15 ritos de la Vigilia Pascual, «la solemnidad más gloriosa de todas» que atrae a miles de conversos
A pocas horas de la celebración de «la solemnidad de todas las solemnidades», la Vigilia Pascual, el sacerdote oblato de la Virgen María Edward Broom ha destacado en Catholic Exchange los principales ritos que tendrán lugar en la que ha definido como «la más gloriosa» de todas las celebraciones litúrgicas. En ella no solo se ensalza la Resurrección del Señor, «el momento más importante de la historia», sino que cada año miles de nuevos cristianos entran a formar parte de la Iglesia.
Estos son los 15 momentos destacados por Broom que combinan la solemnidad de esta celebración litúrgica con los principales ritos de acceso a los sacramentos de iniciación cristiana que tendrán lugar en la Vigilia Pascual:
1º Lucernario: Solemne Comienzo de la Vigilia
En primer lugar, explica el padre Broom, «se prepara un fuego fuera de la Iglesia, la gente se pone alrededor y el sacerdote se acerca con los ministros mientras uno de ellos lleva el Cirio Pascual. Después, el sacerdote saluda al pueblo, ofrece una breve lección sobre la vigilia y bendice el fuego«.
Este primer momento está marcado por un rico simbolismo, simulando la falta de luz en el templo la oscuridad en que reside el mundo por el pecado. Jesús, que viene a disipar y expulsar la oscuridad, es verdaderamente la luz del mundo.
2º Bendición del Cirio Pascual
Encendido el fuego, se presenta el cirio pascual ante el celebrante para su bendición. Para ello, este último graba con un punzón una incisión en forma de cruz, sobre ella la letra griega alfa y debajo la omega, «simbolizando que Cristo es el Señor del tiempo». Después, explica Broom, el sacerdote inserta cinco pequeños clavos o cinco granos de incienso, que representan las cinco heridas sufridas por Cristo en la crucifixión.
A continuación, el sacerdote enciende el cirio pascual del fuego recién bendecido, y dice: “Por sus santas y gloriosas llagas, Cristo Señor nos guarde y proteja. Amén. Que la luz de Cristo resucitado en gloria disipe las tinieblas de nuestros corazones y mentes”.
3º Procesión de entrada
«El sacerdote o diácono entra solemnemente en la Iglesia, mientras levanta el Cirio Pascual y canta tres veces: La Luz de Cristo –Lumen Christi-. Y el pueblo responde: ¡Gracias a Dios!-Deo gratias-«, explica. Esta procesión nos recuerda que todos somos un pueblo que peregrina a la patria eterna, que es el Cielo.
4º La iglesia, antes en la oscuridad, es ahora iluminada
Concluida la procesión de entrada, se entrega a los asistentes a la vigilia una pequeña vela, que se enciende primero con el mismo cirio y los fieles, cuando comienzan a tener sus velas encendidas, encienden las del resto de asistentes: «Jesús es la Luz del mundo, y estamos llamados a compartir Su luz que está dentro de nosotros. Jesús afirmó que Él es la Luz del mundo, pero también dijo que nosotros estamos llamados a ser luz en el mundo«.
Tras la procesión de entrada, la iglesia comienza a iluminarse con decenas de velas que simbolizan la luz de Cristo.
5º El Pregón Pascual (Exsultet)
Ya con el templo totalmente iluminado, el Cirio Pascual se coloca sobre un gran candelabro situado junto al ambón y se canta el Pregón Pascual o Exsultet, «un hermoso himno y oración en torno a la victoria de Dios sobre el mal que nos rodea en el mundo. Este himno enfatiza el hecho de que Adán pecó, pero esta fue la causa y el advenimiento de la venida de Cristo, Su Vida, muerte y Resurrección. ¡De hecho, Dios permite que el mal traiga un bien mayor!», enfatiza Broom. Entonces, «la atmósfera espiritual de la iglesia, las velas encendidas, el incienso, las flores y los cantos de victoria irradian un ambiente de luz, paz y alegría«, preparando el escenario propicio para «la celebración del momento más importante de la historia, la Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo».
6º La Liturgia de la Palabra
De las nueve lecturas realizadas en la Vigilia, siete provienen del Antiguo Testamento y dos del Nuevo. Concluidas las siete primeras, se lee o se canta un verso del Salmo.
«La Lectura de la Palabra de Dios es fundamental en la Vigilia Pascual: Por razones pastorales, las del Antiguo Testamento pueden reducirse. Sin embargo, no debe omitirse la del Éxodo 14 y su cántico correspondiente. Las lecturas presentan una breve Historia de la Salvación, por ello, sería muy útil leerlas antes de que comience la Vigilia Pascual».
7º La Aclamación del Evangelio: ¡Aleluya!
