Universidad Católica Andrés Bello: Carta del Rector a la Comunidad Universitaria al inicio del Período Rectoral 2022 – 2026
El foco de nuestra atención es convertir a la UCAB en una promesa de futuro para nuestros jóvenes y para el país
Su Eminencia Cardenal Baltazar Porras Cardozo, Administrador Apostólico
de la Arquidiócesis de Caracas y Canciller de la Universidad
Rev. Padre Rafael Garrido, Provincial de la Compañía de Jesús y
Vicecanciller de la Universidad
Autoridades
Decanos
Directivos
Docentes, Estudiantes, Empleados
Público invitado
En este nuevo año lectivo comienzo agradeciendo nuevamente a Dios, a la
Iglesia, a la Compañía de Jesús, y a la universidad, la confianza depositada
en mí para continuar guiando los destinos de esta casa de estudios para
un nuevo período rectoral que se inicia en el día de hoy.
Pido a Dios la fuerza suficiente, la sabiduría necesaria, el don del
discernimiento, la capacidad de escucha, de diálogo y de
acompañamiento, para responder lo más acertadamente posible a los
desafíos de estos tiempos.
Son tiempos de sobreexigencia
Primero me referiré a la coyuntura muy particular de salud en la que se
realiza esta renovación de mi cuarto período rectoral: de manera
totalmente imprevista y con muy pocos antecedentes previos, se me
detectó una enfermedad crónica. La buena noticia es que es un
padecimiento que puede ser controlado y está siendo atendido por muy
buenos especialistas. La dificultad que trae consigo es que requiere
dedicación de tiempo para su atención. La recomendación médica es que
conviene integrarse de manera plena al trabajo, pero a un ritmo que no
ponga en riesgo la estabilidad de mi salud. En ese sentido, hay todo un
conjunto de aspectos cotidianos de la vida laboral de los que debo
prescindir, al menos por ahora, como: presentaciones, actos públicos,
reuniones para responder a asuntos que bien pueden ser canalizados por
otras vías institucionales, entrevistas en general.
Tengo el privilegio de contar con un equipo rectoral y un equipo directivo
muy comprometidos todos y de alto rendimiento. Eso ha hecho establecer
un método de trabajo que me permite hacer seguimiento estratégico de
todas y cada una de las decisiones claves que es necesario tomar en la
universidad, así como del avance de todas y cada una de las exigencias
relacionadas con los objetivos del Plan Estratégico UCAB 20-23.
Puedo seguir cumpliendo mis tareas de Rector; sé que cuento con el
compromiso, el apoyo y el aprecio de todos y cada uno de ustedes, tanto
aquí como en Guayana, y eso me llena de mucha confianza y satisfacción.
Para cerrar este punto solamente les quiero pedir una gran ayuda, y es el
respeto a mi intimidad y al proceso personal que estoy atravesando.
Agradezco mucho las consideraciones y muestras de afecto con prudencia,
respeto y discreción; sin sobrepasar algunos límites bastante invisibles
que, aún con las mejores intenciones, pueden generar incomodidad y
malestar.
Miremos hacia el futuro
Vamos a ponernos delante del contexto de inicio del período académico
2022-2023:
La Universidad tiene hoy capacidades que le permiten lidiar con las
exigencias de un entorno marcado por la incertidumbre y profundos
desequilibrios económicos. Una muestra clara de esos avances es su
mejora en los rankings internacionales, que inclusive nos han hecho
merecedores de un premio reciente por parte de la organización QS.
Nuestra estrategia ha dado muestras de ser acertada. Los ejes de
Conectar, Diversificar y Consolidar calidad con sustentabilidad siguen
orientando nuestro trabajo en el rumbo adecuado. Alcanzar y
mantener un equilibrio sostenible, teniendo siempre la calidad como
atributo central, es en este momento nuestra principal preocupación.
Hemos puesto mucho empeño, pero el contexto nos exige más. No
podemos bajar la guardia y es en este momento en el que debemos
profundizar el alcance de nuestras iniciativas en el sentido de la
estrategia. Los retos de diversificación (en pregrado, postgrado y
extensión), renovación (a partir de los análisis especiales de mercado y
de los diagnósticos sobre exigencias relacionadas con la calidad),
virtualización y transversalidad, son una expresión clara de nuestras
principales necesidades, conjugando el crecimiento necesario con la
eficiencia y calidad.
El foco de nuestra atención es convertir a la UCAB en una promesa de
futuro para nuestros jóvenes y para el país. El drama de Venezuela es la
ausencia de oportunidades de estudio y trabajo. De allí que nuestro
empeño sea abrir diversas posibilidades y establecer convenios de
cooperación para la formación, la investigación y la extensión. Pero,
tengamos algo muy claro: hasta tanto la sociedad venezolana no se
comprometa a fondo para transformar esta sociedad, para abrir
posibilidades, estamos condenados al fracaso.
El próximo 24 de octubre la UCAB inicia la celebración de 70 años de vida
institucional con varias iniciativas cuyo interés fundamental es construir
innovación, abrir perspectivas y presentar nuevos derroteros.
Al mismo tiempo, en este contexto, el reto de los ucabistas, como señaló
el Padre General de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, en la Asamblea
Internacional de la IAJU el pasado mes de agosto, es discernir el presente
para preparar el futuro. Discernir supone arriesgar. Correr riesgos no surge
espontáneamente de la dinámica de instituciones que han construido
con esfuerzo una identidad, un modo exitoso de educar y la producción de
conocimiento que las hace sentir orgullosas y que, además, les vale el
reconocimiento del entorno en que se mueven y el goce de un importante
prestigio. Discernir es abrirse a la novedad.
Discernir, por tanto, es disponerse a ser guiados hacia la novedad. Supone
“soltar las riendas” para ser conducidos hacia donde no sabemos, sin
contar con una hoja de ruta que guie nuestros pasos. Las características de
las instituciones universitarias hacen especialmente difícil “soltar las
riendas”; están concebidas para tener firmemente el control en las propias
manos y dirigir el camino que se toma y la velocidad con la que se
avanza…
Proponerse el discernimiento en común como modo de enfrentar el
futuro requiere tomar conciencia de las resistencias que se derivan de la
dinámica universitaria natural. Requiere conducir conscientemente el
complejo proceso de cambiar el enfoque y los métodos habituales de
tomar decisiones y evitar la tentación de ponerle la etiqueta
“discernimiento” a lo mismo que hacemos porque estamos
acostumbrados y nos ha ido bien.
Siguiendo la inspiración del Padre General, mi invitación es a fortalecer la
aventura del Espíritu, que consiste en la capacidad de asumir
honestamente la realidad, escuchar el llamado de la gente, intentar
construir propuestas, responder con prontitud a los desafíos. En definitiva,
es redoblar nuestra marcha.
Los invito a llenarnos de optimismo, de fortaleza, de capacidad de
trabajo… en consenso como nos ha caracterizado nuestra historia.-
Un abrazo a todos,
FRANCISCO JOSÉ VIRTUOSO, s.j.
Caracas, 14 de octubre de 2022