Rodrigo Guerra: «El Papa está súper informado sobre Nicaragua y su silencio no significa inactividad»
La Policía de Nicaragua ingresó a la Curia Episcopal donde desde hace 15 días se encontraba retenido el obispo Rolando Álvarez
«El papa Francisco está súper enterado de todos los acontecimientos que ocurren en Nicaragua». Lo confirma a Aleteia Rodrigo Guerra López, Secretario del Pontificio Consejo para América Latina que – desde el Vaticano – hace parte del grupo de personalidades institucionales, incluido el cardenal nicaragüense y arzobispo de Managua, Leopoldo Brenes, que buscan encontrar una salida a la situación del obispo Rolando Álvarez.
Aleteia conversó con Guerra apenas conocerse que la Policía de Nicaragua ha entrado este viernes 19 de agosto en la palacio episcopal de Matagalpa. Allí tenían encerrado al obispo Álvarez y a diez de sus colaboradores –cinco sacerdotes, tres seminaristas y dos laicos– desde el pasado jueves día 4. El ingreso se ha producido de madrugada.
«Atentos al silencio orante del Papa, que nunca es un silencio apático, sino es el silencio de un pastor que vela por su pueblo antes que por las posiciones ideológicas», dijo Guerra López.
«Un silencio papal no significa inactividad o falta de decisión, no, nada de eso; significa que se están trabajando en otros planos. Y en el momento en que el Santo Padre vea prudente, por supuesto, tendrá una intervención«, aseguró el filósofo mexicano al servicio del Papa en temas sobre América Latina.
Y al respecto agregó: «A mí no me extrañaría que después del encarcelamiento del obispo Rolando Álvarez, a lo mejor el domingo (cuando presidirá el Ángelus) el Papa nos regale algún primer comentario. No me extrañaría. Pero, eso es el tema exterior. La Santa Sede, principalmente trabaja en la diplomacia discreta».
El profesor destacó que la Santa Sede trabaja en estos escenarios de “coyunturas complicadas” de manera concreta. “En Nicaragua no hay nuncio apostólico, pero la operación diplomática con su equivalente está en curso a través del cardenal Brenes y de algunas otras personas, me incluyo. Estamos metidos en el asunto”.
Sopesar las palabras y los gestos. Este es un duro dilema que enfrenta la Santa Sede y la Iglesia en América Latina. “En este tipo de tensiones también hay grupos que se polarizan y creen que la valentía se identifica con el híper protagonismo y la exaltación. Y no es así. Aquí hay, ante todo, que estar preocupados porque el pueblo no resulte sacrificado o lastimado. Y una declaración exaltada en estos contextos fácilmente puede derivar a consecuencias indeseables”, explica Guerra.
En este contexto, cabe recordar que 26 exjefes de Estado y de Gobierno de Latinoamérica y de España pidieron al papa Francisco una “firme postura de defensa del pueblo nicaragüense y su libertad religiosa” dado lo que “acontece bajo la dictadura Ortega-Murillo”.
La misiva del 17 de agosto de 2022 ha sido una iniciativa de IDEA (Iniciativa Democrática de España y Las Américas) al observar que el régimen de Daniel Ortega prohibió las procesiones religiosas y ha capturado también a tres sacerdotes.
Rodrigo Guerra comentó: “Sí. Ellos creen que la política se hace principalmente través del discurso y que si no hay una declaración pública del Papa es que la Santa Sede está abandonando a los obispos nicaragüenses o está volviéndose cómplice de las dictaduras. No, no es así”. E insiste en el trabajo diplomático de la Santa Sede a varios niveles: “Que el Papa en particular no se pronuncie públicamente, no significa que no exista seguimiento, atención, cuidado y trabajo”.
“Digamos que un caso aleccionador a este respecto es Pío XII que se le acusó de colaboracionista con los nazis. Pero conforme se han ido abriendo los archivos de Pío XII, sí ha quedado claro que sus silencios estaban acompañados de una profunda actividad diplomática y pastoral que, al contrario, lo colocan a él como uno de los principales actores que colabora justamente a la salvación de muchas personas, incluidos judíos, y a la pacificación gradual y la recuperación de la paz en la guerra y en la posguerra”.
El Papa es considerado en estos escenarios complejos como si fuera un político o un líder más de una nación ¿qué opina al respecto? “Yo lo que diría es que el Papa es indiscutiblemente un líder religioso católico y que justamente él nos enseña que la fe católica tiene una dimensión social y profética que debemos ejercer sobre todos los fieles laicos que estamos llamados a transformar el mundo según Cristo. El papel de los pastores, incluido el del Papa, es el de promover la reconciliación y la fraternidad. Y el Papa, en particular con gran prudencia lo hace, para que las consecuencias de sus acciones no puedan ser interpretadas de un modo ideológico”.
Ya varios episcopado de la región se han manifestado contra la represión en Nicaragua, entre ellos Brasil, Ecuador y México: “Si en parte los episcopados ya muestran la preocupación de la Iglesia sobre la situación y son parte también de la acción que la Iglesia y la Santa Sede anima a que se den. Lo importante es que todos, episcopado, fieles, laicos, analistas, observadores, actores y busquemos que el pueblo no sea sacrificado, no sea lastimado. Entonces hay que ser muy cuidadosos en los comentarios”.
En este sentido, Guerra advierte sobre numerosas reacciones en las redes sociales en donde con imágenes del obispo (Rolando Álvarez) se pone viva Cristo Rey y prácticamente se lanzan consignas de tipo cristero recordando el conflicto religioso mexicano en los años 20. “Ahí – agregó – hay que tener mucho cuidado, porque esa no es la dirección más deseable: entrar a un conflicto armado con ningún gobierno. Al contrario, hay que buscar siempre privilegiar los medios pacíficos, aunque sean más lentos, pero menos cruentos”. –
Ary Waldir Ramos Díaz – publicado el 19/08/22-Aleteia.org