Marcelino Miyares: Una bitácora cubana
«Desde octubre del 2021 hasta mayo del 2022 arribaron a los Estados Unidos 140.602 cubanos, cifra superior al éxodo del Mariel (1980), cuando emigraron a Estados Unidos unos 125.000 cubanos, convirtiendo a la crisis actual en la mayor de la historia»
1–Las llamas se apagan en Matanzas pero el drama continúa en Cuba.
Es el título de una nota de Yoani Sánchez en 14ymedio. A medida que se iban conociendo los detalles del desastre, y los incomprensibles costos en vidas humanas. Ciudadanos, la mayoría jóvenes, que fueron enviados sin experiencia ni protección a cubrir un siniestro que es ejemplo -otro más, por desgracia- del irrespeto a la vida humana -que no sea la propia- de una nomenclatura de seres inhumanos, cuyo desprecio por sus congéneres roza la barbarie.
Como dice la periodista, las llamas pueden finalmente haber sido apagadas, pero la tragedia cubana sigue. Hay preguntas no respondidas -que se quedarán sin respuesta- como en todo otro siniestro que se recuerde en la desgraciada historia de Cuba bajo el totalitarismo castrista.
¿Por qué el sistema de pararrayos no funcionó? ¿Quién ordenó llevar a jóvenes inexpertos del Servicio Militar para intentar frenar las llamas? ¿Cuál es la envergadura del desastre medioambiental que ha dejado este siniestro?
¿Hubo acaso respuesta satisfactoria sobre el accidente de avión ocurrido en mayo de 2018, o sobre la explosión del hotel Saratoga que tuvo lugar hace más de tres meses, y tampoco ha llegado el análisis realista de cuántas vidas se perdieron en esta Isla por no aceptar, en el peor momento de la pandemia, las vacunas anti covid-19 del fondo Covax?
Sigamos con la nota:
“La falta de transparencia del régimen solo es comparable a su ineptitud. La mezcla de secretismo e ineficiencia de este sistema está resultando mortal para los cubanos. La violación de los mínimos protocolos de seguridad, el triunfalismo que hace creer que se puede cuando no se tienen las mínimas condiciones para lograr ciertas metas y la terquedad de llevar a cabo proyectos «al precio que sea necesario» se cobran cada día vidas en este país. Vidas por las que nadie responde porque la impunidad de los responsables de su final es absoluta.
Lamentablemente, este tipo de desastre se hará cada vez más común en Cuba, porque el modelo ineficaz y centralizado impuesto hace seis décadas no puede administrar acertadamente los retos que plantea nuestra realidad. Maquillan las cifras, retocan los titulares de la prensa, inflan los informes de productividad, se saltan las medidas de seguridad para acortar los tiempos de inaugurar una obra, culpan a terceros de sus chapuzas y se blindan en su poder para no pagar por tantas catástrofes que provocan con su pésima actuación.
No se trata solo de reforzar la infraestructura, mejorar la protección contra descargas eléctricas, manejar mejor la carga en la bodega de una aeronave o revisar minuciosamente la vía de suministro de gas a un hotel. Lo más importante para preservar nuestra vida es eliminar este sistema lo antes posible y sacar de sus sillones cuanto antes a tanto dirigente incapaz e intocable.
No fue un rayo lo que provocó el siniestro de Matanzas, sino la esencia letal de este sistema quebrado y cruel”.
Una vez más, ante la inhumanidad del castrismo, debemos recordar esta frase: Prohibido olvidar.
Miembros del Consejo de Iglesias y de la Liga Islámica de Cuba, dos instituciones conectadas con el Gobierno, según Prisoners Defenders. (Liga Islámica de Cuba)
2- El Gobierno limita la libertad religiosa en Cuba y crea asociaciones «impostoras», según un informe
Lo han intentado de múltiples maneras y no lo han logrado. No han podido remover del pueblo cubano la fe religiosa, la creencia en la trascendencia. Pero miren que han tratado. La ONG “Prisoners defenders” denuncia, según nota de 14ymedio, que la seguridad del Estado han buscado crear “falsas instituciones” con el objetivo de suplantar a las verdaderamente representativas asociaciones religiosas cubanas.
Ya esa constatación ha sido hecha por la Comisión de los EEUU para la Libertad Religiosa Internacional. En dicha evaluación participó “Prisoners Defenders”, y en su nuevo texto analiza “el testimonio de 56 líderes y laicos cubanos, procedentes de las cuatro confesiones religiosas de mayor presencia en el país: católicos, protestantes, yorubas y musulmanes”.
