecuencia de los hechos se hayan visto forzadas a reconstruir sus proyectos de vida en otros lugares, siempre que así lo deseen». (…)

Por su parte, la hija de Oswaldo Payá ha estimado que España y la Unión Europea no pueden hacer menos que la Cidh. «Hace 10 años, las cortes de España apoyaron el pacto de silencio cómplice entre el Gobierno español y la dictadura cubana», dijo Rosa María Payá. «Ahora es oficial y está comprobado el crimen de lesa humanidad cometido contra mi padre y Harold. Es hora de que el Estado español se pronuncie sobre este asesinato y tanto España como la Unión Europea actúen para frenar la impunidad de las constantes atrocidades que sigue perpetrando la dictadura cubana».

 

Oswaldo Payá Sardiñas, luchador insigne por la libertad de Cuba, jamás será olvidado. Su nombre ocupa lugar preponderante entre los héroes en la lucha por la libertad de Cuba.

 

 

2–El régimen cubano discutirá «el diseño constitucional del Estado»

 

El Partido Comunista y el Parlamento anuncian una revisión general de ambas organizaciones a pocos días de que Moscú pidiera «modificaciones» en la legislación cubana. 

Leemos en 14ymedio que “El plato fuerte de ambas reuniones será la discusión sobre el “desarrollo de la economía” y “la solución de los problemas” de alta prioridad”.

Por supuesto, ambas reuniones se realizan pocos días después de la llegada de altos mandatarios rusos, como el vice primer ministro de Rusia Dmitri Chernishenko, quien durante su visita en La Habana sugiriera «algunas modificaciones» en la legislación antes de que el país se incorpore por completo a la «hoja de ruta» de Moscú.

 Todo ello ocurre en el escenario actual de grave crisis en todos los aspectos principales de la vida en la Isla: la economía, los derechos humanos, las relaciones internacionales, etc.

Obviamente, son las típicas reuniones de la burocracia castrista, adornadas con un lenguaje de objetivos, metas y aspiraciones que no tienen nada que ver con la realidad. Lo que se busca, en lenguaje claro, es sobrevivir como sea y si es necesario poniéndose de rodillas ante el oso ruso. Incluso es algo que reconoce, sin darse cuenta, la prensa oficial, cuando destaca que “El plato fuerte será la discusión sobre el «desarrollo de la economía» y «la solución de los problemas económicos (de) una alta prioridad”.

Puro cuento, y cero capacidad autocrítica. Bien se dice en la nota que

  

“El plan se estrella contra la realidad punto por punto, puesto que las propias fuentes oficiales constatan –este mismo mes– que 480 empresas estatales (un 24% del total) cerraron el año anterior con pérdidas. La utilidad sobre las ventas netas de esas mismas empresas alcanzó un 17,2%, lo cual representó una pérdida de 20.900 millones de pesos. Como consecuencia, en 2023 el Estado deberá gastar 52.000 millones en subsidios y otros mil millones para subsanar las pérdidas.

En cuanto a los problemas estructurales, la alimentación y la agricultura, es evidente, sostiene el economista Pedro Monreal, que la «crisis de seguridad alimentaria, inestabilidad y déficit habitual de el suministro de energía», la «aguda crisis de combustibles» y el incumplimiento del plan de exportaciones echa por tierra el plan del Gobierno.

Sobre el turismo, tampoco en 2022 se llegó al nivel de visitantes previstos y se tuvo que rectificar la previsión en varias ocasiones. Por no hablar, señala Monreal, de la baja tasa de ocupación hotelera, que también alerta sobre la «ausencia de dato oficial sobre el nivel general de inversión extranjera», que el régimen ha estimulado con «ventajas fiscales y discriminatorias respecto al capital nacional». 

En cuanto a la «consolidación» de la Tarea Ordenamiento –otro de los grandes objetivos del Partido durante los últimos dos años–, Monreal detalla su «fracaso estrepitoso», pues los trabajadores estatales no están «en mejores condiciones», como prometió el Gobierno en 2021. Además, el Gobierno abandonó dos rasgos esenciales de la Tarea: la unificación monetaria y cambiaria, para desembocar en un «persistente desequilibrio macroeconómico sin solución a la vista» y una creciente dolarización de la economía.

