Especificidad de la Democracia Cristiana: 50 años
Con este libro de ensayo teórico-práctico, Caldera, hizo un importante aporte además, al estudio contemporáneo de las ideas políticas venezolanas en esos años y que tiene hoy plena vigencia
Hace 50 años, el Dr. Rafael Caldera, publicó, su quinto libro de inicios de la década de los años 70, en efecto, los otros textos fueron: El Bloque Latinoamericano, Ideario. La Democracia Cristiana en América Latina, la colección Metas de Venezuela tomos I, II III IV, y Moldes para la Fragua y el que editará en 1972 Especificidad de la Democracia Cristiana, en su primera edición, que recoge el núcleo del curso dictado por Caldera en los años 1966-67 en el IFEDEC, que cumplió 60 años recientemente de fundado y que actualizo, a principios de los años 70 Caldera, para editar este volumen. Es un ensayo breve y conciso como lo califica su propio autor, sobre las razones de existir de un movimiento político de carácter demócrata-cristiano y los rasgos diferenciales que lo caracterizan. Tiene un extraordinario prólogo del Pedro Pablo Aguilar. De este libro se editarán posteriormente, en español que yo conozca dos ediciones más y una, pendiente de la Biblioteca Rafael Caldera, el tomo 10 de esta importante colección que aspiramos que se edite pronto y con varias ediciones en lenguas extranjeras, hacen de este texto imprescindible para conocer y estudiar la democracia cristiana tanto a nivel doctrinario e ideológico, escrito por su máximo líder y referente.
Caldera tuvo una gran vocación de servicio público con un alto sentido del deber y responsabilidad, y con una larga trayectoria pública. El libro presentado hace 50 años, está dividido en cinco capítulos, un prólogo y una introducción muy precisa. Luego de la Introducción que nos permite adentrarnos en el tema viene el capítulo II que trata primero de la definición del modelo democrático y la concepción de la democracia en una múltiple vertiente que abarca cinco dimensiones: la personalista (con fuerte influencia del pensamiento de Mounier), la pluralista, parte esencial de ella, comunitaria de participación que es el fin último del proyecto cristianodemócrata y una democracia orgánica; es decir completa, donde hay pluralidad y discusión y no verticalidad y autoritarismo como lo hay en los partidos marxistas, de acuerdo al principio leninista de centralismo.
El elemento cristiano que bebe de su fuente primigenia la doctrina social de la iglesia, donde hay varios aportes del pensamiento cristiano, no confesional, laico, la contribución filosofal que va desde la patrística, hasta la escolástica. Con las aportaciones importantes de San Agustín y Santo Tomás. El fondo ético de la democracia, su foco en la dignidad de la persona humana, que la diferencia de la visión antropológica marxista, fuertemente atea y alienante. Dos elementos que la complementan la primacía del bien común, como objetivo final y la perfectibilidad de la sociedad civil, como aporte positivo y enaltecedor de la diversidad y heterogeneidad de los órganos intermedios, que la hacen tan rica y diversidad, que es la esencia de la democracia.
Posteriormente, viene el capítulo de la especificidad de los partidos demócrata-cristianos, su razón de ser histórica, remontándose al siglo XIX y luego a partir de la fundación del partido de Luigi Sturzo, a principios de los 20, para hacer efectiva la acción política, el testimonio de inconformidad, la realización en la acción política de las ideas socialcristianas, las características de este movimiento: su aconfensionalidad, su carácter democrático, su rol popular y no populista, revolucionario en el cambio de estructuras, pero si la radicalidad de los movimientos marxistas, que son violentos por esencia y partidos que responden a las condiciones nacionales para su nacimiento. Luego Caldera, hace una profunda reflexión sobre la Unión Mundial Demócrata Cristiana y las organizaciones sectoriales como ODCA, sus retos y desafíos para esa década. Por cierto, ambas organizaciones Rafael Caldera, las dirigió, en el proceso de conducción, que tuvo Caldera en los años 60, lo que le inculcó entre otras cosas, tener una visión del mundo que le permitió formular y dirigir, con tino y claridad de objetivos, la política exterior en su primera presidencia entre 1969-1974, con majestad y prestancia, lo que fue la primera piedra de una diplomacia presidencial moderna, que influiría notablemente en los años por venir y que ratifico, en la segunda presidencia entre los año de 1994-99.
Finalmente, Caldera muestra, un amplio manejo intelectual y conocimiento de las diversas fuentes de este rica y actualizada ideología política: su fuente primigenia la Doctrina Social de la Iglesia, las fuentes Social Cristianas y las fuentes Democratacristianas. Lee, reflexiona y estudia, desde la encíclica Rerum Novarum, hasta Octagésimo Adveniens, luego Jacques Maritain, Emmanuel Mounier, Luigi Sturzo, Manual Aguirre, Jorge Ahumada, Henri Bars, C. Van Gestel, José Barbeito, Arístides Calvani, Joseph Lebret, Giorgio La Pira, Joseph Folliet, Jacques Leclerc, Johannes Messner, Emilio Máspero, Luís Alberto Machado, Enrique Pérez Olivares, Rodolfo José Cárdenas, Michael Fogarty, Amintore Fanfani, André Franco Montoro, Alcides de Gásperi, Eduardo Frei Montalva Víctor Giménez Landinez, Peter Molt, Benjamín Miguel, Aldo Moro, Roberto Papini, José Luis Rivera Oviedo, Lino Rodríguez-Arias Bustamante, José Rodríguez Iturbe, Ambrosio Romero Carranza, Mariano Rumor, Konrad Adenauer, Paul Weymar, Juan Pablo Terra, Maurice Vanssard, entre otra infinitud de autores que consulto Caldera, para elaborar este ensayo, que debería ser texto obligatorio de todo teórico o aspirante hacerse político democristiano, para su formación y acción política.
Con este libro de ensayo teórico-práctico, Caldera, hizo un importante aporte además, al estudio contemporáneo de las ideas políticas venezolanas en esos años y que tiene hoy plena vigencia, cuando hoy, los partidos democristianos están en un dilema existencial, en parte, por la debilidad doctrinaria y falta de un sólido liderazgo con auctoritas de esta ideología y doctrina, que no tiene en este momento lideres del talante y estatura, de Rafael Caldera, Luís Herrera, Arístides Calvani, Enrique Pérez Olivares, Pedro Pablo Aguilar, Haydee Castillo de López, Leonor Mirabal, María de Guzmán entre otros, si hablamos del escenario venezolano. Hoy la política venezolana está llena de políticos pragmáticos, con orfandad formativa, mediocres y con falta de alta visión de miras y sentido de estado, y no, como la tuvieron estos hombres y mujeres en el siglo XX. Rescatemos la identidad demócrata cristiana y su especificidad para combatir en la política e ideología al marxismo, que hoy trata de imponer su pensamiento autoritario y antidemocrático.
En fin, agradezco a mi padre, hacerme leer este libro y más importante aún que su autor me lo haya autografiado. Realmente es un honor. Caldera mostró con este texto, que no solamente fue un pensador sino un político de acción congruente con lo que dijo y actúo. Fue coherente. Un político con vocación. –
28/07/2022
jesusmazzei@gmail.com