Los nuevos colonialismos: oligarquías nativas o golpes de estado
Se llevó a cabo en la Casina Pio IV, la Cumbre sobre Colonialismo, Descolonización y Neocolonialismo: Una perspectiva de justicia social y bien común, examinada desde los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, centrándose en los contextos africano y panamericano y con la participación de sus respectivos Comités de Juezas y de Jueces
Los nuevos colonialismos son las estrategias de dominación bajo la aparente independencia de los Estados, pero mediante el trabajo de “oligarquías nativas” o pequeños grupos poderosos dentro de los Estados, que trabajaron en coordinación con las potencias extranjeras, y prácticas de abolición de las instituciones locales, mediante golpes de Estado. Son todas formas de continuar dominando las estructuras económicas de los países periféricos. Es así como el presidente del Comité Panamericano de Juezas y Jueces por los Derechos Sociales y la Doctrina Franciscana, Roberto Gallardo, explicó a Vatican News, este viernes 31 de marzo del 2023.
Estaba previsto, que ayer el Papa Francisco tuviera su encuentro con los participantes, sin embargo les envió su mensaje que fue leído al momento en que hubiera tenido el encuentro. Sentimientos de tristeza por no poder estar con el Papa, dijo Gallardo, pero, alegría de estar desarrollando este encuentro, muy importante, para todo el sector judicial de América Latina y de África.
Secuelas neocoloniales
Los trabajos se centraron en las secuelas neocoloniales en las manifestaciones actuales de injusticia, desigualdad global, cambio climático incontrolado, desarrollo insostenible y migraciones masivas. Los participantes destacaron el papel de las instituciones de la sociedad y del sistema judicial a la hora de abordar y revertir dichos desarrollos. Con nosotros el presidente del comité Panamericano de jueces por los derechos sociales y la doctrina franciscana, Roberto Andrés Gallardo.
¿Qué formas de colonialismo existen hoy día, después del despiadado que existió en los siglos pasados? ¿Existe el colonialismo y cómo se está dando?
El proceso colonial que comenzó en el siglo XVI, parecía haber terminado para algunos Estados en ese siglo y para otros en el siglo XX, y me refiero a las oleadas colonizadoras americanas y luego las africanas, fue un final nominal, en realidad, en la práctica, las estrategias de dominación continuaron, bajo la aparente independencia de los Estados, pero mediante dos fenómenos, uno, el trabajo de lo que llamamos oligarquías nativas o pequeños grupos poderosos dentro de los Estados, que trabajaron en coordinación con las potencias extranjeras, o directamente, en muchos casos, con prácticas de abolición de las instituciones locales, mediante golpes de Estado. Actualmente las conocidas prácticas del lawfare, que Francisco denunció en el 2019. Que son todas, formas, de continuar dominando las estructuras económicas de los países periféricos.
Cómo pueden remediar Europa y EEUU, las secuelas producidas por la colonización, descolonización y neocolonialismo.
Yo creo que EEUU y Europa no van a hacer nada, porque son ellos los que se benefician con los proyectos neocolonizadores. Lo que habría que revisar, y es lo que estamos haciendo, es qué hacemos desde la periferia para neutralizar las prácticas neocolonizadoras. Porque, justamente, existe un orden jurídico internacional que nos habilita a establecer estrategias y a desarrollarlas para evitar ese tipo de prácticas, pero algo falla en nuestros territorios, en nuestros gobiernos y en nuestros poderes judiciales, para que esas normas sean efectivas.
Cómo pueden alcanzar los continentes colonizados una justicia social, una protección del medio ambiente, cuando aún hoy día las multinacionales llegan hasta los pulmones verdes de esos continentes, y explotan sin medida sus recursos, destruyendo el hábitat de sus nativos. Violando sus derechos humanos.
La justicia social tiene un costo porque los derechos sociales no son gratuitos, no es que el derecho social puede implementarse por una decisión volitiva, hay que tener muy en claro que la concentración económica, que cada vez es peor, no sólo en las regiones nuestras periféricas, sino en el mundo. En Europa misma. Esa concentración económica es la que conspira contra los derechos sociales.
