La Universidad Salesiana a la vanguardia en conversión ecológica
El Ateneo Pontificio pone en marcha un proyecto de eficiencia energética para reducir el consumo de energía y promover las fuentes renovables en todo el campus. El Rector: al convertirnos en una universidad Laudato si' queremos escuchar el clamor de la Tierra y de los pobres, inspirar nuevos estilos de vida y fomentar una visión de la Creación como un don de Dios
Imaginen un denso bosque de más de 4.000 árboles que se eleva hacia el cielo, tan grande como la isla de Ventotene (Italia). Imaginen el oxígeno que son capaces de producir 4.000 árboles y la inyección de aire puro que pueden dar a un planeta asfixiado. Pero también imaginen la belleza de un mundo que por fin vuelve a ser verde. Este es el alcance del proyecto de eficiencia energética desarrollado por la Universidad Pontificia Salesiana (UPS), que a finales de 2021 se sumó oficialmente a la Plataforma de Iniciativas Laudato Si’, lanzada por el Papa Francisco para promover los valores de la ecología integral. Gracias a la Global Power Service, la universidad ya ha comenzado a instalar un sistema de plataformas fotovoltaicas en todos los tejados del edificio para producir energía limpia, que sustituirá las seis centrales térmicas actuales por equipos de nueva generación, menos contaminantes y más eficientes. Traducido en números, la Universidad ahorrará al medio ambiente 230 toneladas de emisiones de CO2 al año, lo que equivale a plantar 580 nuevos árboles. Sin embargo, esta hacendosa comunidad académica también está comprometida con la reducción del uso del plástico, la desmaterialización de los documentos en papel y la instalación de estaciones de recarga de vehículos eléctricos. Para lograr todo esto» – dice el padre Andrea Bozzolo, Rector de la UPS – «es necesario un paso fundamental: la conversión del comportamiento. Cada uno de nosotros está llamado a incorporar la ecología en su vida cotidiana y a contagiar el entorno en el que vivimos con una nueva mentalidad».
La nueva relación entre el hombre y la Creación
Se trata de una contribución concreta al cuidado de la Creación, pero también de un importante ejemplo a seguir, precisamente porque procede de una universidad que, por excelencia, es el lugar donde se forman las mentes, proporcionando a los estudiantes las herramientas y los conocimientos necesarios para cambiar las cosas. Para nosotros los creyentes -continúa el padre Bozzolo- la naturaleza no es sólo el medio ambiente, es la Creación, según la hermosa imagen bíblica, es decir, la obra de la mano de Dios. Y así como la obra de una artista habla de su estilo y personalidad, de su mundo, de su experiencia, la Creación es una Palabra que hay que escuchar. Por lo tanto, a través del compromiso concreto con la custodia de la Casa Común, queremos al mismo tiempo trabajar en los corazones y las mentes de nuestros jóvenes, muy sensibles a las cuestiones ambientales y con ganas de trabajar, para generar competencias, especialmente de carácter educativo de modo que nazca, arraigue y se extienda una nueva relación con la Creación. Hay un texto muy hermoso de Benedicto XVI, escrito en 1971 y titulado «El fundamento sacramental de la existencia cristiana», en el que el entonces teólogo Ratzinger decía: «uno de los aspectos principales de la crisis cultural que atravesamos es que el hombre contemporáneo ve en el Cosmos solo la materia y en la materia, solo material a su disposición, sin reconocer en los elementos de la Creación esa profundidad simbólica en la que lo Creado habla de Aquel que lo creo». Por lo tanto, es fundamental volver a buscar en el mundo algo que Dios nos dice, y nuestro proyecto va en esta dirección. No es sólo poner paneles solares y producir energía de otra manera, es volver a escuchar…»
La fuerza propulsora de las universidades
La UPS no es la primera universidad de Italia que se dota de un sistema fotovoltaico, pero sí es una de las universidades pontificias, que cada vez siguen más los pasos de la Laudato si’ del Papa Francisco. Fue la encíclica del Santo Padre -continúa el profesor Bozzolo- la que inspiró nuestro proyecto, pero este texto inspira también nuestro trabajo de cada día, sobre todo en la perspectiva de una ecología integral, en la que la atención a la naturaleza no puede separarse de la atención y la escucha del clamor de los pobres y de la propia Tierra, de la elección y la promoción de estilos de vida que tengan un menor impacto en el medio ambiente, y también de la difusión de una espiritualidad ecológica. Precisamente porque la universidad es el lugar por excelencia de la formación y el conocimiento interdisciplinar, nos pareció también el mejor lugar para asumir este tipo de responsabilidad y aunar diferentes visiones en un mismo proyecto educativo.
