Con olor a pre Cónclave: 197 cardenales en reuniones en el Vaticano

Quien camina por las calles de Roma los últimos días de agosto advierte algo inusual: hay más eclesiásticos con un modo específico de vestir por las calles. Y así es: la Sala de Prensa de la Santa Sede confirma que 197 cardenales se encuentran en Roma para los dos días de encuentro con el Papa. La finalidad de este summit ya había sido dada a conocer por el mismo Papa el pasado 29 de mayo: «El lunes y el martes 29 y 30 de agosto habrá una reunión de todos los cardenales para reflexionar sobre la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium».

Entre los cardenales ausentes se encuentran el emérito de Hong Kong (y actualmente en la mira de la dictadura comunista china) y el cardenal Brenes, de Nicaragua. Otras voces no representadas son, por ejemplo, la de Ucrania: el arzobispo mayor no fue elegido cardenal para el último consistorio no obstante representar a la mayor comunidad católica de rito oriental y encontrarse en situación de invasión.

En las semanas precedentes se adelantó que el summit cardenalicio iniciaría con la lectura de una exposición de la reforma de la Curia romana. Más recientemente se ha sabido que están previstos encuentros de cardenales por grupos de idiomas y también discusiones en el pleno del aula, que estará presidida por el mismo Papa. Las reuniones están iniciando a las 9 de la mañana y concluyen a las 4 de la tarde, con una breve pausa para comer. A las 17:30 del martes, segundo y último día de reuniones, habrá una misa del Papa con todos los cardenales en la Basílica de San Pedro.

Preguntado por TELAM sobre «si ha cumplido sus objetivos como Papa», Francisco contestó y así adelantó algo del porqué de este Summit con olor a pre Cónclave:

«Las cosas que hice no las inventé ni las soñé después de una noche de indigestión. Recogí todo lo que los cardenales habíamos dicho en las reuniones pre-cónclave, que debía hacer el próximo Papa. Entonces dijimos las cosas que había que cambiar, los puntos que había que tocar. Lo que puse en marcha fue eso que se pidió. No creo que haya habido nada original mío, sino poner en marcha lo que se pidió entre todos. Por ejemplo, en la parte de Reforma de la Curia terminó con la nueva Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, que después de 8 años y medio de trabajo y consulta se logró poner lo que habían pedido los cardenales, cambios que ya se iban poniendo en práctica. Hoy día hay una experiencia de tipo misionero. Praedicate Evangelium, es decir, ‘sean misioneros’. Prediquen la palabra de Dios. O sea, que lo esencial es salir».