El Papa reivindica a las mujeres, «las discípulas», como primeros testigos de la Resurrección
El Papa anima a proclamar, "no con propaganda o proselitismo", la Buena Noticia
Ellas, a diferencia de los hombres, «no se quedaron en casa paralizadas por la tristeza y el miedo» y al encontrarse con la piedra corrida, se extrañaron, «pero su voluntad de realizar aquel gesto de amor prevalece por encima de todo. No se desaniman, salen de sus miedos y de sus angustias»
«A veces pensamos que la manera de estar cerca de Dios es tenerlo estrechamente junto a nosotros; porque después, si nos exponemos y hablamos de esto, llegan los juicios, las críticas, tal vez no sabemos responder a ciertas preguntas o provocaciones, y entonces es mejor no hablar de esto»
Tras el rezo del Regina Coeli, Bergoglio recordó el 25 aniversario del «Acuerdo del Viernes Santo» que puso fin a la violencia en Irlanda del norte. «Envío la paz y agradezco cuanto se hizo por obtener la paz, que se pueda consolidar en este país»
¿Cuándo fue la última vez que di testimonio de Jesús? ¿Qué hago hoy para que las personas con que me encuentro reciban la alegría de su anuncio? Y aún más: ¿puede alguien decir, pensando en mí, “esta persona es serena, es feliz, es buena porque ha encontrado a Jesús”?
«Fueron ellas, las discípulas, las primeras en verlo y encontrarlo«. El Papa Francisco reivindicó, durante el rezo del Regina Coeli, la relevancia del «encuentro de las mujeres con Jesús resucitado». Ellas, las primeras testigos del Resucitado. «¿Por qué ellas?», se preguntó Bergoglio. «Por una razón muy sencilla: porque fueron las primeras en ir al sepulcro».
Ellas, a diferencia de los hombres, «no se quedaron en casa paralizadas por la tristeza y el miedo» y «por la mañana temprano, al salir el sol, fueron a honrar el cuerpo de Jesús llevando ungüentos aromáticos». Al encontrarse con la piedra corrida, se extrañaron, «pero su voluntad de realizar aquel gesto de amor prevalece por encima de todo. No se desaniman, salen de sus miedos y de sus angustias».
Jesús viene a nosotros
«Este es el camino para encontrar al Resucitado», proclamó Francisco, quien añadió que «cuando van a anunciarlo», «Jesús sale a su encuentro». «Esto es hermoso: cuando anunciamos al Señor, el Señor viene a nosotros», explicó Bergoglio.
«A veces pensamos que la manera de estar cerca de Dios es tenerlo estrechamente junto a nosotros; porque después, si nos exponemos y hablamos de esto, llegan los juicios, las críticas, tal vez no sabemos responder a ciertas preguntas o provocaciones, y entonces es mejor no hablar de esto», admitió. En cambio, «esto es lo que nos enseñan las mujeres: a Jesús se le encuentra dando testimonio de Él. Metámonoslo en la cabeza».
Así, el Papa puso el ejemplo del nacimiento de un hijo, cuando «una de las primeras cosas que hacemos es compartir este feliz anuncio con los amigos. Y al contárselo, también nos lo repetimos a nosotros mismos y, de alguna manera, hacemos que cobre aún más vida en nosotros».
«Si esto ocurre con una buena noticia, ocurre infinitamente más con Jesús, que no sólo es una buena noticia, ni tampoco la mejor noticia de la vida, sino que es la vida misma, «la resurrección y la vida»», añadió. «Cada vez que lo proclamamos, no con propaganda o proselitismo,eso no, anunciar es una cosa y hacer proselitismo es otra cosa, esto no está bien. Cada vez que lo anunciamos, con respeto y amor, como el don más hermoso para compartir, como el secreto de la alegría, entonces Jesús habita aún más en nosotros».
Y es que, «cuando se encuentra a Jesús, ningún obstáculo puede impedirnos anunciarlo. En cambio, si nos guardamos solo para nosotros su alegría, tal vez sea porque todavía no lo hemos encontrado de verdad». Por ello, el Papa se (nos) preguntó: «¿Cuándo fue la última vez que di testimonio de Jesús? ¿Qué hago hoy para que las personas con que me encuentro reciban la alegría de su anuncio? Y aún más: ¿puede alguien decir, pensando en mí, “esta persona es serena, es feliz, es buena porque ha encontrado a Jesús”? Pidamos a la Virgen que nos ayude a ser alegres anunciadores del Evangelio».
Tras el rezo del Regina Coeli, Bergoglio recordó el 25 aniversario del «Acuerdo del Viernes Santo» que puso fin a la violencia en Irlanda del norte. «Envío la paz y agradezco cuanto se hizo por obtener la paz, que se pueda consolidar en este país».
«Pedimos el don de la paz para todo el mundo, especialmente para nuestra querida y martirizada Ucrania«, culminó Bergoglio.-