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El obispo de Odesa: «Muchos ucranianos están regresando»

En el sur de Ucrania, desde la diócesis latina de Odesa-Simferopol, monseñor Stanislav Šyrokoradjuk, relata la inversión de la tendencia: "Al principio de la guerra, muchos pedían huir a zonas más seguras o al extranjero. Ahora están aquí de nuevo, especialmente las mujeres y los niños". Las parroquias de la ciudad están preparadas para ayudar al creciente número de refugiados

Es una frase de verdadera esperanza, la que pronuncia monseñor Stanislav Šyrokoradjuk con convicción y determinación: «A pesar de todo, mucha gente está volviendo a Odesa». El obispo de la diócesis latina de la ciudad ucraniana que se asoma al Mar Negro explica:

“Desde el comienzo de la guerra han sido muchos los que han pedido ayuda a nuestras estructuras eclesiásticas para huir a zonas más tranquilas del país o al extranjero, como Polonia y Alemania. Pero ahora la situación ha cambiado”

La Iglesia en ayuda

Un cambio de tendencia que también se pone de manifiesto por el creciente número de refugiados de otras partes del país, dice el prelado: «Ahora hay cuarenta mil en Odesa. Y están alojados en varios refugios, algunos de los cuales también están presentes en Kherson, Mykolaïv y en Donbás’. Lo que impulsa a las mujeres, y a los niños en particular, a volver a casa no es sólo el deseo de volver a pisar su tierra natal y reunirse con los familiares que se han quedado allí: también está la búsqueda espasmódica de comida, agua y ropa. «Para ayudarlos – explica monseñor Šyrokoradjuk – cinco parroquias de la ciudad han organizado un sistema de apoyo gracias también a las aportaciones de Cáritas de Polonia y Alemania”.

Oraciones bajo las bombas

“Sin embargo toda la región de Odesa sigue sufriendo. Los lanzamientos de misiles son diarios, como el de hace dos días que destruyó un edificio de apartamentos, matando a más de veinte personas. Fue un acto brutal – denunció el obispo – pero todos los días recibimos noticias así. Es triste decirlo, pero a estas alturas ya estamos acostumbrados».

Monseñor Šyrokoradjuk concluye subrayando que la violencia no ha privado a los fieles de su deseo de rezar, de su necesidad de trascendencia: «Cada día, en todas las parroquias, celebramos cuatro misas en las que participan muchas personas. Nuestra esperanza en Dios nunca ha disminuido».-

Federico Piana – Ciudad del Vaticano/Vatican News

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