Porque los derechos sociales al no ser gratuitos requieren una cierta participación en la riqueza, para poder distribuirlos y que se transformen en derechos concretos para cuestiones individuales. Es decir, las personas quieren trabajos, quieren techo, quieren tener disponibilidad de tierra para poder plantar y vivir de eso. Quieren tener educación pública gratuita, todo eso, es posible si, lo que llamamos la torta de la riqueza se corta en porciones. Mientras la torta de la riqueza quede en una gran porción, para unos pocos, y unas migajas para todo el resto de la humanidad, los derechos sociales no van a ser posibles.
Tomar conciencia revisar políticas de extractivismos
Gustavo Daniel Moreno, miembro del Comité de jueces y juezas, al entrevistarlos sobre la cumbre, a la pregunta sobre cómo pueden remediar Europa y Estados Unidos las secuelas de colonialismo existentes en los tres continentes que fueron colonizados: las Américas, África y Asia
Creo que en primer lugar tomando conciencia, pero revisando claramente sus políticas de extractivismos. Hoy vemos que tanto en América como en África, hay un fuerte negocio de empresas multinacionales de carácter estadounidense o europeas que siguen representando a la centralidad y es el nuevo colonialismo que está dominando económicamente y culturalmente a los países de África y América.
También se refirió que para alcanzar la protección del medio ambiente, de los nativos que viven en pulmones de la humanidad, afirmó que hay jueces comprometidos, que pueden apoyar y aplicar los derechos: natural, derecho constitucional, derecho positivo, justamente para evitar más expoliación y más dominación, porque lo que existe hoy día, dijo, es un sistema de dominación.
Un pasado histórico de expoliación y dominación
En el texto de presentación se lee que, las Américas y África comparten un pasado histórico común de expoliación, dominación, control y también el haber estado brutalmente sometidos a los dictados de la centralidad económica-mundial. Ambos continentes sufren altas tasas de pobreza y marcados índices de desocupación: la tierra, el techo y el trabajo son asignaturas pendientes para la mayoría de las poblaciones de esas naciones.
Fue la colonización en los siglos XV y XVI que empezó la ola de colonización con viajes transoceánicos por parte de las potencias europeas, alcanzado los pueblos de las Américas, África y Asia, conectando por primera vez pueblos y tierras continentales. Las potencias europeas, se lee en el comunicado del Comité, avanzaron dominando, sometiendo desde todos los niveles las tierras de esos continentes, con un proceso continuó aún hoy, de expoliación. Las heridas del colonialismo perduran hoy en muchos de los rasgos definitorios de la economía y la sociedad de las antiguas tierras colonizadas.
“Los pueblos sometidos en los procesos de dominación colonial sufrieron mutilaciones y mutaciones culturales, sociales, políticas y económicas, en su mayoría como consecuencia de actos de violencia, genocidio, coacción y colapso demográfico. El trabajo forzado, la esclavitud, los desplazamientos territoriales, las migraciones forzadas y la apropiación de los recursos naturales fueron moneda corriente. La mercantilización de la tierra y el trabajo dio origen a nuevas formas de capitalismo basadas en la extracción violenta de bienes comunes de la humanidad y la naturaleza. La colonización afectó también los modelos socioculturales originales y les fueron implantados otros”, se lee.
Hoy, los países periféricos antiguamente colonizados tienen el estatuto político internacional de regiones libres, se lee en el texto, pero, en la mayoría de los casos, están sometidos a nuevos paradigmas económicos y culturales de dominación. La riqueza de los colonizadores es causa y consecuencia necesaria de la pobreza de los colonizados.
“En el siglo XXI, el rostro humano del neocolonialismo es la desigualdad creciente y obscena, la catástrofe ecológica, el terror de la guerra, y las migraciones masivas desde los territorios antiguamente colonizados hacia las regiones más ricas de Europa y Norteamérica. La justicia y el bien común fueron y son atravesados por esos procesos de colonización, descolonización y neocolonialismo. Viendo las instituciones de África y América a través de ese prisma histórico y comprendiendo las dinámicas actuales de dominación y subyugación, nos permite arrojar alguna luz sobre las tragedias contemporáneas del hambre, la guerra, las migraciones catastróficas, el desplazamiento y la marginación a las que hace referencia el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si’”.-