Biógrafo de Stalin: Putin está tomando decisiones completamente solo
El experto en historia y actualidad rusa habla del régimen de Putin, al que define como “una dictadura policial-militar”
Stephen Kotkin, profesor en las universidades de Princeton y Stanford, es un gran conocedor de la historia rusa y, basado en archivos recientemente abiertos, autor de una nueva biografía de Josef Stalin de la que se han publicado dos volúmenes -”Paradojas del poder, 1878-1928″ y “Esperando a Hitler, 1929-1941″- y está en preparación el tercero.
Además de sus conocimientos históricos tiene muchas conexiones en diferentes ambientes de la Rusia actual: gobierno, empresas y cultura, por lo que es un gran conocedor del régimen de Vladimir Putin.
Hace seis años, Kotkin había escrito en Foreign Affairs: “Durante medio milenio, la política exterior rusa se ha caracterizado por unas ambiciones desmesuradas que han superado las capacidades del país. Comenzando con el reinado de Iván el Terrible en el siglo XVI, Rusia consiguió expandirse a un ritmo medio de cincuenta millas cuadradas al día durante cientos de años, llegando a cubrir una sexta parte de la masa terrestre”.
Ahora, entrevistado por David Remnick para The New Yorker, y en referencia a la invasión a Ucrania, Kotkin tomó distancia de los pensadores que, como George Kennan o John Mearsheimer, culpan en parte a la OTAN por su expansión al este, porque considera que, con o sin ampliación de la alianza, lo que Rusia hace hoy “no es una sorpresa; no es una especie de desviación de un patrón histórico”.
“Mucho antes de que existiera la OTAN, en el siglo XIX, Rusia tenía un autócrata. Tenía represión. Tenía militarismo. Tenía sospecha de los extranjeros y de Occidente”, afirmó. Por lo tanto, en su opinión, lo que hace Rusia “no es una respuesta a las acciones de Occidente”. Incluso cree que la expansión de la OTAN ha colocado a Occidente “en un lugar mejor para hacer frente” al “patrón histórico” de comportamiento de Rusia que se repite hoy.
“George Kennan fue un erudito y un profesional increíblemente importante -el mayor experto en Rusia que jamás haya existido-, pero no creo que culpar a Occidente sea el análisis correcto de la situación en la que nos encontramos”, sentenció.
En su opinión, Rusia siente que tiene un “lugar especial” en el mundo, “una misión especial” y quiere destacarse “como una gran potencia”, pero “sus capacidades nunca han estado a la altura de sus aspiraciones” porque “Occidente siempre ha sido más poderoso”. En ese intento de igualar a Occidente, dice Kotkin, “recurre a la coerción”. Se produce una dinámica en la cual Rusia “experimenta un crecimiento económico rápido” que le permite reforzar sus fuerzas armadas, pero “luego, por supuesto, se topa con un muro” y “el abismo con Occidente (que tiene la tecnología, el crecimiento económico y el ejército más fuerte) se amplía”.
Kotkin apunta a otra constante: la concentración del poder en una personalidad fuerte que deriva en dictadura y despotismo. “Lo peor de esta dinámica en la historia de Rusia es la confusión del Estado con un gobernante -explica-. En lugar de conseguir el Estado fuerte que desean, para gestionar el abismo con Occidente y empujar y forzar a Rusia a lo más alto, obtienen en cambio un régimen personalista. Obtienen una dictadura, que suele convertirse en un despotismo”.
En Rusia hoy “hay un autócrata en el poder -o incluso ahora un déspota- que toma las decisiones completamente solo”. “¿Recibe la opinión de los demás? Tal vez. ¿Presta atención? No lo sabemos. ¿Cree que sabe más que los demás? Eso parece muy probable. ¿Cree en su propia propaganda o en su visión conspirativa del mundo? Eso también parece probable”, se pregunta y responde Kotkin a la vez. Y remata: “Muy poca gente habla con Putin, ya sean rusos de dentro o extranjeros”.
El jefe del Kremlin “está recibiendo lo que quiere oír; en cualquier caso, cree que es superior y más inteligente”, sigue diciendo Kotkin, que pronostica un mal final para ese estilo de conducción de los asuntos públicos. “Es la razón por la que el despotismo es todopoderoso y frágil al mismo tiempo. El despotismo crea las circunstancias de su propio debilitamiento. Los aduladores son cada vez más numerosos. Los mecanismos de corrección se reducen. Y los errores se vuelven mucho más consecuentes”.
Sostiene que Putin no evaluó bien las reacciones a su ofensiva: “Creía, al parecer, que Ucrania no es un país real, que el pueblo ucraniano no es un pueblo real” y “que el gobierno ucraniano era un pelele”. Resultó en cambio que “que el pueblo ucraniano es valiente; está dispuesto a resistir y morir por su país” y resultó también que “el presidente de la televisión”, Volodimir Zelensky, ahora “tiene un índice de aprobación del noventa y uno por ciento”. “Resulta que tiene cojones. Es increíblemente valiente”, dice Kotkin.
