La teología bélica del Patriarca ruso: morir en el frente lava los pecados
El sermón de Kirill para justificar el alistamiento de jóvenes y su muerte en batalla como un "sacrificio". El Papa denuncia "el nacionalismo alimentado de sacralidad"
Morir en la guerra «lava todos los pecados que el hombre ha cometido«, predicó el Patriarca Kirill de Moscú en su sermón dominical, publicado en la página oficial de la Iglesia ortodoxa rusa (25.09.2022). Mientras el papa Francisco ha manifestado su oposición «al nacionalismo alimentado de sacralidad«.
En la misma semana que el presidente Vladimir Putin amenazó con usar armas atómicas y anunció la movilización de 300.000 reservistas ante la contraofensiva de Ucrania, el Patriarca ruso, Kirill afirmó el miércoles:
«Vayan con valor a cumplir con su deber militar«, instando a todos los hombres de la Federación Rusa a participar en la movilización armada, invitando también a los fieles a «no tener miedo a la muerte».
El Patriarca de Moscú ha vuelto a animar a los fieles a entrar en el ejército, mientras las madres rusas en el oeste del país manifestaban para que no se lleven a sus hijos al frente de guerra y 800 jóvenes manifestantes fueron apresados por las fuerzas policiales rusas en Moscú y amenazados con el enrolamiento forzado.
La justificación teología bélica de Kirill
«La Iglesia reza para que esta guerra termine lo antes posible», dijo el Patriarca en su última homilía.
Al mismo tiempo, subrayó:
«La Iglesia entiende que si alguien, movido por el sentido del deber, […]permanece fiel a su vocación y muere en el cumplimiento del deber militar, está cometiendo ciertamente un acto equivalente al sacrificio. Se sacrifica por los demás. Y por eso, creemos que este sacrificio lava todos los pecados que el hombre ha cometido«.
Para justificar esta teología bélica, el líder de la Iglesia ortodoxa rusa, que pierde consenso entre los líderes ortodoxos del Este de Europa, por su apoyo incondicional a Putin, cita el Evangelio, Juan 3:16:
«¡Así amó Dios al mundo! Le dio al Hijo Unico, para que quien cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna«.
Kirill argumenta:
«¿Y por qué se requirió este espantoso sacrificio divino, cuya extensión y significado no pueden ser comprendidos por la mente humana? El Dios Todopoderoso se entregó para la ejecución, que se utilizó para ejecutar a los criminales, parias de la sociedad humana, que sí habían cometido crímenes terribles y peligrosos.».
El sacrificio (empuñando las armas) es amor
El sermón del Patriarca en la semana 15 después de Pentecostés alude al sacrificio divino y justifica el sacrificio de empuñar las armas por la patria: «el sacrificio es la máxima expresión del amor del hombre por sus semejantes. El sacrificio es la mayor manifestación de las mejores cualidades humanas«.
“La guerra, es una guerra interna”
Además, considera la guerra no como una invasión:
«La guerra, que ahora tiene lugar en las vastas extensiones de Rusia, es una guerra interna». Es decir, en la geopolítica teologal del Kirill, Ucrania hace parte del imperio ruso.
«Y por eso es tan importante que en el resultado de esta guerra no surja una ola de amargura y distanciamiento, que no separe a los pueblos hermanos en el muro infranqueable del odio”. De esta manera, justifica la anexión de los territorios ucranianos, por ejemplo del Donbas, dado que Putin ha convocado un referéndum en esa zona.
Kirill representa el pensamiento único de la Iglesia ortodoxa rusa, que se ha impuesto, luego de que destituyera a su «número dos», el metropolitano Hilarión, que hizo el paso falso de ir contra los intereses del Kremlin y criticó la guerra en Ucrania.
El Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa destituyó en junio pasado al jefe del departamento de relaciones exteriores del patriarcado dirigido por Kirill. Hilarión también ha sido despojado de su cargo de Metropolitano de Volokolamsk y fue sustituido por el metropolitano Antonio de Volokolamsk.
La invasión de Ucrania el pasado mes de febrero alteró el equilibrio, y el Patriarca Kirill se puso del lado del Presidente ruso Vladimir Putin.
El Patriarca intentó convertir al Papa
El Patriarca intentó también justificar teológicamente la guerra en un diálogo con el papa Francisco, mientras su interlocutor desde el Vaticano, le llamó al orden: «Hermano, nosotros no somos clérigos del Estado, no podemos usar el lenguaje de la política, sino el de Jesús» (16.03.2022).
Precisamente, en una entrevista al diario italiano Il Corriere della Sera, el Papa reconstruyó ese coloquio, vía teleconferencia, y llamó a Kirill: «El monaguillo de Putin» (03.05.2022).
En efecto, el Papa considera la guerra de Putin en Ucrania: «injusta, inaceptable, bárbara, sin sentido, repugnante y sacrílega».
Así el Vaticano había respondido formalmente a las críticas provenientes de fuentes diplomáticas ucranianas contra el Papa que consideraban sus intervenciones públicas sobre la guerra en Ucrania como “tibias” o que ponían en «el mismo nivel al agresor y al agredido» (30.08.2022).
A raíz de estas posiciones contrapuestas, las relaciones entre ambos líderes se enfriaron, aunque sí Francisco no cierra la puerta al diálogo, ni siquiera con Putin. Sin embargo, el Patriarca ortodoxo ruso no viajó a Kazajistán y evitó la reunión de líderes religiosos mundiales en la que participó el Papa (14 y 15 septiembre en la capital Nur-Sultan).
En cambio, allí, el Papa firmó la Declaración Final en Kazajistán junto con 80 líderes religiosos del mundo que tienen posiciones distintas a las del Patriarcado de Moscú.
En ese escenario el Papa invitó a todas las religiones: «¡Comprométanse en favor de la paz, no en favor de las armas!» Y también denunció la «locura sin sentido de la guerra«. «Hay demasiado odio y divisiones, demasiada falta de diálogo y de comprensión del otro».
El nacionalismo alimentado de sacralidad
A propósito de la campaña de alistamiento ruso, el Papa había exhortado en Kazajistán a proteger a las mujeres y a los jóvenes, algo en neto contraste con la llamada a las armas de Kirill a los jóvenes.
«Las lógicas de dominio y de explotación, el acaparamiento de los recursos, los nacionalismos, las guerras y las zonas de influencia trazan un mundo viejo,que los jóvenes rechazan, un mundo cerrado a sus sueños y a sus esperanzas», dijo el Papa.
En este contexto, cabe recordar, que Francisco, aseguró que «el extremismo, el radicalismo, el nacionalismo alimentado de sacralidad, fomentan todavía hoy temores y preocupaciones en relación a la religión«. –
Ary Waldir Ramos Díaz – publicado el 26/09/22-Aleteia.org