Francisco a la CAL: La sinodalidad no es una moda organizacional
A juicio del Obispo de Roma, la Pontificia Comisión para América Latina está llamada a ser un organismo de servicio que colabore a que todos en América Latina y el Caribe ingresemos en un estilo sinodal de ser Iglesia
“Comunión y sinodalidad” es el eje del videomensaje del Papa Francisco a la Pontificia Comisión para América Latina, la CAL, reunida en Asamblea Plenaria del 24 al 27 de mayo, en el que expresa la alegría de que los miembros de la CAL se puedan volver a encontrar después de la prolongada pausa por la pandemia.
El Papa manifiesta que está convencido de que, “de manera adelantada, la Iglesia en América Latina y el Caribe ha hecho ‘camino al andar’, es decir, ha mostrado que una recta interpretación de las enseñanzas conciliares implica reaprender a ‘caminar juntos’ al momento de enfrentar los problemas pastorales, los problemas sociales propios del ‘cambio de época’”.
“El don es imprevisible, es sorpresa”
Deteniéndose en el don del Espíritu Santo, Francisco sostiene que “cuando uno cree saberlo todo, el don no puede ser recibido”. “Cuando uno cree saberlo todo, el don no nos educa porque no puede entrar en el corazón”, añade el Sucesor de Pedro. En esta línea, subraya que “nada hay más peligroso para la sinodalidad que pensar que ya lo entendemos todo, que ya lo comprendemos todo, que ya lo controlamos todo”.
“Todos los bautizados somos amigos que acompañan al Señor al caminar”
Al referirse a la sinodalidad, el Pontífice afirma que “la comunión con el Cuerpo de Cristo es signo y causa instrumental de un dinamismo relacional que configura a la Iglesia”. Agrega que solo hay sinodalidad cuando celebramos la eucaristía y entronizamos el evangelio para que, entonces, nuestra participación no sea un mero parlamentarismo sino un gesto de comunión eclesial que busca ponerse en movimiento.
Para el Obispo de Roma, “la palabra ‘sinodalidad’ no designa un método más o menos democrático y mucho menos ‘populista’ de ser Iglesia. Estos son desviaciones. La ‘sinodalidad’ no es una moda organizacional o un proyecto de reinvención humana del pueblo de Dios”. “Sinodalidad es la dimensión dinámica, la dimensión histórica de la comunión eclesial fundada por la comunión trinitaria, que apreciando simultáneamente el sensus fidei de todo el santo pueblo fiel de Dios la colegialidad apostólica, y la unidad con el Sucesor de Pedro, debe animar la conversión y reforma de la Iglesia a todo nivel”, agrega.
El rol de la CAL desde la perspectiva sinodal
Francisco explica que, cuando decidió que la CAL continuase y se renovase en el marco de la reforma de la Curia, las ideas sobre sinodalidad y comunión no estuvieron lejos de su corazón. “La CAL está llamada a ser un organismo de servicio que colabore a que todos en América Latina y el Caribe ingresemos en un estilo sinodal de ser Iglesia, en el que el Espíritu Santo, que también nos llama a través del Pueblo de Dios, sea el protagonista, y no nosotros”, declara el Pontífice.
Francisco se explaya sobre la misión de la CAL: “Es un servicio, es una diakonía que principalmente debe mostrar el afecto y la atención que el Papa posee hacia la región. Diakonía, servicio, que ayude a que los diversos dicasterios actúen de manera sinérgica y comprendiendo mejor la realidad social y eclesial latinoamericana”. El Santo Padre acota que es una diakonía que, a nombre del Papa, acompaña el caminar de organismos como el CELAM (ndr: Consejo Episcopal Latinoamericano), el CEAMA (ndr: Conferencia Eclesial de la Amazonía) y la pastoral hispana en los Estados Unidos y Canadá, en comunión con la Iglesia universal.
La CAL, prosigue Francisco, no está llamada a ser una aduana que controla cosas de Latinoamérica o la dimensión hispana de Canadá y Estados Unidos. Su existencia como instancia de servicio, según el Papa, está justificada por la peculiar identidad y fraternidad que vivimos las naciones de América Latina.
“El clericalismo es una perversión quietista”
El Pontífice resalta que la CAL es un organismo de la Curia Romana, que cuenta con dos laicos como secretarios -varón y mujer ahora-, a quienes pidió “que, desde su experiencia y perfil personal, de manera complementaria, nos ayuden a todos a generar nuevas dinámicas y nos desinstalen un poquito de algunos de nuestros usos y costumbres clericales, tanto aquí en la Curia como en todo lugar en el que existan comunidades latinoamericanas”.
La CAL, de acuerdo con Francisco, debe ayudar a caminar. “No protagonizar, ayudar a caminar para no convertirse en una instancia clerical”, enfatiza, e insiste que la CAL debe promover lo más ampliamente posible la verdadera sinodalidad. “La sinodalidad nos debe conducir a vivir más intensamente la comunión eclesial en la que la diversidad de carismas, vocaciones y ministerios se integran armoniosamente animados por un mismo bautismo, que nos hace ser hijos en el Hijo, a todos”, dice el Sucesor de Pedro.
Al final de su videomensaje el Santo Padre agradece la presencia de todos y encomienda los trabajos a Santa María de Guadalupe, Madre mestiza del “verdaderísimo Dios por Quien se vive”. Francisco solicita, como siempre, que no se olviden de rezar por él.
Sobre la Asamblea Plenaria
En un comunicado de prensa, la CAL informa que «conectados virtualmente desde distintos lugares de la geografía eclesial latinoamericana y de la Curia Romana, los miembros, consejeros y un grupo de laicos y consagrados competentes se están escuchando y reflexionando juntos acerca del pulso sinodal en las distintas realidades y dimensiones de sus iglesias y de toda la región».
«En el marco de la nueva constitución apostólica Praedicate evangelium, la Plenaria está presidida y conducida por el Cardenal Marc Ouellet, Prefecto de la Congregación para los Obispos y también Presidente de la Pontificia Comisión para América Latina junto con los dos secretarios de la misma, los doctores Rodrigo Guerra y Emilce Cuda», establece el texto.
«Animados por el Papa Francisco y caminando a paso sinodal en cuestiones como la comunión, la vida consagrada, la reestructuración de estructuras eclesiales, las migraciones, los movimientos eclesiales, la dimensión de las mujeres, la misión, y los movimientos sociales y populares católicos, se va avanzando en continuar conformando el horizonte de la realidad de nuevos retos latinoamericanos en este siglo XXI», concluyen.
Sebastián Sansón Ferrari – Ciudad del Vaticano