Rueda de prensa del Papa en el avión: «Estamos enamorados de las guerras, del espíritu de Caín»
No por gusto, al inicio de la Biblia está este problema: el espíritu ‘cainista’, de matar, en vez del espíritu de paz
El Papa Francisco regresó este domingo al Vaticano tras un breve viaje de apenas 36 horas a Malta, un país enclavado en el centro del Mediterráneo y marcado por la presencia de San Pablo en sus tierras.
La guerra en Ucrania estuvo muy presente durante toda la visita y también en la rueda de prensa que concedió en el avión de vuelta, más breve que en otras ocasiones debido a la corta duración del vuelo.
Aún así Francisco pudo hablar de lo que está haciendo en este conflicto, de sus conversaciones con ambos bandos y su deseo de encontrarse con Kirill, patriarca de la Iglesia Ortodoxa rusa. En la rueda de prensa también pudo hablar de su estado de salud, mermado por los problemas de movilidad producidos por una rodilla.
A continuación ofrecemos la rueda de prensa íntegra de Francisco en el avión de regreso a Roma:
-Andrea Rossitto (TVM): Santidad, en primer lugar, muchas gracias por su presencia en Malta. Mi pregunta es respecto a la sorpresa de esta mañana en la capilla donde está sepultado San Giorgio Preca. ¿Qué lo motivó a dar esta sorpresa a los malteses y de qué se acordará sobre esta visita a Malta? Y después, su salud, ¿cómo está? Lo hemos visto en este viaje muy intenso ¿ha ido bien? Muchas gracias.
-Papa Francisco: Mi salud es un poco caprichosa, porque tengo este problema en la rodilla que me trae problemas al caminar. Es un poco molesto, pero va mejorando, al menos puedo caminar, hasta hace dos semanas no podía hacer nada. Es una cosa lenta, a ver si retrocedo, pero existe la duda. A esta edad no se sabe cómo va a acabar el partido. Esperemos que vaya bien.
En Malta quedé contento con la visita. Vi las realidades de Malta, un entusiasmo impresionante de la gente, tanto en Gozo como en Malta. En La Valeta y las demás (ciudades). Un gran entusiasmo en las calles. Me sorprendió, fue un poco breve. El problema que vi, también ustedes, uno de los problemas es la migración.
El problema de los migrantes es grave porque Grecia, Chipre, Malta, Italia, España, son los países más cercanos a África y a Oriente Medio y aterrizan aquí, llegan aquí, ¡los migrantes deben ser siempre bienvenidos!
El problema es que cada gobierno tiene que decir cuántos pueden recibir normalmente para vivir dignamente allí. Para ello es necesario un acuerdo con los países de Europa, y no todos están dispuestos a recibir inmigrantes. Olvidamos que Europa fue hecha por los inmigrantes, ¿no? Pero así son las cosas, pero al menos que no dejen toda la carga a estos países vecinos que son tan generosos, y Malta es uno de ellos.
Hoy he estado en el centro de acogida de migrantes y las cosas que he oído allí son terribles, el sufrimiento de estas personas para llegar hasta aquí; y luego los lagers, existen lagers (campos nda), que están en la costa de Libia, cuando los devuelven. Esto parece criminal, ¿no? Por eso creo que es un tema que toca el corazón de todos.
Al igual que Europa está haciendo sitio generosamente a los ucranianos que llaman a la puerta, también lo hace con los otros que vienen del Mediterráneo. Este es un punto con el que terminé la visita y me conmovió tanto, porque escuché los testimonios, los sufrimientos y que son más o menos como los que creo que les dije que están en ese librito que salió «Hermanito», y todo el Vía Crucis de estas personas, uno que habló hoy tuvo que pagar cuatro veces, y yo les pido que piensen en esto. Gracias.
-Jorge Antelo Barcia, de Radio Nacional de España: Buenas tardes Santidad, me disculpo porque mi italiano todavía no es muy bueno. En el viaje que nos llevó a Malta, usted dijo a uno de los compañeros que un posible viaje a Kiev estaba sobre la mesa. Ha hecho muchas referencias de su acercamiento al pueblo ucraniano y el viernes pasado el presidente polaco dejaba la puerta abierta sobre un viaje a la frontera polaca. Hoy nos han afectado las imágenes que han llegado de un pueblo cercano a Kiev, abandonado por el ejército ruso, donde los ucranianos han encontrado decenas de cadáveres tirados por la calle. Algunos con las manos atadas, como si hubiesen sido fusilados. Parece que su presencia en aquella zona sería más necesaria. ¿Piensa que un viaje como este pueda ser factible? ¿Cuáles serían las condiciones que deberían darse para que usted pudiera ir allí?
-Papa Francisco: Gracias por decirme esta noticia de hoy que no la conocía. La guerra siempre es una crueldad, es algo inhumano que va en contra del espíritu humano. No digo cristiano, sino humano.
Es el espíritu de Caín. Estoy dispuesto a hacer todo lo que se pueda hacer. La Santa Sede, especialmente la parte diplomática, está haciendo de todo. El Cardenal Parolin, Mons. Gallagher están haciendo de todo, pero de todo.
