Lecturas recomendadas

Poner tu tesoro en el Reino de Dios

 

Noris Mercedes Díaz de Bustamante:

El Reino de Dios lo encontrarás a través de Jesús desde la vida laical o familiar. La felicidad de las personas depende del encuentro personal con nuestro Señor Jesucristo.

A partir del momento de nuestra vida, cuando Jesús se nos manifiesta y tenemos un encuentro con Él se nos ilumina el camino a seguir de forma inesperada pero lleno de mucha luz.

Que tu palabra Señor resuene en nuestro  interior para seguirte y permanecer en Ti sin retornar.

Muéstranos Señor, tu rostro y danos tu salvación. Oriéntanos a donde Tú quieres para que cumplamos tu santa voluntad.

Tú eres el camino, la verdad y la vida, que nos encamina hacia el Padre desde la vida familiar o laical.

Tenemos los pies puesto en la tierra y la mirada puesta en el cielo esperando tu venida; luchamos cada día nuestro combate de defender la fe, dar testimonio de vida, de conversión, para que el Espíritu Santo descienda sobre nosotros y nos muestre tu salvación y nos de nuestra conversión personal.

Danos fortaleza Señor para renunciar a aquellas cosas que nos atan. Que tu Palabra resuene en nuestro interior para seguirte sin desviarnos a pesar de las tentaciones, de las fuerzas oscuras del mal que nos invaden en la intimidad de la familia, de la escuela, de la Iglesia.  Fortalécenos a través de los medios de comunicación que ahora participan en  nuestra evangelización.

En estos momentos de “ crisis universal” luchamos cada día para defender la fe. Dar testimonio de vida de nuestra conversión para anunciar la gracia de Dios: su vida y su reino.

Renunciar a aquellas cosas que nos atan. Escuchad el llamado de Jesús: Dejen que los niños vengan a mí.

Los niños son el mañana  y de ellos depende el futuro de la humanidad.

La pandemia nos ha dejado en una cárcel para vivir sin envidia, para ser solidarios, saber compartir en la escases, sin aislarnos, siempre atentos y dispuestos a convivir con  tu prójimo.

En estos momentos de encierro, de soledad y silencio, de dolor y de desconcierto trata de escuchar la voz que clama desde los más hondo de ti y recuperarás la fuerza y la valentía para dar una respuesta acertada a ti mismo, a tu familia y a tus vecinos.

Santísima Trinidad, cuenta con nuestras oraciones y recuerda que cuando no sabemos que pedir, ni cómo pedir en nuestras oraciones el Espíritu nos viene a socorrer en nuestra debilidad. El propio espíritu ruega por nosotros, con gemidos y súplicas que no se pueden expresar. Y Dios que penetra los secretos más íntimos del corazón escucha los anhelos del Espíritu porque, cuando el Espíritu ruega por los santos lo hace según la manera de Dios (Rom 8. 26-27).-

Noridibus@gmail.com

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