In memoriam: Fray Julián Gracía del Castillo Sánchez, op
Cardenal Baltazar Porras Cardozo:
El 8 de febrero de 2022 entregó su alma al creador, el Padre Julián García,dominico que se sembró en Venezuela por muchos años dejando tras de sí una estela de sencillez, entrega, jovialidad, y como buen hijo de Santo Domingo regó nuestro campo con su sapiencia y ciencia. Lo recuerdo con cariño y nostalgia pues cultivamos amistad desde hace varias décadas al compartir la docencia en el Seminario Interdiocesano de Caracas. Después, en muchas ocasiones tuvimos la dicha de estrechar criterios y esperanzas para bien de nuestra iglesia venezolana.
Nacido en Castilla la Nueva, en Malagón, provincia de Ciudad Real, el día de la Santa Cruz, 3 de mayo de 1931. Su padre fue asesinado durante la guerra civil española por ser católico. El testimonio de su madre sobre la vida de su progenitor le ayudó a forjarse un temple recio y valiente. Le tocó sufrir las penurias y escasez de la guerra y la postguerra. Adolescente decide entrar en la Orden de Predicadores. Su noviciado transcurrió en el Convento de Almagro, de la misma provincia nativa, e hizo su primera profesión religiosa el 3 de octubre de 1948, continuando con los estudios de filosofía y teología hasta la ordenación que la recibió el 6 de junio de 1955.
Al año siguiente, 1956, comienza su periplo venezolano en el que transcurrió el resto de su vida, casi siempre en Caracas, en el céntrico Convento de San Jacinto de Caracas y la Parroquia El Sagrado Corazón de Jesús (La Hoyada), desde donde desplegó su vocación de fraile predicador.
Fue Director de la revista “El Mensajero Venezolano del Corazón de Jesús” (1959-1962), revista fundada por los frailes en 1905. Por esos años entra a formar parte del equipo “El Amigo de los Niños” producido por Fr. Celerino Anciano OP, en donde los niños escenificaban el Evangelio del domingo y lo transmitían por Televisa y Radio Caracas Televisión. Desde 1962 fue uno de los asesores y promotores del Instituto Venezolano de Acción Comunitaria (IVAC) y acompañó a los habitantes del Barrio Duro, en su consolidación, y donde ayudó y promovió muchos niños, jóvenes y adultos a tener una vida y trabajo dignos.
A la par, estudió Sociología en la Universidad Central de Venezuela, y una vez graduado se fue a París a realizar un postgrado en Doctrina Social de la Iglesia. De regreso estudia Comunicación Social, mención Medios Audiovisuales, en la Universidad Católica Andrés Bello. Asimismo, ejerció la docencia en estas dos casas de estudios superiores, y en, el Instituto Universitario Seminario Interdiocesano -Santa Rosa de Lima- (IUSI) y el Instituto de Teología para Religiosos (ITER).
Nos deja un material audiovisual invalorable sobre la historia de la Orden en América Latina. Infatigable con la pluma nos regala en herencia varios libros, «Compromiso cristiano en la comunidad municipal» (1979), “Doctrina Social de la Iglesia» (1983) -por la que ganó el Primer Premio “Trípode 83”-, «Rosa de Lima, patrona de América» (1985), «Fray Martín de Porras» (1987), «La imagen es el mensaje» (1987) -todas estas publicadas por la Editorial Trípode-; además: “Acción comunitaria: bases ideológicas” (1969), “Programación” (1970), “VIII Centenario del nacimiento de Santo Domingo de Guzmán” (1970), “Las Cocuizas: estudio sociográfico” (1972), «Investigación Audiovisual» (1987), «El Audiovisual» (1988), «Orden de Predicadores y Comunicación Social» (1989).
Al cabo de sesenta años entre nosotros, la salud precaria y las dificultades de atención en el país, llevaron a sus superiores a trasladarlo a España en 2015, al Real Convento de Santo Domingo en Jerez de la Frontera, donde permaneció hasta junio de 2021, cuando se trasladó al Convento de Santo Domingo de Torrente, Valencia, hasta el 8 de febrero de 2022, en que falleció. Agradezco al P. José Juan de Paz el facilitarme estos datos de su vida, que comparto agradecido al Señor y a Santo Domingo por habernos regalado a uno de sus hijos que se hizo parte nuestra y nos queda el buen olor de sus muchas buenas obras. Que desde el cielo, con su habitual sonrisa, interceda por esta tierra que tanto quiso.
27-3-22