Gloria Cuenca:
Este mes se celebra a los periodistas, también su día. Debiéramos hacerlo con bombos y platillos. Las circunstancias obligan a ser cautos. La persecución, agresiones, prisiones y demás actos en contra de la profesión de quienes trabajan a diario, no cesa. No me canso de escribir sobre este punto: arbitrariedad e ilegalidad en contra de medios y periodistas. 24 años de tormento. Muchos no se dieron cuenta sino a partir del 2007, con el cierre de Radio Caracas TV.
Diría, Oscar Yánez, inolvidable Chivo Negro: “así son las cosas”. La gran mayoría votó enloquecido por el personaje, hoy difunto. Nos dejó atados a la carreta de su revolución y pegados con pega loca a sus servidores. Fue “i que” un voto castigo. Los castigados hemos sido nosotros.
Pendientes, a diario, del acoso que hacen contra los colegas: reporteros, periodistas, fotógrafos, camarógrafos; algunos presos y otros obligados a presentarse en tribunales. Todo anotado en la memoria, con tinta indeleble, sin olvidar nada.
Orgullosa de esos muchachos, salidos de las universidades, quienes eligieron esta hermosa carrera, para servir de intermediarios entre el suceso y el público. Lidian a diario. Soportan toda clase de amenazas, mortificaciones, persecuciones y hasta robos por parte de las autoridades. Algunos estudiaron en centros de formación que no están a la altura de las exigencias académicas. Tendrán que hacer postgrados: especializaciones y maestrías, para completar su formación. Otros, escogieron mal camino, ahora son propagandistas. Allá ellos.
¿Por qué, periodistas siempre? Por cuanto hay algunas confusiones que ocurren con diversas profesiones de la Comunicación Social. Son integrantes del todo que es la CS, pero no son iguales. A estas alturas no deberían existir esas dificultades para señalar las diferentes disciplinas y profesiones. En primer lugar, entre periodistas y comunicadores. El título desde 1972 dice: licenciado en Comunicación Social, los egresados son periodistas, es decir profesionales del periodismo: reporteros, reporteros gráficos, secretarios/as de redacción, gerentes, editores, diagramadores, constructores y productores de la información noticiosa; con todas las implicaciones que se derivan de esto.
La comunicación social es una ciencia: tiene objeto, método y leyes para su estudio. Quienes la estudian, (hay Maestría) son comunicólogos/as. Mientras el periodismo es una profesión, de larga data en nuestro país. Con Ley, aprobada desde 1972, le da categoría profesional, Código de Ética y normas muy claras para su ejercicio. No hay contradicción entre ser periodista y comunicólogo/a. En cambio, si hay contradicciones con otras profesiones que se dan al interior del todo que es la CS. Por ejemplo, entre periodistas y relacionistas públicos, con prohibición expresa en el Código de Ética de los Periodistas de ejercer, ambas profesiones cuando se es encargado de una fuente y se pretende ser relacionista de la misma. La publicidad, está prohibida en toda redacción que se presente como información noticiosa. (Obligatoria la orla negra. Artículos 21 y 22. Código de Ética de los Periodistas.) Existe la necesidad de conocer formas publicitarias que son antiéticas en el periodismo: publicidad redaccional, publireportaje y publicidad indirecta, entre otras; sin problemas éticos para los publicistas, prohibido para los periodistas.
Empiezan a dictarse normas para los “influyentes” (influencers, llamados comúnmente.) Hay preocupación en la Unión Europea; al punto que se han dado a la tarea, en conjunto con la Universidad de Navarra, de hacer un libro, con un código para establecer normas. En particular la preocupación se da para con niños/as y adolescentes. Dada la imposibilidad de captar lo riesgoso y más aun peligroso que puede ser el uso indiscriminado de las redes sociales.
¿El influyente, un nuevo tipo de líder de opinión? Tal vez, habrá que analizarlo. Puede o no ser periodista. Un periodista e influyente como tal, tendrá que aclarar que está transmitiendo o divulgando su opinión, y no crear confusiones. (Deberá señalar la diferencia entre opinión e información noticiosa) Tendremos que seguir indagando en el tema. Queda mucho por decir.
Para quienes amamos esta profesión resulta fácil entender límites, bondades, peligros y consecuencias: buenas y malas del ejercicio de esta. También su enorme responsabilidad. Anunciamos: estamos amparados por la Constitución Nacional artículos 57 y 58. Por otra parte, el régimen actual, no quiere saber nada de esta libertad. Le molesta y desagrada.
Cumplir con la verdad, la oportunidad y la imparcialidad al informar noticiosamente es un placer. Lo saboreamos, intensamente, quienes estamos dentro del periodismo. Somos y seremos periodistas siempre, esa es nuestra verdad. Sin confusiones. ¡Feliz día y mes del periodismo! A pesar de los pesares. –