No se puede publicar todo lo que hacen por prudencia y confidencialidad. Estamos al límite del trabajo. Entre las posibilidades están los viajes. Hay dos viajes posibles, uno me lo pidió el presidente polaco, de enviar a Krajewski para visitar a los ucranianos que fueron recibidos en Polonia. Él ha ido allí ya dos veces llevando dos ambulancias y se ha quedado allí con ellos pero lo hará una otra vez.
Y el otro viaje, que alguien me preguntó, más de uno, dije con sinceridad que siempre yo lo tengo en la mente. Yo dije que la disponibilidad siempre está, no hay un “no”. Estoy disponible. Me preguntaron si habría un viaje a Ucrania, dije que está sobre la mesa y está ahí como una de las posibilidades para hacer. Pero no sé si se puede hacer, si es conveniente hacerlo, si es lo mejor o si tengo que hacerlo. Todo está en el aire Entonces, hace tiempo que pienso en un encuentro con el Patriarca Kirill y estamos trabajando en la idea de Oriente Medio. Esto es como están las cosas ahora.
-Gerry O’Connell de America Magazine: Santo Padre, varias veces en este viaje a Malta ha hablado sobre la guerra. La pregunta que todos tienen es si usted, desde el inicio de la guerra, ha hablado con el presidente Putin, y si no, ¿qué cosa le diría hoy a él?
-Papa Francisco: Las cosas que he dicho a las autoridades, de cada parte, son públicas. Ninguna de las cosas que he dicho está reservada para mí. Cuando he hablado con el Patriarca, él ha hecho una bella declaración sobre lo que hemos dicho. Luego, al presidente de Rusia lo he escuchado a fin de año, cuando me ha llamado para las felicitaciones. Hemos hablado.
Después, también he escuchado al presidente de Ucrania dos veces y he pensado, el primer día de la guerra, que debía ir a la embajada para hablar con el embajador que es el representante del pueblo, y hacerle preguntas y darle mis impresiones sobre el caso. Estos han sido los contactos oficiales que he tenido.
Con Rusia lo he hecho a través de la embajada. También he escuchado al Arzobispo mayor de Kiev, Mons. Shevchuk, y luego he escuchado, cada dos o tres días, pero con regularidad a una de ustedes, Elisabetta Piqué, que ahora está en Odesa, y cuando estuvo en Aleópolis, venía y me decía las cosas. También he hablado con el rector del seminario allí, los seminaristas y la gente ahí. Están en contacto con un representante de ustedes.
Y hablando de esto quisiera darles mis condolencias por sus colegas que han caído. Sean de la parte que sean, no interesa. Su trabajo es un trabajo por el bien común, y estos han caído al servicio del bien común, de la información. No los olvidamos, han sido valientes y rezo por ellos, para que el Señor les dé el premio por su trabajo. Estos han sido los contactos tenidos hasta el momento.
-O’Connell: ¿Cuál sería su mensaje al presidente Putin, si hubiese la posibilidad?
-Papa Francisco: Los mensajes que he dado a todas las autoridades y es lo que hago públicamente yo. No tengo un doble lenguaje. Es siempre lo mismo. También creo que en su pregunta hay también duda sobre las guerras justas o injustas. Toda guerra nace de una injusticia siempre porque está el esquema de guerra, no hay un esquema de paz.
Por ejemplo: hacer inversiones para comprar armas. Dicen: ‘Pero necesitamos defendernos’. Este es el esquema de guerra.
Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, todos han respirado el lema ‘nunca a la guerra’ y la paz. Comenzó una ola de trabajo por la paz, también con la buena voluntad de no hacer armas, las armas atómicas en ese momento, luego de Hiroshima y Nagasaki, había una gran y buena voluntad.
Setenta u ochenta años después hemos olvidado eso. Es así: el esquema de la guerra se impone. Tantas esperanzas en el trabajo de las Naciones Unidas en ese momento, pero el esquema de la guerra se ha impuesto otra vez. No podemos pensar en otro esquema porque ya no estamos habituados a pensar en el esquema de la paz.
Hubo varios grandes como Gandhi y varios otros que menciono al final de Fratelli tutti, que han apostado por el esquema de la paz, pero somos tercos, tercos como humanidad. Estamos enamorados de las guerras, del espíritu de Caín.
No por gusto, al inicio de la Biblia está este problema: el espíritu ‘cainista’, de matar, en vez del espíritu de paz. ‘¡Padre, no se puede!’. Les digo una cosa personal, cuando fui en 2014 a Redipuglia y vi los nombres, lloré, en serio, lloré con amargura. Uno o dos años después, por el día de los fieles difuntos fui a celebrar a Anzio y vi a los muchachos que en el desembarco de Anzio cayeron allí. Estaban los nombres de todos los jóvenes y también allí lloré, en serio. Se llora sobre las tumbas.
Una cosa que respeto, porque es un problema político, pero cuando fue la conmemoración del desembarco de Normandía, los jefes de Estado se reunieron para conmemorarlo, pero no recuerdo que alguno haya hablado de los 30 mil jóvenes soldados que quedaron en las playas.
Se abrían los barcos, salían de ellos y eran ametrallados allí en las playas. La juventud no importa. Esto me hace pensar a mí, me da dolor, estoy adolorido por lo que sucede hoy. No aprendemos. Que el Señor tenga piedad de nosotros, de todos nosotros. ¡Todos somos culpables!.-