También se fracasó en el desarrollo científico y tecnológico, una realidad que demuestra con elocuencia el hecho de que el Estado sólo haya invertido un 0,7% de su presupuesto en impulsar el sector en 2021 y 2022.

Y, por último, también el fallo es evidente en términos de justicia social, mejoras en consumo y elevación de la calidad de vida. «La ausencia de datos oficiales sobre niveles de pobreza y desigualdad no logran encubrir el incremento de esas dos dimensiones de la exclusión social», comenta Monreal, además de apuntar que el poder adquisitivo de las familias cubanas se redujo drásticamente en los últimos años.

El economista exige al Parlamento y al Partido Comunista un análisis claro de todos estos factores para evaluar si 2023 será un «mejor año» para Cuba. «Otra cosa sería propaganda anodina o incompetencia», resume”.

 

Miguel Díaz-Canel y Vladímir Putin firmaron acuerdos de cooperación en varias materias en la visita a Rusia del primero. (@DiazCanelB)

  

3–Yoani Sánchez: Moscú no cree en islas: Cuba vuelve a abrazar al oso ruso

 

Una vez más, Yoani Sánchez (en nota de Deutsche Welle) pone el dedo en la llaga correspondiente. El anuncio de la llegada de los rusos “no traerá consigo cambios democráticos, ni respeto por los derechos humanos, sino todo lo contrario”. La periodista recuerda la época de la primera llegada a la Isla del contingente eslavo, en aquellos tiempos de carácter “soviético”, vale decir comunista. La antigua Guerra Fría concluyó, el Muro de Berlín cayó, el comunismo soviético se derrumbó, pero las maneras autoritarias se mantienen.  Sigamos con sus comentarios:

 “La presencia soviética fue tan intensa en nuestra isla que, para los niños que crecimos entre los años 70 y 80, la URSS era como una madrastra poderosa y severa. Hoy, vemos llegar nuevamente a los enviados del Kremlin y, aunque parecen distintos con sus trajes y corbatas, sabemos que buscan lo mismo: utilizar a nuestro país como una ficha geoestratégica en un ajedrez que nos queda grande, muy grande.

 El mismo día que comenzaba en Japón la cumbre del Grupo de los 7, el gobernante Miguel Díaz-Canel ratificaba al viceprimer ministro ruso, Dmitri Chernishenko, «el apoyo incondicional de Cuba a la Federación de Rusia en su enfrentamiento a Occidente». En Hiroshima las reuniones giraban en torno a cómo aplicar con mayor severidad las sanciones para arrinconar a Vladimir Putin por su invasión a Ucrania, pero en La Habana se extendía la alfombra roja para el estrecho círculo de poder del ex agente de la KGB. No fue casualidad.

 Cada vez más aislado en el plano internacional, y con una guerra en la que no ha obtenido la fulminante victoria que esperaba, el régimen ruso está muy necesitado de alianzas. Le urgen no solo en el plano diplomático, para aparentar que mantiene socios leales en algunos puntos del planeta, sino también para que sus amigos le ayuden a evadir sanciones. Hasta el comienzo de la invasión, Putin había dado varias muestras de desinterés hacia la isla, incluso se cancelaron varios proyectos en conjunto debido al ineficiente actuar de la parte cubana. Pero la campaña bélica lo cambió todo. 

La Habana se alineó rápidamente al discurso de Moscú y comenzó a llamar la entrada de tropas en territorio ucraniano como una «operación militar especial». Evitó condenar en Naciones Unidas la actuación rusa y culpó a Kiev por el inicio del conflicto. (…) 

La desazón que nos embarga ahora llega por varios motivos. Conocemos la intensidad de la presencia que pueden llegar a tener los rusos en nuestro país, su infinita disposición y capacidad para entrometerse en ministerios, oficinas y cuarteles. Sabemos que el régimen de Díaz-Canel está quebrado, y que, para salvar lo que queda del castrismo, es capaz de rematar la isla pedazo a pedazo. Intuimos que un cheque abultado de Moscú le permitiría al impopular ingeniero seguir en los timones de la nación y reforzar la represión. También entendemos que solo le interesamos a Putin porque estamos a 90 millas de Estados Unidos, su archienemigo, y ubicados en América Latina, una región en la que quiere tener una importante zona de influencia. 

