Sínodo, la fase continental europea en Praga en febrero de 2023
Este miércoles fue presentado el evento al que asistirán 200 delegados de 39 Conferencias Episcopales Nacionales y de las realidades eclesiales más importantes. De fondo, la guerra en Europa del Este. Monseñor Grušas, presidente del CCEE: lo que ocurre en Ucrania afecta también a la vida de la Iglesia. Cardenal Hollerich: El Sínodo es decisivo para una Iglesia misionera.
Comunión, participación, misión. Estas son las tres palabras clave que guiarán la fase continental del Sínodo para Europa, que se celebrará en Praga del 5 al 12 de febrero próximos. El acto, presentado la mañana de este miércoles en la sede de Radio Vaticano – Vatican News, y organizado por el Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE), la Conferencia Episcopal Checa y la Archidiócesis de Praga, se inspira en el Documento para la fase continental, recientemente publicado, que recoge las reflexiones del Pueblo de Dios sobre los temas sinodales a nivel nacional y diocesano.
Participantes en la fase continental europea
En la capital de la República Checa estarán presentes 200 delegados, es decir, los 39 Presidentes de las Conferencias Episcopales nacionales, acompañados cada uno de ellos por tres representantes, y 44 representantes de las realidades eclesiales más representativas a nivel europeo, invitados directamente por la CCEE. A ellos se sumarán 390 participantes a distancia, diez por cada Conferencia Episcopal. Además, algunos delegados de otras confesiones cristianas también participarán en los trabajos. La asamblea se dividirá en dos fases: en la primera, del 5 al 9 de febrero, participarán todos los delegados; en la segunda, del 9 al 12, sólo los presidentes de las Conferencias Episcopales.
Caminar juntos
«Queremos caminar juntos, como nos exhortó el Papa Francisco, para experimentar una Iglesia que reciba y viva el don de la unidad y se abra a la voz del Espíritu para ser verdaderamente una Iglesia sinodal, una Iglesia de la escucha, una Iglesia de la cercanía», dijo Monseñor Gintaras Grušas, arzobispo de Vilna y presidente de la CCEE, quien también recordó los dos Sínodos para Europa deseados por san Juan Pablo II tras la Guerra Fría y al comienzo del nuevo milenio.
Reflexiones sobre la guerra en Ucrania
La etapa continental europea llega poco menos de un año después del inicio de la invasión rusa de Ucrania. «Todos sentimos el peso de la guerra, que también toca nuestra vida eclesial con tantas atenciones tanto caritativas como de oración para ayudar al pueblo ucraniano, detener la guerra y establecer la paz», subraya a Vatican News Monseñor Grušas, que desde Lituania ha visto de cerca el éxodo de refugiados. «Como arzobispo de Vilna estoy contento con la respuesta del pueblo de la Iglesia a la necesidad en Ucrania», dice, «hemos hecho varias colectas. Hemos acogido a muchos refugiados para ayudarles. Abre los corazones de la gente para tender la mano y ayudar al pueblo ucraniano vecino con la oración y la ayuda caritativa, y esto también dice quiénes somos como Iglesia».
Para una Iglesia misionera
«El Sínodo ayudará a la Iglesia a ser verdaderamente misionera», afirmó el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y vicepresidente de la CCEE. «Tenemos un declive del cristianismo en Europa y este Sínodo no debe privarnos de ser nuevos misioneros». «La misión de la Iglesia es anunciar a Cristo, proclamar nuestro compromiso con la creación, pero también con la justicia y la paz, y un compromiso de todo el pueblo de Dios», dijo el cardenal, reiterando que «una Iglesia sinodal es ante todo una Iglesia misionera».