Pero, agrega, “la mayor sorpresa para Putin fue Occidente”, observa el experto. “Todas las tonterías sobre que Occidente es decadente, que está acabado, en declive, que el mundo es multipolar y el ascenso de China, etc.: todo eso resultó ser una tontería”, amplía.
Interrogado sobre qué es Occidente, su definición va mucho más allá de lo territorial. “Occidente es un conjunto de instituciones y valores. Occidente no es un lugar geográfico. Rusia es europea, pero no occidental. Japón es occidental, pero no europeo. ‘Occidente’ significa estado de derecho, democracia, propiedad privada, mercados abiertos, respeto al individuo, diversidad, pluralismo de opinión y todas las demás libertades”.
Desde ese enfoque, reivindica la ampliación al este en la que algunos veían una provocación a Rusia: “Ese Occidente, que ampliamos en los años noventa, en mi opinión de forma adecuada, mediante la expansión de la Unión Europea y la OTAN, ha revivido ahora, y se ha enfrentado a Vladimir Putin de una forma que ni él ni Xi Jinping esperaban”.
Define al régimen de Putin como “una dictadura militar-policial”. Pero aclara que tiene “una brillante camarilla de personas que dirigen la macroeconomía: el banco central, el ministerio de finanzas, todo está dirigido al más alto nivel profesional”.
Ahora bien, para “la estabilidad macroeconómica” y “el crecimiento económico, se necesitan relaciones decentes con Occidente”, mientras que, “para la parte de seguridad militar del régimen, que es la dominante, Occidente es enemigo, trata de socavarte, de derrocar tu régimen”. Por eso “el equilibrio entre esos grupos se inclinó más a favor de la seguridad militar, llamémosla la parte de los matones del régimen”, dice Kotkin.
Kotkin también considera correcta la estrategia adoptada por la OTAN de no atacar pero sí sancionar a Rusia, que es una potencia nuclear, y asegura que lo que más afectará a ese país es privarlos de alta tecnología: “Si, con el tiempo, a través del Departamento de Comercio, se les niega el software, los equipos y los productos fabricados en Estados Unidos, lo que afecta a casi todas las tecnologías importantes del mundo, se puede perjudicar a este régimen y crear un desierto tecnológico”.
Sostiene que “Rusia no puede ocupar con éxito Ucrania” de modo prolongado, porque no tiene “la escala de fuerzas” ni “el número de administradores que necesitarían ni la cooperación de la población”. “Piense en todos los ucranianos que seguirían resistiendo -detalló-. Los nazis entraron en Kyiv, en 1940. Se apoderaron de todos los hoteles de lujo, pero días después esos hoteles empezaron a explotar. Estaban llenos de trampas. Si eres un administrador o un oficial militar en la Ucrania ocupada y pides una taza de té, ¿vas a beber esa taza de té? ¿Vas a poner el contacto en tu coche? ¿Vas a encender el interruptor de la luz en tu oficina? Basta con un puñado de asesinatos para desestabilizar toda la ocupación.”
En cuanto a la posibilidad de que sectores descontentos en Rusia protagonicen un golpe de palacio, dijo que en previsión de algo así los regímenes autoritarios practican la “selección negativa”, es decir, contratan a personas poco brillantes, “precisamente porque no serán demasiado competentes, demasiado inteligentes, para organizar un golpe de estado contra ellos”. Eso hace Putin, sostiene el experto. “Le permite sentirse más seguro” afirma, pero “también disminuye el poder del Estado ruso”, porque “la selección negativa protege al líder, pero también socava su régimen”.
En cuanto a la posición de China en este complicado tablero, Kotkin cree que hay preocupación en Beijing. Los chinos están observando tres cosas, dice: “nuestra penetración de los servicios de inteligencia, los errores del despotismo, y los costos que tiene que pagar mientras las empresas privadas estadounidenses y europeas anulan a Rusia de arriba abajo”.
Cree que el desempeño de la administración de Joe Biden en esta crisis ha sido bueno: “Lo han hecho mucho mejor de lo que habíamos previsto, basándonos en lo que vimos en Afganistán y en la chapuza del acuerdo de venta de submarinos nucleares a los australianos. Han aprendido de sus errores. Eso es lo que pasa con Estados Unidos. Tenemos mecanismos de corrección. Podemos aprender de nuestros errores. Tenemos un sistema político que castiga los errores. Tenemos instituciones fuertes, una sociedad poderosa, medios de comunicación potentes y libres. Las administraciones que funcionan mal pueden aprender y mejorar, lo que no ocurre en Rusia o en China. Es una ventaja que no podemos olvidar.”
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