Además, sospechamos que con esos enviados de cuello y corbata, que llegan hasta La Habana por estos días, no nos vendrá un cambio democrático, ni más libertades, mucho menos mayor respeto a los derechos humanos. Apunta a todo lo contrario. Cuando Chernishenko adelantó la realización de «una hoja de ruta» para acelerar el acercamiento entre ambos países, «que tal vez podría necesitar algunos cambios en la legislación de Cuba», no está pensando en decretar más espacios para la disidencia ni un marco de respeto para los medios de prensa independientes. Se trata, más bien, de allanar el camino para que los rusos controlen porciones de la economía nacional y campeen a sus anchas también en otras esferas.

Nos traerán, eso sí, sus métodos. La habilidad para que oscuros agentes de la policía política amasen un imperio, para que los pejes gordos del Partido se hagan con las industrias más apetitosas y para que el dinero de las liquidaciones de propiedades públicas termine, mayoritariamente, en camaradas ideológicos que cambiarán su uniforme militar por la elegante indumentaria de los oligarcas.

 

Díaz-Canel se reúne con Josep Borrell | OnCubaNews 

4Escarnio, estilo socialista

 

Nuestro editor en América 2.1, Marcos Villasmil, en nota publicada también en El Venezolano, hace también referencia a la llegada rusa:

 “¿Quién hubiera pensado que el capitalismo volvería a Cuba…de la mano de Rusia? Es toda una operación diseñada, en primer lugar, para “salvar” al castrismo -si es que ello es posible-; y para consolidar la nueva dependencia del castrismo ante el oso ruso, que ahora no ofrece generosamente el modelo soviético, sino el neofascista, capitalista salvaje, nacionalista y populista del psicópata Vladimir Putin. (…)

Está claro que Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel han hecho con deleite el papel de mendigos pidiendo ayuda; los rusos, como contraprestación,  esperarán que este mecanismo cooperador les sea útil para evadir las sanciones de medio planeta, y para incrementar su presencia en el Caribe.

 Otra obvia solicitud rusa: que los castristas mantengan su incondicional apoyo a Putin no sólo en su agresión a Ucrania, sino en su enfrentamiento con Occidente”.

Continúa la nota llamando la atención a otro hecho noticioso reciente en la Isla: la visita a fines de mayo de Josep Borrell, Alto Comisionado europeo para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, quien simplemente llegó para burlarse de todo el pueblo cubano.

Borrell llega en medio de una crisis económica pocas veces vivida por los ciudadanos, y las mayores violaciones a los derechos humanos en décadas.

Uno podría pensar que la previa visita de los delegados de Putin pondría en peligro el apoyo de la Unión Europea a Cuba (o sea, al régimen).  Todo lo contrario. Como se señala en la nota:

 

“Borrell ofreció el acostumbrado bla-bla-bla que todo socialista europeo usa a la hora de mencionar los asuntos primordiales de la Isla. Pocas veces se pueden usar con tanto desparpajo las palabras “diálogo”, o “derechos humanos” o “libertades políticas”; los Altos Comisionados Europeos como Borrell casi siempre son socialistas y todos leen del mismo catecismo del “sí pero no”. Décadas criticando al castrismo, pero al mismo tiempo reforzando y animando la cooperación europea -pública y privada- con la tiranía.

Borrell habló fundamentalmente de negocios: «La Unión Europea es el primer inversor en Cuba. Cuenten con nuestro apoyo», dijo. Asimismo, mencionó el supuesto bloqueo norteamericano como causante de la crisis económica, pero olvidó mencionar que Estados Unidos es igualmente un socio comercial de la isla: en 2022, Cuba compró a EE.UU. productos por un valor de más de 370 millones de dólares.

Un funcionario de Borrell, Juan Garay, jefe de Cooperación Europea en Cuba, lo dijo clarito, para que todos entendieran: en los últimos 6 años se ha triplicado la cooperación entre la UE y Cuba, pero ésta «apenas comienza» y «estamos preparando nuevos convenios de financiación con el Gobierno».