Tras una cuaresma con los cánticos litúrgicos reducidos al mínimo o eliminados, el Aleluya irrumpe con gloria en la Santa Misa: «Con todo nuestro corazón, toda nuestra mente y todo nuestro alma, cantamos esta oración con él coro, el sacerdote lo entona solemnemente tres veces y el salmista proclama el Salmo 118, con el pueblo respondiendo Aleluya«.
8º La proclamación del evangelio
El sacerdote o diácono proclama el Evangelio de la resurrección, «el suceso central de la vida de Jesús». En la homilía, «explica el significado del acontecimiento pascual: la Pasión, la muerte y especialmente la Resurrección de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo».
9º Los sacramentos de los catecúmenos
En este momento de la Vigilia, con frecuentes fieles que se disponen a la recepción de los sacramentos, el sacerdote da paso a la liturgia bautismal y la celebración del Sacramento de la confirmación. En este momento, los catecúmenos «están listos para el día más feliz de sus vidas», donde podrán recibir los tres sacramentos de iniciación, el Bautismo, la Confirmación y la Comunión. «Aquí, los padrinos acompañan a sus ahijados durante esta maravillosa celebración, con el propósito de no solo rezar por los encomendados a su guía espiritual, sino también de ser buenos ejemplos de vida cristiana«.
10º Letanías de los Santos
Toda la asamblea invoca cantando las Letanías de los Santos, pidiendo a nuestros amigos del Cielo que estén junto a nosotros e intercedan por nosotros.
11º Bendición del agua y bautismo
La pila bautismal ha estado vacía durante la mayor parte de los cuarenta días de Cuaresma. Ahora el sacerdote bendice el agua que se utilizará para bautizar a los catecúmenos, que pronto se convertirán en católicos para el resto de su vida.
En un mismo día, durante la Vigilia pascual, miles de católicos reciben simultáneamente el sacramento del bautismo, la comunión y la confirmación.
12º Confirmación de los catecúmenos
Tras el bautismo, los adultos recién bautizados se disponen a recibir el sacramento de la Confirmación, mediante la imposición del santo crisma. El obispo, el ministro ordinario del sacramento, pronuncia las palabras “sed sellados con el don del Espíritu Santo” mientras imponen sus manos sobre el confirmando, lo que significa el derramamiento del Espíritu en una sucesión de imposición de manos que se remonta al Apóstoles.
Cada año, miles de nuevos católicos pasan a formar parte de la Iglesia tras recibir los sacramentos de iniciación en la Vigilia pascual.
13º Imposición de la vestidura bautismal
El celebrante se dirige a los bautizados y les dice: «Recibe esta prenda bautismal». Después, los padrinos colocan la prenda blanca sobre el recién bautizado y el celebrante se dirige del nuevo al recién bautizado: «(Nombre del niño), eres ya nueva criatura y has sido revestido de Cristo. Esta vestidura blanca sea signo de tu dignidad de cristiano. Ayudado por la palabra y el ejemplo de los tuyos, consérvala sin mancha hasta la vida eterna. Amén».
14º Entrega del cirio
El celebrante se dirige a los recién bautizados: «Habéis sido iluminados por Cristo. Caminad siempre como hijos de la luz y mantened viva la llama de la fe en vuestros corazones. Cuando el Señor venga, salid a su encuentro con todos los santos en el Reino celestial”, recordando la parábola de las vírgenes prudentes, «que mantuvieron sus lámparas y aceite llenos mientras esperaban al Esposo».
El sacerdote dice: «A vosotros, padres y padrinos, se os confía acrecentar esta luz. Que vuestros hijos, iluminados por Cristo, caminen siempre como hijos de la luz. Y perseverando en la fe, puedan salir con todos los Santos al encuentro del Señor. Los que han sido bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido. Aleluya, aleluya». Después, el sacerdote invita a los presentes en la iglesia a renovar sus votos bautismales.
15º Los catecúmenos reciben la comunión
Los que estén bien dispuestos, tanto los recién Bautizados como los recién confirmados, completarán la recepción de los Sacramentos de la Iniciación recibiendo la Santa Eucaristía.
«Ahora, los que acaban de ser bautizados y estén bien dispuestos, se preparan para el Gran Milagro en el que Jesús se hace verdaderamente presente en Su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad: «Tanto los recién Bautizados como confirmados recibirán la Santísima Eucaristía».
¡Alégrense y regocíjense!, concluye Broom, pues en este día «Jesucristo verdaderamente ha resucitado de entre los muertos, abriendo las puertas del Cielo. ¡Aleluya! El cielo es nuestro destino eterno. La resurrección de Jesús allanó el camino hacia nuestro hogar verdadero y permanente. ¡Que Nuestra Señora permanezca cerca de nosotros en esta vida y nos ayude a alcanzar nuestra meta en la próxima!».-