La Inmaculada Concepción y el Amor a la Casa Común
La inherente Virtuosidad de nacimiento de María, por su destino como Madre de Dios, fue formalmente instituida por el Papa Pío IX en 1854
Frank Bracho:
Aunque -con la natural lógica de que «un vientre capaz de dar vida divina no puede sino ser inmaculado o sin mancha desde su propio origen !», dicha noción, en verdad, ya se honraba en el mundo desde los mismos tiempos bíblicos.
En España, en particular, fue popular mucho antes del edicto del Papa…Y en las colonias americanas, luchando por la liberación del imperialismo europeo, la Inmaculada Concepción fue quizás la advocación mariana «favorita» de los patriotas !…Hasta el punto que José Antonio Sucre se encomendó a Ella antes de su famosa Batalla de Junín -mediante la cual se completó la liberación de Suramérica. Y en los EEUU, desde sus orígenes fundacionales, dicha devoción fue declarada «Patrona» de dicho país.
Quizás fue natural que fuese así, pues la combinación de «Virtuosidad» -que para los patriotas de entonces era sine quanon con la «Felicidad Ciudadana»- con una «Intachable Protección Maternal Divina», eran una «imbatible llave/invocación», para enfrentar a «los pérfidos villanos» realistas!.
Pero quizás fue mucho menos «concientizado» que lo «Mariano Inmaculado» o la simbología de «la Virtuosidad Protectora, Universal, Materna y Divina» fue también «el gancho cristiano» con el cual más «se conectaron» los propios aborígenes que vinieron a ser «sometidos o seducidos» por los europeos…Pues para los primeros -tan «veneradores» de la Madre Tierra como el rostro femenino de El Gran Espíritu (Dios)– La «Virgen Inmaculada» o lo «Mariano Católico» se les asemejaba mucho a lo anterior mas propio de ellos ! (….y por dicha «vía» la de la Pachamama, Omaima, Kaina Arani, o Tonantzin, fue más «fácil» que «entraran» La Guadalupe, La Coromoto, La Chiquinquirá – y tantas otras «devociones católicas»…en natural propensión a la asimilación !).
De hecho, por una «sincrónica» ocurrencia (cosa habitual bajo «el Plan de Dios«), en el mismo año en que Pío IX incorporaba formalmente lo de la Inmaculada Concepción al Magisterio de la Iglesia, el año de 1854, el gran Cacique Seattle, desde el noroeste de EEUU, legaba al mundo su famoso conmovedor Manifiesto: «La Tierra no nos pertenece, nosotros pertenecemos a la Tierra !» . El cual, luego, se convertiría en una especie de «Biblia» propia del movimiento indigenista-ecologista mundial !!.
Conciencia que en tiempos reciente ha venido a «coronar» el actual Papa Francisco (seguidor de su gran predecesor en tal sentido San Francisco de Asís). Con su luminosa, y universalmente convocadora, encíclica/doctrina de «Laudato Si ó de la Ecología Integral para el Cuido de la Casa Común».
Por todo lo cual, pues, nos luce como particularmente apropiado que; en esta muy próxima nueva magna celebración mundial de la Inmaculada Concepción, este 8 de diciembre; al lado de la habitual reflexión y honra propia de dicha devoción; «los ecologistas creyentes espirituales» de todo el Orbe, también puedan celebrar una «jornada verde universal» para el mayor cuido de nuestra tan benefactora, generosa y protectora, «Inmaculada Madre Naturaleza, Casa Común o Creación» -tan actualmente asolada o amenazada por la desvariada inconsciencia humana!.
En pro de una urgente «Nueva Conciencia en defensa del Orden Natural»- como gran «Madre/Libro Abierto» de Dios -que quiere que ayudemos a Su rescate, para la Sanación y Salvación de todas Sus hoy atribuladas criaturas.
Pues «Somos Quienes hemos estado esperando !» en La Creación y lo de Dios .-