Jesús E. Mazzei Berti: 2010-2022
Deseaba homenajear a mi padre en el recuerdo de su partida, quien fue mi primer formador de muchos que tuve en la vida (universitaria, intelectual) y, me inculcaron e inspiraron en el ejemplo del amor y rectitud
Jesús Mazzei Alfonzo:
El próximo lunes 5 de septiembre recordaremos un año más del fin de la trayectoria vital de mi padre quién falleció un día lunes, a las 5:45 am, deseo recordarlo, por tal motivo escribiendo sobre su primer libro. Culmino su ciclo, tras una vida llevada con gran intensidad en lo personal y en lo profesional. Mi padre, fue un gran médico, perteneciente a una generación de médicos inolvidables y que tuvo como paradigma de ejercicio de la medicina con base al servicio con abnegación, en sus maestros vio la vocación de servicio, el apostolado que es el soporte fundamental en el ejercicio de la medicina y lo importante de estar siempre al día en una profesión tan exigente como es la medicina.
Mi padre, aparte del ejercicio público (cosa que hizo con gran éxito y eficiencia, en su obra que fue el PANAI hoy INASS), durante el primer gobierno del Dr. Rafael Caldera. Ejerció la medicina de forma privada en los últimos años de ejercicio profesional, eso le permitió dedicarse con tiempo y dedicación, al estudio, reflexión e investigación acerca de los principales problemas de la tercera edad, del adulto mayor como se le denomina hoy en día, tanto desde el punto de vista fisiológico, neurológico, y también, desde el punto de vista social, dimensión también estudiada por él, por los problemas que toca emprender en un país que ve incrementada su población de la tercera edad en los próximos años, lo cual tendrá no solo repercusiones demográficas, sino económica-sociales. Hoy deseo recordarlo a través de su primer libro escrito por él.
En efecto, luego de más de cinco años de investigaciones, lectura y reflexión escribió y publicó su libro La mejor edad fue publicada en 1988, con un hermoso prólogo de uno de sus grandes maestros el Dr. Otto Lima Gómez, fallecido recientemente, el pasado 24 de julio, quién ejercicio gran influencia sobre mi padre como médico e intelectual. Representó para mi padre una etapa muy importante en su larga y dilatada carrera profesional, como médico y que veía como comienzo de una nueva etapa, dedicarse a escribir y plasmar sus diversas vivencias y experiencia profesional, en su primer libro publicado. Este texto, aún hoy es consultado por los futuros médicos geriatras y se encuentra para consulta y estudios en las principales bibliotecas de medicina de las principales universidades del país y en algunas universidades del mundo como la Universidad de Zaragoza, su primera alma mater, de donde egresó como médico en 1958 y luego la ULA, donde revalidó su título de médico y otras más.
El libro está dividido en dos partes, el capítulo I, analiza en primer lugar el enfoque científico, está dividido en 10 subcapítulos y la segunda parte en diez partes también. Los primeros capítulos están dedicados a una historia de la gerontología universal y nacional, A partir del capítulo tres toca aspectos demográficos, sociales, las generalidades sobre el envejecimiento, los cambios fisiológicos orgánicos y mentales, los aspectos en el geronte, la enfermería geriátrica, la terapia ambiental, las unidades gerontológicas.
Por otra parte, el segundo capítulo toca el enfoque humanístico, se inicia con una visión de la vejez, luego las ilusiones de juventud en la vejez, realización y futuro, influencias mutuas sociales, los aspectos religiosos, la soledad y el aislamiento, cánones que rigen la vida del longevo, anécdotas y ancianidad, filosofía y la muerte. En el libro hay pasajes que registran conversaciones-entrevistas, diálogos, muy elocuentes y hermosos con verdaderos ejemplos para la juventud venezolana que aportan sus enseñanzas experiencias a lo largo de una parábola vital muy rica son ellos en primer lugar mis inolvidables abuelos paternos Gabriel Mazzei e Isolina Berti Provenzali, Luís Beltrán Prieto Figueroa, Antonio Estévez, Pedro Emilio Coll, Mario Briceño Perozo, Julio de Armas, Pedro Centeno Vallenilla, Abelardo Raidi, Teodora Torrealba, María Teresa Castillo, Pastor Oropeza, Magdalena Sánchez, Luis Mariano Rivera, Julio González Pérez, Rafael Pisani, Lucila Palacios y Monseñor Henríquez; Pbro. Hernández Chapellín, este último sacerdote con quien mi padre entablo una hermosa y larga relación de amistad. Fueron estos ilustres venezolanos entrevistados por mi padre para su libro para poder compartir con ellos, vivencias, reflexiones sobre la soledad y el aislamiento, las influencias sociales, las ilusiones de juventud en la vejez, cánones que rigen la vida del longevo y otros temas más, que son esbozados por estos eminentes venezolanos y en un testimonio de lo hermoso de la vida cuando se lleva con valores y creencias que enaltecen la condición humana.
Deseaba homenajear a mi padre en el recuerdo de su partida, quien fue mi primer formador de muchos que tuve en la vida (universitaria, intelectual) y, me inculcaron e inspiraron en el ejemplo del amor y rectitud, con una breve reseña de su primer libro, que sería el primero de una lista de cuatro, uno publicados postmortem, los primeros tres escritos sobre medicina y geriatría, el cual seguro estoy, hoy tienen gran actualidad y vigencia, y es de suma utilidad para los médicos que quieran dedicarse a esta noble especialidad de la medicina dados los problemas del trato al anciano y las políticas públicas ejecutadas los últimos años de manera desacertada y, el último, sobre uno de sus hobbies favoritos: la gastronomía.
En suma, como expresa mi padre en su libro, “… el hecho de ser viejo pertenece a una etapa del ciclo vital que luce vano definirlo, pero que se presenta como algo connatural y es indudable que varía bio-psico-socialmente, siendo la medida que estas tres dimensiones determinen el rumbo de la vejez…». Su inminente fallecimiento, él lo asumió con serenidad cristiana y racionalidad médica, estaba consciente de su finitud.
jesusmazzei@gmail.com