Para el comunismo no hay libertad, como se entiende en las democracias occidentales. Hay una serie de concesiones parciales por parte del Estado comunista, y su cúpula tiránica. Por ello, en Cuba fue creada hace tiempo una Oficina de Asuntos Religiosos, del todopoderoso (“supraconstitucional”, según Prisoners Defenders) partido Comunista.
¿Cuáles derechos civiles se vulneran regularmente en esta temática específica? Todos aquellos vinculados a la libertad de profesar la religión que yo desee, por ende los de expresión, reunión, asociación, privacidad/intimidad, no discriminación y libre circulación.
Y es que la historia se repite: lo mismo hizo el comunismo soviético, el estalinismo, cuando creó la “cortina de hierro”, poco tiempo después del final de la Segunda Guerra mundial. En cada país se eliminaron y persiguieron todas las asociaciones e instituciones de la sociedad civil, en especial las de carácter religioso, y las vinculadas a ofrecer todo tipo de servicios sociales. Para los comunistas, doquiera que gobiernen, el único que puede dispensar, servicios, favores o prebendas es el Estado totalitario. Y para ello crea “instituciones dependientes de y controladas por la Seguridad del Estado”. Para cada confesión religiosa se usan estrategias específicas. Veamos qué más nos dicen en la nota “Prisoners Defenders”:
“Unas «consideraciones sobre la Constitución» detallan las dificultades legales que la Carta Magna cubana de 2019 supone para la libertad religiosa. Para ello, Prisoners Defenders retoma un análisis realizado ese año, del cual concluía que «la actual Constitución ha significado un ligero paso atrás en la materia de la normalización del marco jurídico sobre asuntos religiosos en comparación con la Constitución de 1976».
Con la publicación de la Carta Magna, se descartó también la posibilidad de redactar una Ley de Cultos, una «asignatura pendiente» desde 1976. Además, al proclamar que «el Partido Comunista es la fuerza política dirigente superior de la sociedad y del Estado», el texto constitucional limita su propio campo de actuación y ofrece al Partido una condición «supraconstitucional».
Según el informe, tanto el Partido como su Oficina de Asuntos Religiosos son organizaciones «oscuras y trabajan bajo la ausencia de legislación».
Un extenso acápite sobre la represión arrojó datos concretos sobre la frecuencia con que los líderes religiosos sufren citaciones policiales, prohibiciones de alguna índole, detenciones arbitrarias, actos de repudio, vigilancia y expresiones de odio. Varios casos se refieren también a la imposibilidad de celebrar procesiones, ritos públicos, sepelios y visitas, así como la obstaculización de viajes, donaciones y obras constructivas.
Prisoners Defenders describe el proceso mediante el cual, históricamente, el Gobierno cubano ha intentado crear «falsas instituciones», que suplantan la representatividad internacional de las asociaciones religiosas.
«En el caso de las Iglesias cristianas ha creado el Consejo de Iglesias; en la religión yoruba, la Asociación Cultural Yoruba; y en la religión islámica, ha creado la Liga Islámica de Cuba. Las tres organizaciones están controladas por la Seguridad del Estado», asegura el documento.
Señala además que, aunque las «técnicas» varían de una confesión a otra, el patrón represivo es común. Sin embargo, el Gobierno «se cuida» de ataques frontales, sobre todo, a la Iglesia católica, debido a la «organización y defensa internacional que dicha Iglesia tiene». (…)
En su informe, Prisoners Defenders incluye las conclusiones de la Uscirf en lo referente a las limitaciones de las organizaciones religiosas para ejercer la caridad, contar con espacios en los medios de comunicación y ejecutar reformas constructivas”.
3- Más presión a la olla: protestas en casi una decena de localidades cubanas por los apagones
La protesta sigue en Cuba; ¿cómo va a parar, si todo va para peor?
Diario de Cuba reseñó decenas de protestas que se han venido realizando recientemente, entre julio y agosto en la Isla, por ejemplo:
Cacerolazos en San José de las Lajas, Mayabeque; Consolación del Sur, Pinar del Río; Trinidad, Sancti Spíritus; Antilla, Holguín; Caonao del Sur, en Cienfuegos, y Mabay, Granma. Ese mismo día los santiagueros salieron a la calle, y al día siguiente lo hicieron en Bauta, y otras poblaciones.
