Testimonios

In memoriam: Pbro Bernardino Juan de La Cruz Hedilla Ferrer

Cardenal Baltazar Porras Cardozo:

Nació en la población de Merejina, Municipio Antonio Díaz, Estado Delta Amacuro, el 20 de mayo de 1961. Sus padres Romualdo Hedilla y Filomena Ferrer de Hedilla quienes concibieron cinco hijos. Fue bautizado en la Parroquia San Francisco de Guayo, Vicariato Apostólico de Tucupita, el 1 de julio de 1961 por el P. Conrado de Cegoñal, OFM. Cap., siendo sus padrinos Juan Alfonso Futrillé y Trina Monroy de Futrillé. La confirmación la recibió el 19 de abril de 1964.

Sus estudios primarios los realizó en la Escuela Divina Pastora de Araguaimujo (1972-1977). Mons. Argimiro García, Vicario Apostólico de Tucupita lo encaminó hacia el Seminario Menor San José de Calabozo, donde cursó el bachillerato (1977-1982). Inició los estudios sacerdotales en el Seminario Mayor Interdiocesano Santa Rosa de Lima, en Caracas (1982-1989). Obtuvo los títulos de licenciatura en filosofía y teología por el IUSI, y el de pedagogía religiosa. En la UCAB (1994-1996) cursó la maestría en educación, mención Investigación Educativa. Mons. Felipe González le confirió el diaconado el 11 de diciembre de 1988, en el Centro Misional Divina Pastora de Araguaimujo. La ordenación sacerdotal la recibió de manos de Mons. Helímenas Rojo Paredes el 10 de febrero de 1990, en la catedral de Calabozo.

En su primera década como sacerdote ocupó diversos cargos en Calabozo (Seminario San José y Colegio Salustiano Crespo), Valle de la Pascua (Colegio Mons. Chacín) y San Juan de los Morros (Colegio Diocesano) como docente. En Caracas, combinó estudios en el campo de la educación y la psicología con el servicio pastoral como vicario parroquial en El Valle. Tuvo inquietudes intelectuales, sobre todo en la pedagogía y psicología religiosa. En su natural sencillez no trasparentaba su dominio de estos campos. Me llamó la atención los diálogos que sostuvimos en diversas oportunidades sobre sus apreciaciones en estas materias. Su pequeña biblioteca posee títulos interesantes en estas disciplinas.

Se incorporó a la arquidiócesis de Mérida en abril de 2001, atendiendo a varias parroquias rurales. N. Sra. De la Asunción de Santa María de Caparo (2001), San José de Mucuchachí (2001), Santa Rita de Pueblo Nuevo del Sur (2004). Asesor de la Sociedad Apostólica Caridad y Unión (2007). Sus dos últimos curatos San Jacinto de El Morro y desde la elevación de Chacantá a parroquia independiente de Canaguá hasta su reciente deceso.

Sufría de cardiopatía isquémica e hipertensión por lo que necesitaba medicación permanente que tratamos de conseguirle, en buena parte por la generosidad de sus hermanos sacerdotes de España y de Caritas Venezuela. Se contagió de Covid, seguramente en la ciudad, pues en los campos no hay mayores casos conocidos, tenía temor de comunicarlo. Recibió atención médica esmerada en estas últimas semanas, complicándose hasta el extremo de llevarlo a la tumba.

El Padre Bernardino, humilde, callado, obediente, trabajador en sintonía con la gente campesina a la que sirvió. Curiosamente, sus dolencias no le permitían ejercer en climas cálidos, siendo originario del Delta, por lo que ocupó curatos en la zona templada de la cordillera, nos deja el recuerdo de su entrega silenciosa y su deseo de ser sacerdote hasta el final. Descanse en paz en el Panteón Sacerdotal de El Espejo donde fueron colocadas sus cenizas en celebración presidida por el Obispo Auxiliar y la compañía de hermanos sacerdotes, personal médico y laicos que lo conocieron y atendieron.

14-7-21

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