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Nicaragua y Venezuela utilizan a evangélicos y castigan a católicos

A pesar de que los dictadores sueñan con una iglesia de rodillas, su estrategia está condenada al fracaso. Las poblaciones de Nicaragua y Venezuela han sabido diferenciar entre los pastores e impostores, entre predicadores y prevaricadores

Arturo McFields Yescas:

La Iglesia tiene un poder que las dictaduras no entienden ni controlan. Mientras las tiranías intentan silenciar y reprimir la voz del pueblo, la Iglesia dice al poder esas verdades incómodas que el pueblo quiere, pero no siempre puede manifestar.

Los regímenes de Nicaragua y Venezuela han reforzado este año su estrategia para seducir a sectores evangélicos. Quieren una iglesia de rodillas. Buscan maquillar la falta de libertad religiosa, tener un interlocutor sumiso y aumentar su escuálida base de seguidores.

Nicaragua

  • Premios y permisos a la Iglesia evangélica. En esta nueva etapa de la dictadura nicaragüense, el régimen nuevamente quiere utilizar a la comunidad evangélica como pantalla, para demostrar que en Nicaragua todo está “normal” y que no existe persecución religiosa.
  • Una dinastía evangélica.  La dictadura delegó a Laureano Ortega Murillo, sucesor de la estirpe rojinegra, como enviado especial para la Iglesia protestante e incluso ha bautizado en la fe evangélica a otros miembros de la familia. Quieren una iglesia sumisa y a la medida de sus retorcidas ambiciones.
  • Cárcel y exilio para católicos. Tras las protestas cívicas de abril de 2018, Ortega desató una irracional ola de represión contra la Iglesia católica. Cerca de 400 ataques fueron perpetrados, incluyendo el asesinato de un monaguillo, la profanación a balazos de templos, el arresto de sacerdotes y la condena a 26 años contra monseñor Rolando Álvarez.
  • Semana Santa a puertas cerradas. La dictadura nicaragüense prohibió este año 3176 procesiones religiosas como castigo a la Iglesia católica. Una veintena de personas fueron encarceladas solo por el hecho de manifestar su fe en público. Pese a esto los templos católicos estuvieron totalmente abarrotados.

Maduro “El Buen Pastor”

En Venezuela, Nicolás Maduro ha apoyado la restauración de 2600 locales evangélicos y cerca de 13000 pastores fueron enlistados para recibir un estipendio denominado “El Buen Pastor”. Otros programas evangélicos incluyen: Chamba Juvenil Cristiana, Iglesia Social, Corazón Cristiano y Recuperación de Iglesias Cristianas.

Maduro quiere una iglesia paraestatal. En febrero de este año, Maduro y varios de los altos cargos de su gabinete participaron en la celebración del “Día del pastor y la pastora evangélica”. Mientras tanto, la vicepresidente Delcy Rodríguez atacaba a la Iglesia católica llamándoles “demonios en sotana”.

Cuba

Cuba, la madre de las dictaduras, fue la primera en intentar dividir y controlar a la Iglesia. No pudo. El año pasado se registraron 1030 ataques a la libertad religiosa. El Observatorio Cubano de Derechos Humanos indica que el espionaje, hostigamientos, citaciones y exilio forzoso no han logrado quebrantar la fe.

Aunque por años, la mayor parte de la Iglesia evangélica parecía alineada o silenciada por la dictadura, en julio de 2021 resucitó como Lázaro. Las protestas de Patria y Vida activaron la participación de predicadores evangélicos, sacerdotes católicos y fieles laicos. Todos pastores con olor a oveja.

Estrategia del fracaso

Las dictaduras de Nicaragua y Venezuela no creen en Dios ni practican ninguna fe cristiana. No son católicos. No son evangélicos. El único dios que veneran es Mamón, el dios de la riqueza y la sed insaciable de poder.

El juego del garrote y la zanahoria. A pesar de que los dictadores sueñan con una iglesia de rodillas, su estrategia está condenada al fracaso. Las poblaciones de Nicaragua y Venezuela han sabido diferenciar entre los pastores e impostores, entre predicadores y prevaricadores.

La fe cristiana ha sobrevivido por más de 2000 años y las dictaduras bananeras, aún con todas sus armas y artimañas, tienen fecha de caducidad.-

Panampost

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