Riesgo político, azar e incertidumbre
El análisis de riesgo político, es realizado por servicios de estudios, consultores que tiene personal de alto nivel en cuanto a su formación profesional y trayectoria
Jesús Mazzei Alfonzo:
El riesgo político es un asunto que ha interesado a los estudiosos de la ciencia política contemporánea en los últimos años, que yo recuerde fue a Ramón Escobar Salom, uno de nuestros políticos mejor preparados y formados, hombre de estado y analista formidable, al que le leí por primera vez sobre este tema, en su columna de el Diario El Nacional «La Ventana de Papel», hace unos 42 años aproximadamente y me abrió una veta de interés intelectual.
Pero qué podríamos decir inicialmente qué es el riesgo político, cuáles son sus características, es realmente útil para el análisis de los sistemas políticos, en su estabilidad, perdurabilidad y grado de gobernabilidad. El riesgo involucra la incertidumbre e información muchas veces parcial e incompleta, ahora bien profundizando en su definición y características tiene varios componentes fundamentalmente, hay riesgo en cuanto a un determinado evento cuando no sabemos o no podemos determinar alguna, o varias, de las siguientes variables: si puede ocurrir en absoluto (incertidumbre de factibilidad), cuándo ocurrirá (incertidumbre de tiempo), dónde ocurrirá (incertidumbre de lugar), cómo ocurrirá (incertidumbre de modo), cuántas veces en una determinada unidad de tiempo ocurrirá (incertidumbre de frecuencia), cuánto daño producirá (incertidumbre de severidad) Estos factores están inmersos en el riesgo político de Venezuela, en la eventualidad de un cambio político y lo que estamos observando de la actual política internacional, por la guerra de Rusia contra Ucrania.
Ahora bien, el riesgo es percibido como un obstáculo que se interpone entre la actividad y el objetivo perseguido por esa actividad, porque es muy difícil tener una actividad predictiva eficiente, sobre todo en la ejecución de políticas públicas, para evitar la incertidumbre sobre las decisiones que se implementan y aumentar la certidumbre. En el caso de la política, la actividad se relaciona con el poder, con el ejercicio del poder político, sus características, relaciones entre otros factores.
Otro factor que influye, por lo tanto, desde el momento en que la actividad política se realiza siempre en el contexto de una pluralidad y diversidad de actores antagónicos que son adversarios y no enemigos a muerte, la mera existencia de esta multiplicidad ya constituye un riesgo en sí y de por sí. En la enorme mayoría de los casos prácticos, la decisión política puede generar toda una gama de consecuencias no predecibles; algunas de ellas inadecuadas por falta de negociación política y otras muy difíciles o hasta imposibles de prever.
Por otra parte, así como el poder es disputado en su adquisición, también lo es en su ejercicio. Eso es algo que también sabe todo político: una vez conquistado el poder, no es cuestión de sentarse sobre los laureles que otorga. Nunca hay, en realidad, verdaderos «vacíos» de poder en política. En el mismo instante en el que una posición de poder declina, sus adversarios concurrirán inmediatamente a ocuparla. Y, si no declina, estarán permanentemente en la tarea de debilitarla para que decline y pueda ser conquistada. A la etapa de la conquista del poder sigue, pues, necesariamente la etapa siguiente orientada a la defensa, conservación y consolidación de la conquista del poder político.
Asimismo, siendo toda la actividad política esencialmente dinámica, el tampoco el poder consolidado carecerá de adversarios. La neutralización de los mismos será, muchas veces, la mejor garantía para su conservación y supervivencia. De este modo, la expansión del poder surge frecuentemente como una de las vías que conducen a su consolidación y/o viceversa y este es otro factor de riesgo político, dado la información imperfecta que se pueda tener y el grado de incertidumbre.
Con lo expuesto no se pretende, en absoluto, haber agotado el tema del riesgo político. El objetivo de este breve artículo ha sido doble: por un lado, señalar su contexto, los aspectos principales y, por el otro, ofrecer una perspectiva diferente a la que por lo general se utiliza cuando se habla de «riesgo político». Lo común es considerar como «riesgo político» solamente aquellos riesgos que el accionar político genera para la economía, como se puede ver actualmente con la irrupción de un neoproteccionismo y una recesión en la economía mundial, dada la crisis del COVID-19, la nueva dimensión de la guerra al terrorismo, la ciberseguridad, las diferentes burbujas económicas, la probable recesión a mediano plazo y la incertidumbre del fin de la agresión Rusa a Ucrania, en cómo finalizará ese conflicto y sus alcances. O también como ejemplo, es medir la diferencia entre las tasas internas de retorno al capital invertido -tomando al mercado norteamericano como «riesgo cero»- para lograr un indicador del «riesgo país» o -por extensión- del «riesgo político» por ejemplo. El procedimiento, por supuesto, es válido desde una óptica económica, como la hacen actualmente las calificadoras de riesgo y también desde una perspectiva política, hoy es más pertinente.
Hoy en día, los analistas de riesgo político, observarán en sus análisis que la implementación de políticas públicas produce ganadores y perdedores, a estos últimos, los analistas de riesgo observan el grado de compensación que tendrán al seno del sistema político, y además, si se producirán perturbaciones que afecten la estabilidad y viabilidad del sistema político, ésta es otra variable que tendrán en cuentan los analistas de riesgo. Se analizan los problemas sociales existentes y potenciales, la interacción entre actores.
El análisis de riesgo político, es realizado por servicios de estudios, consultores que tiene personal de alto nivel en cuanto a su formación profesional y trayectoria, muchas veces han pasado por experiencias gubernamentales lo que les permite tener una pericia desde adentro de los fenómenos del arte de gobernar y del ejercicio del gobierno. No son infalibles, aun utilizando los más completos instrumentos teóricos-conceptuales y sistemas de información, pueden equivocarse porque hay elementos como la sorpresa, el azar, la incertidumbre, que actúan, contra los eventos socio-políticos, los cuales no son lineales, son impredecibles.
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