Gloria Cuenca:
Desde la revolución francesa, difícil que algún movimiento político; dirigente, que aspire a ser o lo sea, diga que está contra la libertad o en contra de la libertad de expresión e información, específicamente.
Nadie proclama a los cuatro vientos su afán de limitar, obstaculizar, atemorizar o atropellar alguna de las libertades. Las libertades de expresión, información, opinión y prensa son de las más maltratadas en los últimos tiempos. Choca a dictadores autoritarios que se conozcan sus dislates. No quieren que la gente sepa de que, son capaces. Ocultan su incapacidad para dirigir exitosamente a un país. Por eso odian la información noticiosa y la libertad de expresión. Son expertos en destruir y enriquecerse a partir de la corrupción.
Para bloquear la libertad, de expresión particularmente, ¿qué han hecho lo tiranuelos?: buscan formas sutiles, para ir molestando a periodistas y medios. Progresivamente, avanzan, con maneras agresivas: cierre de medios, atropello a los periodistas, caída de las plataformas, intervención de los teléfonos, prisión y hostigamiento, entre las múltiples formas de lograr el objetivo, no manifiesto, de acabar con la libertad de expresión.
Les mortifica: la formación ética y responsabilidad social, que tiene la mayoría de los egresados de las múltiples universidades. Obligatorio cursar Ética y Legislación de la Comunicación para poder graduarse. Hay que conocer a fondo los mandatos éticos y jurídicos que estructuran, organizan y definen la profesión. ¿Sin estudios profesionales? No se logra la misma actitud, ni ética, ni jurídicamente.
En el siglo pasado, la entonces Asociación Venezolana de Periodistas (AVP) pidió al presidente Rómulo Betancourt que decretara la creación de una escuela de periodismo. Surgió una polémica. Después de mucho debatir, fue dejada de lado. La pregunta que se hicieron fue: ¿periodista, se nace o se hace? Dé esto hace casi un siglo. La respuesta no era excluyente: se nace y se hace. Quien tiene vocación periodística, al concretar sus estudios logra su objetivo, es feliz. El periodismo es pasión, sin duda.
Vemos declaraciones de una diputada; con aire angelical, dice: “han surgido espontáneamente periodistas en libertad”. ¡Por Dios! ¿De dónde saca el régimen semejantes personajes que se prestan a payasadas insólitas, cargadas de maldad, ignorancia y descalificación nunca vistas?
Se nota el odio contra la universidad, la cultura, y el conocimiento. ¡Ah, son flojos! Quisieran que la sabiduría y el todo que se conoce, se pudiera traspasar por vía intravenosa. Sin disposición a estudiar: pura golilla, eso aspiran.
Amenazan con reformar la Ley del Ejercicio del Periodismo. Angustian a los colegas, la academia entra en pánico, los corrillos de comentarios se exacerban, pero nadie conoce la tal propuesta de reforma. Habrá que esperar que alguno de los “sabios” que tienen, produzca ideas y las concrete, en torno a la pretensión de modificar la Ley del Ejercicio del Periodismo.
Encontrarán al gremio de frente y aguerrido como siempre, adversando la barbarie. Nada de lo que inventen justifica una reforma, contra las libertades, y a espaldas de un gremio que reúne a más de 25 mil periodistas en todo el país. Será como siempre una pelea desigual, pero se dará en toda su extensión y posibilidad. No importa como termine, legalmente, siempre triunfarán ideas correctas: la libertad, la justicia, la necesidad de la ética. Seguirán con sus pretensiones y los colegas, periodistas, comunicadores y estudiantes de periodismo, con mentalidad seria, responderán a las patrañas que pretenden imponer.
Los jóvenes periodistas estarán en la primera línea en contra de una reforma, que según lo que se dice, busca quitar el rango de profesión universitaria al periodismo. Cada día es más complejo el mundo de la comunicación, la información y el periodismo, estos pretenden de un plumazo borrar toda la historia y un proceso cultural educativo de gran magnitud, del cual ellos-los del gobierno-no tienen la más mínima idea. (Tampoco les interesa).
El mundo es ancho y ajeno, decía el laureado escritor, Ciro Alegría. Tendremos que recuperarnos, como deberá hacerse con nuestro país en general, implicando nuestros mejores talentos y las más grandes reservas para sortear el nuevo atropello, la barbarie.
Una juventud vigorosa, un enorme sector de adultos entusiasmados, muchos profesionales de primera línea, después de enfrentar a los adocenados y acartonados, serán los elegidos, para recuperar lo que se haya perdido. Quien ha vivido en libertad, quien conoce y piensa con libertad de expresión y de pensamiento, nunca más volverá a permitir que le quiten la alegría de ese momento maravilloso de hilvanar ideas y pensamientos para trasladarlo mediante la maravilla de los medios actuales a la sociedad humana. Lo siento por los que siguen en el siglo XVI, ya no son ni siquiera decimonónicos. Se quedaron muy atrás. Siempre tengo esperanzas. ¡Dios nos ampare!