Testimonios

Guantes biónicos al servicio de Bach

Una enfermedad degenerativa obligó al famoso concertista brasileño João Carlos Martins a dejar el piano hace diez años. Gracias a unos guantes inteligentes ha vuelto a tocar a Bach.

No tocar el piano es como tener un cadáver dentro de mi pecho», explica el pianista y director de orquesta João Carlos Martins. Considerado como uno de los mejores intérpretes de Johann Sebastian Bach, el niño prodigio de la música clásica nacido en São Paulo en 1940 llevaba dos décadas sin poder posar sus dedos sobre el piano. Un accidente que le dañó el nervio del brazo jugando al fútbol con 25 años, un golpe en la cabeza durante un atraco y una enfermedad degenerativa que lo obligó a pasar 24 veces por el quirófano terminaron por inmovilizarle las manos. Ahora, con 81 años, unos guantes biónicos han hecho el milagro.

Los guantes que le han permitido volver a tocar el piano están diseñados con neopreno y disponen de unas láminas de fibra de carbono que ejercen fuerza y tiran de los dedos de Martins hacia arriba de forma automática para que pueda levantarlos después de pulsar las teclas, algo que le resultaba imposible debido a su atrofia muscular. Le han costado 114 euros y el músico se siente muy agradecido a su diseñador, el ingeniero brasileño Ubiratã Bizarro Costa: «Puede que no recupere la velocidad de antes. No sé qué resultados conseguiré. Estoy empezando de nuevo como si fuera un niño de 8 años».

 

alternative textLa enfermedad. El maestro sufrió una distonía focal que más tarde se denominó LER (Lesiones por Esfuerzo Repetivo). La enfermedad altera sus funciones musculares y le impide coordinar el movimiento de sus dedos.GETTY IMAGES

Una vida de desafíos, superaciones…

El maestro brasileño João Carlos Martins empezó a tocar el piano a los 10 años y a los 18 inició su carrera en Nueva York. Pero ya entonces algo no iba bien. Cuenta el músico que su problema de movilidad en las manos se puso de manifiesto a esa edad en mitad de una función, pero dos años antes ya le costaba abrocharse los botones del pijama antes de acostarse. «Viví con malestar y dolor desde los 18 años hasta hoy con 80», lamentaba en una entrevista en el canal brasileño BandNews TV.

 

Cuando asumió que tenía una enfermedad degenerativa y que debía vivir con ello, Martins notó que dormir lo ayudaba a recuperarse. Entonces se le ocurrió que podía llegar temprano a sus conciertos y dormir hasta unos minutos antes de que comenzaran. A veces, al no poder descansar, incluso los tenía que cancelar: «El dolor era imposible, no podía vivir con eso», explica en la entrevista.

alternative textNiño prodigio. João Carlos Martins de pequeño. Fotografía del libro “João Carlos Martins” Reproducción/Archivo personal. Dos semanas después de recibir el piano como regalo, el niño ya estaba tocando un pequeño concierto. «No recuerdo haber estudiado piano, recuerdo haber tocado el piano», narra el músico.

 

… y catastróficos desastres

Fueron años muy difíciles. Desde la infancia, la debilitada salud de João Carlos Martins le había obligado a llevar una vida muy recluida. Después llegó la enfermedad y cuando parecía tenerla controlada, un accidente en un partido de fútbol con 25 años le provocó graves daños en los nervios del brazo, lo que atrofió los músculos de sus dedos. Aún así, y cuando ya todo parecía perdido, Martins logró seguir adelante. Pero todavía quedaba más. Años más tarde, durante un viaje por Bulgaria, el concertista fue asaltado y sus atacantes le golpearon la cabeza con un tubo de metal. El resultado fue terrible: lesiones en el cráneo y el cerebro que lo dejaron con un uso extremadamente limitado de su brazo derecho.

Después de muchas cirugías para intentar restaurar el movimiento de sus extremidades, el músico no consiguió recuperar del todo el control de sus manos y finalmente tomó la decisión de abandonar su carrera. Sin embargo, aquella pasión suya no le dejaba vivir y optó por desarrollar una técnica especial utilizando la mano que mejor movilidad tenía: «De alguna manera, yo siempre lograba volver al piano. Cuando perdí la mano derecha, hice toda una carrera con la izquierda. Aún así, la última vez que puse los diez dedos en un teclado fue en 1998», recuerda. Cuando el dolor ya no le permitió continuar, en 2003, el músico brasileño fundó la Orquestra Bachiana Filarmónica y se convirtió en maestro.

alternative textEn la gran pantalla.

La vida de João Carlos Martins, una lucha constante contra la adversidad, se ha visto reflejada en varios documentales y una película. 

 

Tócala otra vez, João

«No dije ni una sola palabra, simplemente se me cayó una lágrima». Así explicaba el maestro su ‘renacimiento’ como pianista cuando los guantes biónicos le permitieron volver a tocar el piano. El diseñador industrial autor del ‘milagro’, Urbiratã Bizarro Costa, asegura que hizo los primeros modelos basados en imágenes de sus manos, «pero estaban muy lejos de ser perfectos». Hasta que un día se decidió a dar el paso: «Me acerqué al maestro al final de un concierto en mi ciudad, Sumaré, en el interior de São Paulo. Al principio pensó que no iban a funcionar, pero luego me invitó a su casa para desarrollar el proyecto».

Tras varios meses de pruebas, el ingeniero llegó a la versión perfecta de los guantes que han permitido a Martins volver a tocar de forma lenta pero segura. «Poder volver a usar los diez dedos más de veinte años después es un milagro para mí a los 80 años», cuenta el músico. Porque, a pesar de que sigue presentando la atrofia muscular que le impide tocar a la velocidad de sus mejores tiempos, los guantes le han ayudado a recuperar parte de su agilidad para volver a sorprender a todos con su habilidad. Martins afirma que ahora ya nunca se quita los guantes, ni siquiera para dormir, y señala que la sensación que tiene es como la de un niño de ocho años que está tomando sus primeras lecciones de piano.-

Raquel Peláez

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