 

Mientras más aumenta la represión y la violación de los derechos humanos, y se produce un abrazo cordial con el oso putiniano, los europeos aumentan su cooperación con el régimen.

 

Para colmo, reforzando a Borrell en materia de escarnio, vino su amigo Lula Da Silva, quien acaba de afirmar que sobre Venezuela hay muchos prejuicios, asegurando que el autoritarismo en Venezuela «es una narrativa construida». 

Para Lula, la Corte Penal Internacional no existe…Mientras, Felipe González -indignado por lo dicho por Lula – afirmó: “«Nunca apoyaré la operación de blanqueo de la ‘robolución’ de Maduro». Y con dignidad charrúa, el presidente uruguayo Lacalle Pou puso en su sitio también a Lula. Lo mismo hizo el chileno Boric.

No es un secreto para nadie la relación íntima entre la dictadura chavista y la Madre Nodriza de La Habana. En estas últimas acciones, Borrell intentó ayudar a La Habana y Lula a Caracas”. 

 

Bien se sabe que los socialistas siempre tratan de ayudarse entre sí.

 

Díaz-Canel se reunió en el Vaticano con el papa Francisco durante su gira europea

5–La «conversación franca» entre el Papa y Díaz-Canel se traduce en banalidades en el comunicado oficial

 

Desde las multitudinarias protestas del 11-J el Vaticano ha intentado entrar en negociaciones con la dictadura castrista a fin de abogar con los centenares de presos, y en defensa de los derechos humanos.

El régimen, una vez más, intentó manipular propagandísticamente dicho encuentro para defender sus intereses. Se puede resumir ello en esta frase: 

«Fue una conversación franca. Confirmamos amplias coincidencias en temas acuciantes de la agenda internacional para la humanidad». Con estas palabras se refirió el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel a la audiencia que tuvo con el papa Francisco este martes en el Vaticano. La calificó como un «muy grato reencuentro» en un tuit, en el que aseguraba haber transmitido al sumo pontífice «el profundo cariño y deseos de plena recuperación del pueblo cubano».

 

El Ministerio de Relaciones Exteriores cubano añadió, en un comunicado, que «el intercambio permitió constatar el positivo estado de las relaciones bilaterales», y que en él «se abordaron igualmente temas de interés de la agenda internacional».

 Entre estos, se menciona en el texto «el rol activo» del papa en «la búsqueda de soluciones a los graves problemas que hoy afectan a la humanidad, así como la coincidencia de criterios en temas como la defensa de la paz internacional, el desarme nuclear, la protección del medio ambiente, el fomento de la solidaridad y la lucha contra la exclusión social, la desigualdad y la pobreza». 

Por su parte, el Vaticano en su propio comunicado, destacó que durante la conversación se recordó la «histórica visita de Juan Pablo II en 1998» a La Habana, de la que se cumplen 25 años, y que «se detuvieron en la situación del país y en la contribución que ofrece la Iglesia, especialmente en el ámbito de la caridad».

Aunque ninguna de las partes dice nada de manera oficial, la alusión a una «conversación franca», por parte de Díaz-Canel, y de la «situación del país», por parte del Vaticano, sugiere que sí tocaron temas delicados para el régimen. Se espera que entre los temas sobre la mesa, en la que supone la primera audiencia entre ambos en Roma, haya estado la liberación de los presos políticos cubanos, en cuya negociación la jerarquía católica juega un rol importante. 

Finaliza la nota afirmando:

«Aunque se desconocen los asuntos que se trataron en este encuentro, un tema que tienen pendiente ambas partes es el de los detenidos y condenados en las mayores protestas antigubernamentales de Cuba en décadas, el 11 de julio de 2021, en su mayor parte pacíficas y espontáneas.

El cardenal Beniamino Stella, que visitó Cuba en febrero pasado para conmemorar los 25 años de la visita de Juan Pablo II, explicó entonces que había transmitido el mensaje de Francisco de la liberación de estos presos».

 

Ojalá que se pueda obtener un feliz resultado de esta iniciativa vaticana a favor de los derechos humanos en la Isla.  

Marcelino Miyares, Miami, 23 de junio 2023.

 

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