Yom Hashoa
Miguel Truzman Tamsot:
¿Qué más podría decirse de la muerte?
¿Qué más podría agregarse al dolor inconmensurable de semejante atrocidad humana?
Ayer el pueblo judío conmemoro un año más a la memoria de las víctimas del holocausto, una cantidad inmensa de vidas sesgadas por el solo hecho de ser judías, inclusive miles de ellas quizás ciento de miles no eran judías, pero tenían en su árbol genealógico algún familiar judío, así era la demencial política de exterminio de dicha población, que según las mismas fuentes alemanas ascendían a seis millones de judíos, de acuerdo a las cifras ofrecidas por los inculpados en el Juicio de Núremberg.
Yad Vashem en su sede principal de Jerusalem, ha informado que a pesar de las inmensas dificultades para identificar a cada una de las víctimas, tienen en sus archivos plenamente identificados casi cinco millones de judíos asesinados en la Shoa y estiman que pudieran llegar a cinco millones doscientos mil en los próximos años, a sabiendas que el resto no podrán ser identificados por razones obvias.
Hoy voy a mencionar la historia de una joven judía que al igual que Ana Frank, dejo un diario muy importante, ambas tuvieron un triste final, se trata de Etty Hillesum quien nació en Holanda y murió en el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, que fue el campo más brutal de toda la Shoa en donde fueron asesinadas solo en este campo más de un millón cien mil judíos.
Etty escribió su diario entre 1941 a 1943, el cual dejo de escribir un día antes de su deportación, entregándolo a María Tuinzing para que esta a su vez se lo hiciera llegar al escritor Klaas Smelik, donde narra esos 2 años en Ámsterdam bajo la ocupación nazi, siendo que su vida ha sido llevada al cine y su diario traducido en varios idiomas.
En uno de sus pasajes, escribió “10 de mayo de 1942. La vida se torna cada vez más amenazante y el terror aumenta día a día. Me envuelvo en las plegarias como si fueran un grueso muro de protección, me retiro a ellas como a un cuarto de monjes, después regreso y salgo afuera más fuerte y más consolidada. Con la ayuda del poder de concentración construyo a mi alrededor altas paredes y nuevamente me encuentro dentro de ellas, reúno todas mis partes dispersas y las uno en un solo todo”.
En su diario describe los desfiles de los soldados nazis por las calles de la ciudad, los decretos y las prohibiciones que impedían a los judíos tener una vida normal, finalmente su deportación al campo de Westerbork donde estuvo por más de un año y de allí a la muerte al campo de Auschwitz-Birkenau, en noviembre de 1943.
Esto que hemos venido atestiguando en este artículo de la importancia de la identificación de las víctimas, es cónsona con las expresiones aportadas por un sobreviviente y Premio Nobel de la Paz, Elie Wisiel “olvidar a las víctimas es como matarlas nuevamente, queda claro que nunca podremos entender la crueldad y la falta de humanidad del verdugo o la pureza humana de las víctimas, no obstante, la cuestión aquí no es comprender los hechos, sino conocerlos”.
Por otro lado y estrechamente vinculado con el recuerdo de las víctimas, justamente hoy también debemos mencionar uno de los hechos más heroicos de ese periodo oscuro de la historia, que fue el levantamiento del Gueto de Varsovia, que inicio el 19 de abril de 1943 y tenía como finalidad evitar las deportaciones, que para ese momento era del conocimiento general, inclusive para los mismos Aliados, que las personas deportadas, iban a campos de exterminio como Treblinka, Sobibor o Auschwitz entre otros.
750 Jóvenes liderados por Mordechar Anielewicz pudieron luchar para resistir al ejército más poderoso de Europa por casi un mes, ya que el 16 de mayo, el gueto fue tomado y destruido al igual que la sinagoga principal de Varsovia, pero el heroísmo demostrado por estos jóvenes como de miles más que en diferentes pasajes de ese periodo, lucharon en poblaciones y bosques en la resistencia, causando en muchos casos el pánico en las filas nazis.
Se imaginaran que hay miles de historias que contar y que aquí les deje una muy especial y poco conocida como la de Etty, que su memoria como la de los seis millones de judíos asesinados, haya sido bendecida por el Creador, que todos ellos nos sigan inspirando para disipar nuestros miedos, para preservar nuestras memoria milenaria, para hacer de este, un mundo mejor, más afectivo, más fraterno, un mundo más humano.-
@migueltruzman
@miguel_truzman_tamsot
miguelt585@gmail.com