Reseña Diario de Cuba:
“Ojo, ayer lo hizo Bauta y hoy lo hicieron Santiago de Cuba y San José de las Lajas. Están empezando a repetir los pueblos que ya salieron el 11J de 2021, en los cuales la represión se ha cebado. Se fue el miedo. La dictadura nos llevó al límite”, escribió el periodista José Raúl Gallego en Twitter al hacer recuento de los lugares donde se han suscitado las manifestaciones de malestar”.
Y es que la situación es insostenible; los apagones son cada vez más prolongados, los servicios médicos colapsaron hace tiempo, la escasez de productos es mayor, la inflación hace su agosto. Todo ello contrasta con el insulto que significa que se gasten millones en la construcción de hoteles y otras edificaciones de lujo, como la ya emblemática “Torre K”, que se construye en el corazón de La Rampa Habanera, más exactamente en la nueva esquina de calle K con la calle 23, una monstruosidad arquitectónica denunciada, entre otros, por nuestro amigo y colaborador, el arquitecto Edelberto Díaz, en la sección en América 2.1 “Periscopio La Habana”.
Lo peor es que detrás de cada protesta viene la represión, siguiendo un siniestro guion totalitario. Pero, a pesar de ello, la presencia de la voz cubana protestando en las redes sociales no ha cesado, al contrario. Y las lecciones se van aprendiendo: ya los videos que se suben no facilitan la identificación de los ciudadanos participantes, como ocurriera en las protestas del 11J-2021.
Y aparte de reprimir ¿hace algo el régimen para solucionar las diversas crisis en curso? Reinaldo Escobar, en 14ymedio, y Javier Prada, en Cubanet, nos dan la respuesta. No solo no la dan, sino que exigen “solidaridad” (en otras palabras, “comprensión”) ciudadana para justificar los cortes de luz en la capital, en medio de una intensificación de los apagones en las ciudades y pueblos del interior. Que sufran los habaneros más, para que los del interior lo hagan menos. Un total despropósito; la democratización de las penurias. “Desvestir un santo para mal vestir otros”, en palabras de Prada.
Para colmo, nos dice Escobar, “se pretende convencer a los cubanos de que pueblo, Partido y Gobierno conforman una Santísima Trinidad indisoluble y cualquier fisura constituye una contribución al enemigo. Por eso, a los que mandan no les basta con la comprensión: reclaman el aplauso y pretenden que sea entusiasta”.
Javier Prada (¿Y qué pasa con nuestra paz?, Cubanet) se pregunta:
¿Dónde está escrito que tenemos que aguantar callados, consumiéndonos de impotencia, la miseria sin fin provocada por el castrismo?
Y finaliza su nota:
“La crisis está empujando a los cubanos a extremos no deseados. No se trata de odio, o de querer “desestabilizar” lo que nunca funcionó. Se trata del derecho a la vida, a proteger a los nuestros. Y nada puede el miedo contra semejante imperativo”.
Migrantes cubanos
4- “Gobierno y medios castristas ocultan dimensión de crisis migratoria”, señala Alejandro Saavedra, en Árbol Invertido:
Desde octubre del 2021 hasta mayo del 2022 arribaron a los Estados Unidos 140.602 cubanos, cifra superior al éxodo del Mariel (1980), cuando emigraron unos 125.000 cubanos.
Lo cierto es que el régimen intenta ocultar cuán crítica es la crisis, esta vez expresada en los miles de cubanos que desean salir del país. Para empezar, jamás se señalan cifras, se culpa, como siempre, al gobierno de EEUU, por supuestamente promover la migración irregular.
Mientras tanto, ¿Qué sabemos sobre la dimensión de la crisis? En palabras del periodista:
El pasado 17 de junio, el sitio digital Cubanet publicó que desde el 11 de octubre del 2021 hasta el 31 de mayo del 2022 habían arribado a los Estados Unidos 140.602 cubanos. Los datos fueron revelados por el Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos. La misma nota informaba que solo durante el mes de mayo arribaron a ese país 25.692 cubanos, según un documento de la misma entidad.
«Desde octubre del 2021 hasta mayo del 2022 arribaron a los Estados Unidos 140.602 cubanos, cifra superior al éxodo del Mariel (1980), cuando emigraron a Estados Unidos unos 125.000 cubanos, convirtiendo a la crisis actual en la mayor de la historia»
Una auténtica catástrofe migratoria, que a todos nos debería preocupar. Claro, menos a la tiranía. Ella sigue dándole prioridad a excentricidades como la construcción de nuevos hoteles, o en servirle de anfitrión a las nuevas rondas de conversación entre el gobierno colombiano y la guerrilla del ELN.
Marcelino Miyares, Miami, 23 de agosto de 2022
América 2.1