La ONU se está volviendo irrelevante. La prueba es la guerra de Ucrania
Naciones Unidas nació con el objetivo de evitar las guerras, mediar en los conflictos y procurar que estos se solucionaran por la vía diplomática y no por las armas. Y se le deben reconocer algunos méritos en ese sentido. Por ejemplo, sus fuerzas de paz, los cascos azules, todavía están desplegadas en varias zonas de conflicto. Además, sus agencias especializadas han hecho mucho por aliviar el hambre, proteger el patrimonio o alertar del cambio climático.
Sin embargo, en los últimos años la ONU ha sido incapaz de impedir guerras como las de Yemen, Etiopía o el Alto Karabaj. Tampoco pudo parar la invasión de Ucrania. Lo más grave es que nadie parece tenerla en cuenta para mediar en el conflicto. La organización está perdiendo influencia frente a otros foros regionales, como el G20, y lo único que ha conseguido en Ucrania es patrocinar el acuerdo del grano.
Parte del problema es su propia estructura: el Consejo de Seguridad de la ONU, el órgano con mayor poder de decisión, tiene a Rusia como uno de sus miembros permanentes con poder de veto. Ello impide que el Consejo tome cualquier medida en contra de Rusia y condena a la ONU a la irrelevancia. ¿Acabará la organización como su predecesora, la Sociedad de Naciones, que desapareció tras no haber podido impedir la Segunda Guerra Mundial? .-