La diferencia de los pequeños gestos
El Rector hace especial hincapié en la necesidad de cambiar nuestro comportamiento para aligerar la «mochila de carbono» que cada uno lleva sobre sus hombros, aunque sea inconscientemente. «No son sólo los grandes proyectos los que marcan la diferencia, sino los pequeños gestos cotidianos que cada uno de nosotros puede poner en práctica. Por eso hemos decidido reducir el consumo de plástico, cambiar los dispensadores de agua de los baños para evitar el despilfarro, avanzar en el ahorro de energía y reciclar los alimentos y otros residuos. Demasiado a menudo nuestras acciones son ya una ofensa para el medio ambiente, mantenemos el agua abierta o la luz encendida cuando no la necesitamos, pensando que no estamos haciendo nada malo. Falta concientización, y lo que intentamos es educar a las generaciones más jóvenes para que cambien su mentalidad y su espiritualidad. Entre otras cosas, nuestros jóvenes acogieron este proyecto con gran entusiasmo y comprensión, pero también mostraron inmediatamente su deseo de hacer algo, y queremos trabajar con ellos no sólo en cuanto a los ideales, sino también en cuanto a su formación en este ámbito.
El testimonio de Gloria
El ejemplo más hermoso, en este sentido, nos viene de una estudiante de la UPS. Gloria es una chica discapacitada, obligada a desplazarse en una silla de ruedas eléctrica. Durante la velada de presentación del proyecto de eficiencia energética» – cuenta el padre Bozzolo – «Gloria tomó el micrófono y dijo: ‘Me doy cuenta que para recargar mi silla se usan baterías que producen contaminación y consumen mucha electricidad, así que quiero ser la primera en comprometerme’. Sé que ahora hay nuevas formas de recarga más respetuosas con el medio ambiente y me gustaría ser la primera en dar testimonio cambiando mi silla si es necesario». Gloria, a pesar de sus evidentes y fuertes dificultades para moverse y gestionar su vida cotidiana, está dispuesta a aceptar un poco más de incomodidad para salvaguardar y respetar el medio ambiente, y esto debería hacer que cada uno de nosotros se cuestione.
Regeneración urbana y educativa
“Todo el campus está ya rodeado de una gran zona verde con muchos árboles y plantas que – concluye el padre Bozzolo – tratamos de cuidar lo mejor posible con una inversión bastante exigente en términos de trabajo y costos». Pero la experiencia de poder tener vegetación alrededor es incomparable. Con la puesta en marcha de este proyecto, queremos contribuir a que otros puedan disfrutar de la belleza y el oxígeno que nos dan los árboles». Se trata, pues, de una regeneración urbana medioambiental y, al mismo tiempo, educativa, ya que inspirará a los residentes que viven en los alrededores de la universidad a llevar a cabo otras acciones similares en favor del medio ambiente. Enrico Zoccatelli, presidente del grupo Global Power Service, también está convencido de ello. Según él, los sistemas fotovoltaicos que se van a instalar ya están diseñados en términos de comunidad energética y, por tanto, permitirán compartir la energía producida, evitando el despilfarro o la costosa acumulación de energía. Entre otras cosas, el proyecto prevé la adopción de una política energética orientada a la certificación 50001, que permitirá crear un equilibrio virtuoso entre el hombre y la naturaleza a través de la innovación y la tecnología. «Recordemos – dijo Zoccatelli- ese bosque de 4.000 árboles que no existe ahora pero que existirá gracias a estas medidas”.
El cambio es posible
Joshtrom Kureethadam, coordinador del sector de Ecología y Creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, que participó en la Conferencia sobre el Clima de Glasgow, habló de la Plataforma de Iniciativas Laudato Si’, de la que la UPS es ahora parte integrante, y de los objetivos para los próximos siete años. «En 12.000 años, la temperatura de la Tierra ha variado aproximadamente un grado. Desde 1800, la temperatura ha aumentado 1,1 grados y ya estamos viendo las consecuencias: huracanes, sequías, inundaciones. Los científicos nos han advertido que, si la temperatura media sigue aumentando, las consecuencias serán catastróficas. Lamentablemente, a pesar del trabajo realizado en Glasgow, y si se cumplen las promesas, llegaremos inevitablemente a casi 2,5 grados». Como señala también el P. Kureethadam, «la crisis climática está estrechamente relacionada con la pobreza, el hambre y las enfermedades, que son la principal causa de las migraciones». Pero, a pesar de las preocupaciones, nos insta a creer «que el cambio es posible, como demuestran las movilizaciones de base de los jóvenes, las minorías y las comunidades de todo el mundo que se comprometen valientemente a defender nuestro planeta». Un planeta que no pertenece a nadie más que a cada uno de nosotros.-
Cecilia Seppia – Ciudad del Vaticano/Vatican News