Simón Bolívar y el ateísmo
Cesáreo Espinal Vásquez:
Se ha dicho sobre el ateísmo de Simón Bolívar y he analizado con amplitud sin pretender afianzarme en sostener lo contrario, sino considerando el substrato de la historiología en el por qué de los hechos, sus causas y efectos, en ésta apretada síntesis.
Es muy importante definir la exclamación de Simón Bolívar en el terremoto de Caracas de 1812, en la que el clero imploraba la misericordia de Dios, pidiéndole perdón por ese castigo por pretenderse la independencia de España. Simón Bolívar, de 29 años, se subió en un escombro y gritó; “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”. La curia le pidió clemencia a Dios por lo impío de Bolívar estigmatizándolo de ateo.
El Pbro. Ramón Vinke, historiador, en su excelente y documentado libro “La devoción a la Virgen de los Próceres de la Independencia”, nos dice que Simón Bolívar desde su niñez en el regazo de su madre aprendió a rezar, quien siendo una dama católica practicante, al fallecer el 6 de julio de 1.792, había dicho que la vistieran con hábito de monjas del Convento de la Concepción, su bello rosario lo adquirió el Banco Central de Venezuela en 1.998. Asienta el padre Vinke que Bolívar fue siempre devoto de la Virgen y fue así, que en su visita a México en 1.799 oró en la Iglesia de la Virgen de la Guadalupe. El 9 de diciembre de 1825, con el Gran Mariscal Antonio José de Sucre, en el pueblo de Cayama en Arequipa, asistieron al Te Deum por el aniversario de la batalla de Ayacucho y oraron en el santuario de la Virgen de la Candelaria. En el alto Perú estuvo en las romerías a la Virgen de Copacabana y en Charcas o Chuquisaca recibió del Cabildo Eclesiástico, el hermoso relicario de Charcas, que se exhibe en el Banco Central de Venezuela; en misiva enviada a su hermana María Antonia, le dice “nunca dejaré mi religión”.
En el maravilloso libro escrito por el Dr. Tomás Polanco Alcántara “Simón Bolívar”, refiere que en los últimos días de El Libertador, con la asistencia del Dr. Alejandro Próspero Réverend y por su consejo de recibir la visita del Obispo de Santa Marta, lo cual accede y conversaron a solas y el día 10 de diciembre el señor Obispo “recibió su confesión y le dio la absolución”, pudo levantarse y caminó acompañado del General Mariano Montilla, dio instrucciones de su testamento firmado al día siguiente y en la que declara su creencia en Dios, a quien encomienda su alma, y en la Santa Iglesia Católica, falleciendo el día 17 de ese mismo mes del año 1830.-