Terremoto, 23 millones de personas afectadas. Parroquia de Alepo en primera línea
Unos 5.000 muertos hasta ahora. La OMS calcula que la cifra final de muertos por el terremoto podría superar los 20.000. La máquina de socorro que empieza a llegar de todo el mundo no se detiene. En Turquía ya se han salvado 8.000 personas. En Alepo, los derrumbes se suman a la destrucción de la guerra. En la segunda ciudad siria se espera la visita del nuncio Zenari. Padre Bahjat: más de 500 personas han dormido en la parroquia de San Francisco, garantizamos 2.000 comidas al día
El número de víctimas mortales del devastador terremoto que sacudió las regiones del sudeste de Turquía y el norte de Siria sigue aumentando cada hora y, según los expertos en geofísica, liberó una fuerza equivalente a la explosión de unas 130 bombas atómicas.
Oms: el número de muertos podría superar los 20.000
La última actualización de las autoridades de Ankara informa de 3.419 muertos confirmados en Turquía. Hay cientos de desaparecidos y unos 20.000 heridos, muchos de ellos graves. También según las autoridades turcas, se han derrumbado 5600 edificios. En Siria hay al menos 812 muertos confirmados en las zonas del país controladas por el gobierno de Damasco y otros 790 muertos registrados en las zonas del noroeste de Siria bajo control de la oposición, explicaron los Cascos Blancos. En total, más de 5.000 personas han muerto como consecuencia del seísmo, pero el número de víctimas va a aumentar inexorablemente y podría incluso superar las 20.000: es la estimación de Catherine Smallwood, responsable de emergencias para Europa de la Organización Mundial de la Salud. «Desgraciadamente, siempre ocurre lo mismo con los terremotos: los informes iniciales sobre el número de muertos o heridos aumentan significativamente en la semana siguiente», explicó el representante de la OMS. Según las estimaciones de la organización, el seísmo afectó al menos a 23 millones de personas.
Continúan las labores de rescate
Mientras tanto, el trabajo de los rescatadores no cesa. El Viceprimer Ministro turco, Fuat Oktay, informó de que más de 8.000 personas han sido rescatadas en Turquía, aunque se produjeron 312 réplicas durante la noche. Los familiares de los desaparecidos no pierden la esperanza. Unas treinta horas después del terremoto, una mujer y sus tres hijos fueron sacados de entre los escombros de un edificio derrumbado en el distrito de Nizip, en Gaziantep. Ya han partido equipos de rescate de varios países europeos, y la UE y la OTAN se están movilizando para apoyar a Ankara en la emergencia. El Comisario de Emergencias de la UE, Janez Lenarcic, informa que se han movilizado 27 equipos de rescate de 19 países diferentes. El presidente estadounidense, Joe Biden, llamó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, para reiterarle la disposición de Estados Unidos a prestar toda la ayuda necesaria. La administración estadounidense -anunció el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby- está enviando dos equipos de búsqueda y rescate de 79 personas para apoyar las operaciones de los equipos de rescate turcos.
Rusia envía ayuda a Siria
Siria, por su parte, recibe ayuda de Rusia, aliada desde hace tiempo de Damasco, Irán y algunos países árabes. Más de 300 militares rusos y 60 vehículos de las Fuerzas Armadas de Moscú ya están trabajando en Siria para cooperar en las operaciones de socorro. El Comisario europeo de Emergencias afirmó que la UE en Siria trabaja «en estrecha colaboración con los socios humanitarios que también participan en las operaciones de rescate». La Comisión de la ONU para Siria ha pedido un alto el fuego mundial en Siria para permitir las operaciones de rescate.
Padre Bahjat: la parroquia de Alepo, en primera línea
El norte de Siria es una de las zonas del país más devastadas por 12 años de conflicto, y en Alepo la destrucción causada por el terremoto se suma a la que aún queda de los bombardeos. La población civil ha vivido este terremoto con aún más miedo y terror que durante los bombardeos, como cuenta a Vatican News el padre Bahjat, párroco de la iglesia latina de San Francisco en Alepo. En esta primera noche tras el terremoto, la parroquia albergaba a casi 500 personas, entre ancianos, niños y familias asustadas que, como otros habitantes de la ciudad, buscan refugio en la Iglesia por considerarla una estructura más sólida que sus «frágiles casas gravemente dañadas».
2000 comidas calientes para toda la comunidad
«No tenemos colchones ni mantas para todos y estas 500 personas han estado durmiendo en sillas», dice el sacerdote, «pero les hemos proporcionado la comida y la bebida necesarias. Los temblores han disminuido, pero ahora tenemos que evaluar los daños y ver cuántas personas no podrán regresar a sus hogares». Bahjat también señala que las durísimas condiciones meteorológicas, con fuertes lluvias y frío, no están ayudando a la labor de los equipos de socorro. «En este marco -continúa el párroco-, la parroquia de San Francisco tiene sus puertas abiertas para todo el mundo, y sólo ayer distribuyó unas 2.000 comidas calientes, quinientas de las cuales se enviaron a las zonas más afectadas, que están en el este de Alepo, donde hay construcciones más frágiles. «La distribución de comidas continuará mientras nos será posible», promete el padre Bahjat.
Daños en los campanarios de San Francisco
Recientemente se ha restaurado la cúpula de la iglesia de San Francisco de Alepo, dañada por los bombardeos durante los años más sangrientos de la guerra. Este terremoto dañó «seriamente» los dos campanarios, pero la estructura general de la iglesia parece haber resistido bien el impacto del seísmo. «Todos me dicen que el pánico de la otra noche fue algo que no vivieron ni siquiera durante la guerra», subraya el padre Bahjat, «el temblor fue muy fuerte y duró mucho tiempo, todavía hay miedo y todos dormimos con un ojo abierto anoche, pero los temblores están disminuyendo, esperamos que lo peor haya pasado, esta mañana la gente ha ido a comprobar el estado de sus casas».
La visita del nuncio
El sacerdote sirio está recibiendo en estas horas muchas llamadas de todo el mundo, de «amigos» que quieren prestar ayuda a los afectados por el terremoto. «El problema es que la construcción post-conflicto nunca ha empezado, todo está frenado por el embargo que nos aísla de la comunidad internacional», explica Bahjat, «no hay inversiones, hay mucha corrupción y la gente sigue emigrando, ninguna solución viene de una política de sanciones». Mientras la Iglesia universal y la siria organizan la ayuda que se llevará al terreno, el párroco de San Francisco en Alepo se reunirá con el nuncio apostólico, el cardenal Mario Zenari, que llegará de Damasco para mostrar su cercanía a la comunidad afectada: «Ya me han avisado de que habrá una serie de reuniones entre los obispos sirios y las realidades católicas para coordinar una estrategia de intervención».-
Marco Guerra – Ciudad del Vaticano/Vatican News