El Sínodo en países bolivarianos: Primeras sesiones de conversación espiritual
El método de la conversación espiritual supone tres rondas vividas desde la escucha activa, para luego recoger en silencio el eco de las intervenciones.
Orar, escuchar y hablar; fueron tres acciones determinantes durante la segunda jornada de la Asamblea de los países bolivarianos que se desarrolla en Quito – Ecuador, como parte de las actividades de la fase continental del Sínodo en América Latina y el Caribe.
Este 28 de febrero la agenda de actividades se inició con un espacio dedicado a la oración y la espiritualidad que ayudó a orientar el trabajo del día y a disponer el corazón para la implementación de la conversación espiritual como metodología para la realización de la Asamblea Regional.
La metodología
Tres sesiones de trabajo desarrolladas en 10 grupos o comunidades de vida, permitieron plantear las intuiciones, tensiones, divergencias y horizontes entre las personas y la acción de la Iglesia, conclusiones que fueron compartidas en una sesión plenaria o puesta en común que permitió descubrir, reflexionar y valorar la experiencia de cada persona al interior de la Iglesia desde su consagración específica y su propia historia de vida.
El método de la conversación espiritual supone tres rondas vividas desde la escucha activa, para luego recoger en silencio el eco de las intervenciones que por una u otra razón han significado más para cada uno.
Acompañados por el Padre Carlos Ignacio Man Ging, los participantes recordaron las razones por las cuales es preciso ensanchar el espacio de nuestra tienda, entendida como el corazón, el pensamiento y nuestras prácticas diarias; asumiendo que se trata de permitirle el acceso a Jesús que desea invitar a sus amistades a nuestra tienda para ayudarnos a vivir nuestra vocación de comunidad, una propuesta que nos exhorta a arriesgarnos a vivir la experiencia de la unidad en la diversidad.
Servicio fruto del amor
“Nos corresponde amar, vivir y servir al estilo de Jesús”, aseguró el sacerdote jesuita resaltando que fue Cristo quien anunció en espíritu y verdad la misericordia con el otro, como lo proclama el Evangelio del apóstol Juan. (Jn 4, 23)
Asegurando que el primer paso para ensanchar o ampliar la tienda es aprender a escuchar al otro, el consagrado advirtió que se trata de un proceso que en el contexto de la Asamblea y en la vida misma, se desarrolla en forma gradual y con un carácter pedagógico con la certeza de descubrir ante nuestros ojos el Reino en tanto comprendemos que la escucha es acogida y nos ofrece un camino de reconocimiento del otro, alejándonos de peligros como la soledad y el aislamiento, es decir, nos ofrece la senda de la conversión.
Sin desconocer que en medio del proceso quizá nos hallemos ante voces ausentes y poco apreciadas históricamente, como las de los jóvenes, las mujeres, los alejados en las periferias o los autoexiliados de la Iglesia, el reto al que nos invita el Papa con el Sínodo de la sinodalidad, consiste en esforzarse y caminar como parte de nuestra conversión hacia la solidaridad, el diálogo, el acompañamiento y la acogida.
Riesgos en el camino
Igualmente, insistió en la necesidad de superar las tres estratagemas del espíritu del mal que pueden presentarse durante la experiencia de la conversación espiritual para impedir el logro de sus objetivos y que se hacen evidentes a través del miedo, el silencio o la tentación de la soberbia que no nos permite reconocer nuestros puntos más débiles.
Así, se valió del texto fruto de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, para recordar que somos hermanas y hermanos para la misión y que de acuerdo con el apóstol Juan en su capítulo 10, Cristo ha venido para que tengamos vida y la tengamos en abundancia. Kerigma y desborde del don del Espíritu se convierten en el bien mayor y el más universal de este proceso.
De la misma forma invitó a no sentir miedo ante las expresiones de secularización, individualismo o relativismo que pueden darse en medio de la conversación espiritual, pero que en tanto se trata de un proceso repetitivo, se hará cada vez más profundo con el paso del tiempo y la disposición del propio corazón a lograrlo.
Opiniones, testimonios
Tras los primeros ejercicios de conversación espiritual, los testimonios sobre la experiencia nos llevan a valorar la importancia de procesos como la escucha, según señaló la Hna. Verónica González de nacionalidad venezolana, que destaca la importancia del método ante la ausencia en muchas personas del reconocimiento de su existencia para la Iglesia o que por una u otra razón han sido ignoradas y apartadas de sus acciones pastorales.
“Precisamente es el tema de ser escuchados, donde muchas veces los ecos son los del silencio, donde muchas veces no han sido tomados en cuenta lo que genera barreras e impiden a la persona ser”.
Para María Esther Limpias, docente boliviana la sinodalidad ya está en proceso desde su comunidad y narra su experiencia de tranquilidad, al compartir la voz de su pueblo afectado por la carencia de sacerdotes y religiosas que lideren verdaderos procesos de evangelización en la Amazonía en donde actualmente vive y que por su localización geográfica es de difícil acceso para los misioneros. «Estamos avanzando, a veces tenemos momentos de bajoneo, es ahí cuando sentimos que necesitamos la visita de los curas y las monjas para que nos animen y nos preparen».
La jornada se cerró con la celebración Eucarística presidida por Monseñor Luis José Rueda Aparicio, arzobispo de Bogotá y presidente de la Conferencia Episcopal colombiana.-