El Papa y san José dormido: 6 años de una devoción mundializada
Breve historia de una mundialización popular de una devoción bonita: la devoción al padre adoptivo de Jesús
Que el inicio del ministerio Francisco, del Obispo de Roma (en el pasado llamado “inicio del pontificado”), haya comenzado precisamente el día de san José no es en absoluto una casualidad. Si algo ha distinguido a este pontificado es precisamente su vínculo con este santo.
Fue en el encuentro con las familias de 2016 en el “Mall Asia” de Manila, Filipinas, cuando el Papa abrió su corazón y compartió algo muy personal por primera vez:
“Yo quisiera decirles también una cosa personal. Yo quiero mucho a san José, porque es un hombre fuerte y de silencio y en mi escritorio tengo una imagen de san José durmiendo y durmiendo cuida a la Iglesia. Sí, puede hacerlo, lo sabemos. Y cuando tengo un problema, una dificultad, yo escribo un papelito y lo pongo debajo de san José, para que lo sueñe. Esto significa para que rece por ese problema”.
Pero la primera foto de san José dormido se remonta a 2013 y se la debemos a ese obispo indiscreto que en visita a la casa donde vive el Papa en el Vaticano, Casa Santa Marta, fotografió la pequeña estatua del san José dormido en el estudio del Santo Padre y luego la difundió. El 19 de agosto de 2013 el director de La Civiltá Cattolica confirmaría la existencia de ese “san José dormido” en la descripción introductoria a la primera entrevista que daba el Papa Francisco en todo su pontificado:
“Entro en su habitación y el Papa me hace sentar en un sillón. Se sienta en una silla más alta y rígida debido a sus problemas de espalda. El entorno es sencillo, austero. El espacio de trabajo del escritorio es pequeño. Me llama la atención la esencialidad no sólo de los muebles, sino también de las cosas. Hay pocos libros, pocos papeles, pocos objetos. Entre ellos, un icono de San Francisco, una estatua de Nuestra Señora de Luján, Patrona de Argentina, un crucifijo y una estatua de San José dormido, muy similar a la que había visto en su habitación de rector y superior provincial en el Colegio Máximo de San Miguel. La espiritualidad de Bergoglio no está hecha de «energías armonizadas», como él las llamaría, sino de rostros humanos: Cristo, San Francisco, San José, María”.
La referencia del director de la publicación jesuita hace notar que esa estatua de san José en realidad se remonta a mucho tiempo atrás: concretamente a esa habitación en el Colegio Máximo de San Miguel, donde Francisco fue rector y donde vivió como superior provincial de los padres jesuitas. Un total de 18 años.
El cariño del Papa por san José quedaría más subrayado en la Exhortación Apostólica que el Papa dedicó al santo, la Patris Corde, y el año santo jubilar en ocasión de los 150 años del nombramiento de san José como patrono y protector de la Iglesia. Un episodio más en este recorrido fue la serie de catequesis dedicadas a san José: del 17 de noviembre de 2021 a la del 16 de febrero de 2022: un total de 12 catequesis en las audiencias públicas de los miércoles.
Desde un punto de vista de piedad popular y espiritualidad cristiana, si en algo se ha caracterizado este pontificado ha sido por la mundialización de la devoción a san José y, de forma particular ,al san José dormido. No a fuerza de decreto o, por mejor decir (y usando palabras del Papa): “No por proselitismo sino por atracción”.