Mons Caccia a la ONU: Necesario compromiso compartido para erradicar la pobreza
En la sesión 2023 de continuación del Foro sobre la Financiación del Desarrollo, monseñor Gabriele Caccia, Observador Permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas, reitera la urgencia de movilizar todos los recursos posibles para el desarrollo integral de hombres, mujeres y niños, que sufren una pobreza creciente heredada también de la pandemia
La Santa Sede ofrece su contribución al debate general del Foro 2023 sobre la Financiamiento para el Desarrollo. La pobreza crece en el mundo y creciente y globalizada debe ser la intervención para salvar las diferencias entre los Estados.
Urge una acción solidaria contra la pobreza
Es necesaria «una auténtica solidaridad mundial para ayudar a los más pobres»: es lo que reafirma el Observador de la Santa Sede, monseñor Caccia, en la sede de la ONU. Se refiere con alarma a los 356 millones de personas empujadas «a la extrema pobreza» a causa de la pandemia. La pobreza, el hambre, la malnutrición y la falta de acceso a los recursos básicos, incluidos el agua potable y el saneamiento», señala, «son una afrenta a la dignidad humana». Son retos que requieren «una acción urgente basada en los principios éticos de solidaridad, respeto de la dignidad inherente a toda persona y promoción del bien común de todos». La movilización de instituciones y recursos financieros y el suministro de financiaciones en condiciones favorables, incluida la asistencia oficial al desarrollo (APS), son herramientas esenciales para hacer del desarrollo sostenible una realidad para todos, afirma Caccia.
La comunidad internacional debe cancelar la deuda de los países vulnerables
A continuación, la atención se centra en los numerosos países en desarrollo que, debido a las exigencias impuestas por la deuda y por el impacto económico de la pandemia, se ven obligados a desviar los escasos recursos nacionales de la inversión en educación, sanidad, vivienda y creación de empleo. Monseñor Caccia afirma que sigue siendo «imperativo» que la comunidad internacional dé prioridad a la reestructuración de la deuda y avance hacia la cancelación de la deuda de los países más vulnerables. «Cada país debería poder crecer de forma diferenciada y desarrollar su propia capacidad de innovación, respetando los valores de su propia cultura», es la reflexión del representante vaticano.
No utilizar la ayuda para colonizaciones ideológicas
En este sentido, concluye Caccia, «la prestación de asistencia internacional nunca debe utilizarse para imponer formas de colonización ideológica o para vincular la prestación de ayuda económica a la aceptación de tales ideologías». Por el contrario, el criterio último por el que deben medirse todos los aspectos del desarrollo y la ayuda internacionales es el respeto de la dignidad inherente a cada persona, incluidos sus valores culturales, y la promoción del bien común.-
Vatican News