La reina Isabel II y su amistad con 5 papas
A partir de 1951, Isabel Alexandra Mary Windsor –desde el 6 de febrero de 1952 Isabel II, Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte– se ha reunido con Pío XII, Juan XXIII, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Siete reuniones en total, de las cuales cinco tuvieron lugar en el Vaticano.
La reina Isabel II de Inglaterra (21 de abril de 1926 – 8 de septiembre de 2022), recientemente fallecida a los 96 años, ha sido la soberana más longeva de Europa y ha tenido “relaciones cordiales” hasta con cinco papas: desde Pío XII a Francisco.
A partir de 1951, Isabel Alexandra Mary Windsor –desde el 6 de febrero de 1952 Isabel II, Reina del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte– se ha reunido con Pío XII, Juan XXIII, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco. Siete reuniones en total, de las cuales cinco tuvieron lugar en el Vaticano.
Reina y jefe de una Iglesia cristiana, la anglicana, la reina Isabel II ha sido recordada, apenas conocerse la noticia de su fallecimiento, esa misma noche, por el papa Francisco con un telegrama de pésame dirigido a la nación, a su hijo –el Rey Carlos III– con palabras de aprecio y exaltando su deber cristiano: “Ejemplo de devoción al deber, a su testimonio de fe en Jesucristo” (08.09.2022).
La Curia romana también ha enviado un mensaje dirigido a los súbditos de la soberana británica. El cardenal inglés, Arthur Roche, prefecto del Dicasterio para el Culto Divino y la disciplina de los sacramentos escribió: “Desde su acceso al trono en 1952, tras la muerte de su padre, el Rey Jorge VI, no sólo se dedicó sin reservas a servir a su pueblo, sino que lo confió a la protección de Dios” (Vatican News 08.09.2022).
El último apretón de manos de un Papa a Elizabeth II fue el 03 de abril de 2014, cuando el papa Francisco la recibió en el Vaticano, en su estudio en el Salón Pablo VI, para una conversación privada que duró unos veinte minutos.
Antes, la reina Isabel II se ha encontrado tambiénl Papa alemán, el 16 de septiembre de 2010, durante el viaje de Benedicto XVI al Reino Unido. Pero en el Vaticano, la reina Isabel II, junto con su príncipe consorte Felipe de Edimburgo, ya había estado el 17 de octubre de 2000, cuando la Reina se quedó conversando con Juan Pablo II por más de 20 minutos.
Juan Pablo II y sus recuerdos de Isabel
Antes de eso, hubo otros dos encuentros con el papa Wojtyla: en 1980, siempre en el Vaticano, y durante un viaje del Papa a Londres. Su Majestad también fue recibida por el papa Juan XXIII en el año 1961.
Refiriéndose a esa misma audiencia, San Juan Pablo II comentó en 1980 que:
Juan XXIII habló de la gran sencillez y dignidad con la que Vuestra Majestad lleva el peso de sus muchas responsabilidades. Dos décadas después, estas observaciones siguen siendo muy apropiadas y es evidente que las responsabilidades que os corresponden no han disminuido en absoluto.
La importancia de estos encuentros ha radicado en el papel que ha tenido la reina británica, quien fue la líder institucional –no espiritual– de la Iglesia anglicana, lo cual ha significado también una sólida continuidad, impulsada con el inicio de su coronación el 2 de junio de 1953, para mejorar las relaciones entre ambos estados influenciados por la fe cristiana.
Las mermeladas de la Reina para Francisco
El último regalo de cortesía de la Reina a un pontífice ha sido una gran cesta que contenía productos comestibles (mermeladas, bebidas) de diversas partes del reino. Con su característico humor británico, Isabel II había dicho a Francisco que esos productos eran sólo para él y que no debía darlos a nadie más.
Anteriormente, la reina Isabel II se había reunido con cuatro pontífices, empezando por Pío XII en 1951, un año antes de su ascensión al trono, es decir siendo princesa. Ha visitado el Vaticano cuatro veces en su vida.
Benedicto XVI y la Reina
En 2012, con motivo del Jubileo de Diamante, Benedicto XVI escribió:
Usted ha ofrecido a sus súbditos y al mundo entero un ejemplo inspirador de dedicación al deber y compromiso con la defensa de los principios de libertad, justicia y democracia, de acuerdo con una noble visión del papel de un monarca cristiano.
Las relaciones entre Isabel y los papas fueron cordiales, a pesar del peso histórico de los siglos de incomprensiones tras el cisma de 1533, iniciado con la ruptura de las relaciones entre el rey Enrique VIII y papa Clemente VII. La Iglesia católica había excomulgado al Rey.
El nexo entre la reina Isabel II de Inglaterra y la Iglesia católica se mantuvo en un clima de serenidad, incluso ante la constitución apostólica de Benedicto XVI, Anglicanorum coetibus de 2009, sobre la institución de ordinariatos personales para anglicanos que entran en plena comunión con la Iglesia católica.
Profunda fe cristiana
La reina británica también tenía una profunda fe cristiana personal, una fe que profesaba públicamente con más frecuencia a medida que envejecía.
En 2022, con motivo de su Jubileo de Platino –sucedió a su padre, el rey Jorge VI, en febrero de 1952–, fue condecorada con la Cruz de Canterbury, un galardón especial de la Iglesia de Inglaterra.
En ese contexto de celebración de los 70 años de su papel constitucional, el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, reconocía la importancia de su fe personal y su visión ecuménica: “Su Majestad ha defendido debidamente tanto la religión cristiana como la Iglesia de Inglaterra en su papel de defensora de la fe y Gobernadora Suprema de la Iglesia de Inglaterra”.
Fuente: Ary Waldir Ramos Díaz – Aleteia